¿Qué tiene el aire que respiramos?
Victoria.- En estos días en Victoria y gran parte de Entre Ríos hemos estado respirando el humo de las quemazones. De hecho, en diferentes sitios webs que se encargan de medir y comunicar sobre la calidad del aire, se advertía que la concentración de PM2,5 en Victoria era cuatro veces superior al valor guía anual de calidad de aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este sentido, en la famosa enciclopedia digital Wikipedia se aclara que la materia particulada 2.5 o PM2.5 (por sus siglas en inglés, particulate matter) son partículas muy pequeñas suspendidas en el aire que tienen un diámetro de menos de 2.5 micras. A estas partículas se les considera un contaminante atmosférico por sus efectos nocivos sobre la salud.
El médico especialista en medicina respiratoria y ciudadano ilustre de Victoria, Néstor Molfino, habló sobre esto con Paralelo 32. “El humo de las quemazones, sean de las islas o de basurales, trae problemas pulmonares. Las partículas que tienen más de cinco micrones de tamaño quedan atrapadas en la nariz; las partículas menores a cinco micrones se llaman partículas respirables, lo que quiere decir que entran por la nariz y llegan hasta el pulmón”, introdujo.
Luego, continuó: “Las partículas del humo son de 2.5 micrones, lo cual hace que se depositen en las vías respiratorias y en los pulmones. Las consecuencias de esto pueden ser agudas, como inflamación inmediata con tos y broncoespasmo (sobre todo en personas que ya tienen inflamación o han estado expuestas a covid en el pasado)”.
Con base en lo anterior, remarcó: “El daño que se produce es importante. Los barbijos no protegen. Los barbijos que se han vuelto conocidos por el covid son para bloquear cuando uno respira, y proteger a los demás, no tanto para protegerse uno. Entonces, las partículas respirables penetran a través del barbijo. Sin embargo, las partículas más grandes sí son detenidas por el barbijo, de manera que el barbijo es mejor que nada, aunque no es una protección muy efectiva. Las personas que trabajan en zonas donde hay humo utilizan otro tipo de protección para evitar las partículas respirables”.
En cuanto a lo que la población en general puede hacer para evitar daños a su salud, contestó: “La población no puede hacer mucho más que alejarse. Ojalá las quemas no existieran. Vivir lo más lejos posible de tales zonas sería, en este momento, la única solución. Se trata de un problema mundial, con incendios forestales en todo el mundo, sean espontáneos o intencionales, que traen un gran problema a la ecología también porque las especies más pequeñas como las ratas se pueden desplazar a zonas donde no hay quemas y pueden transportar enfermedades. De esta manera, se puede llegar a ver un incremento de hantavirus en algunas zonas donde los roedores se movilicen”.
En definitiva, el trabajo para evitar las quemazones tiene que ver, también, con una cuestión de salud pública. Se trata de un problema que, lamentablemente, conocemos de sobra y al cual no debemos habituarnos, ya que nuestro cuerpo no lo hará.