Los valores actuales
Por qué se disparó el precio del pollo
El precio del pollo, proteína sabrosa, nutritiva y habitualmente de precio mas accesible que otras carnes, fue noticia por estos días a raíz del incremento de su precio que promedió un 40% impactando de frente en la economía familiar. Lo primero que surgió fue vincular la suba del precio con la presencia de influenza aviar en la Argentina, que ya obligó a sacrificar aves, sin embargo esa amenaza no ha tenido incidencia por el momento en un país donde se faenan 65 millones de pollos al mes y fueron sacrificadas hasta ahora 600 mil aves en todo el país, informó Cepa (Centro de Empresas Procesadoras Avícolas).
Los valores actuales podrían sostenerse algunas semanas más cuando se normalice la producción, severamente afectada por las temperaturas que fueron récord histórico en febrero y marzo y les significaron a algunos productores la mortandad por infarto de 15 a 20% de sus planteles de engorde.
Según explicó a Paralelo 32 el director ejecutivo de Calisa, Augusto Motta, a efectos de preservar la sanidad, se les reduce la alimentación, lo que deriva en un pollo más chico que no tiene aceptación en el mercado interno pero son requeridos en algunos destinos de exportación. Así las cosas, fue menor la oferta del pollo grande y eso influyó también en el mayor precio, que sin embargo es el resultado de un combo mucho más complejo, donde intervienen factores de costo, entre ellos los envases.
En cuanto a la sequía, también afectó costos por la muy baja producción de maíz, que es aprovechada por los proveedores de diversas maneras, una de ellas es la reducción de los plazos de pago.
Como parte de la complejidad, hay que admitir alguna intervención de la gripe aviar, en tanto su amenaza exige mayores medidas de bioseguridad que requieren de equipamiento que muchos productores no tienen posibilidad de aplicar. Es el caso de algunos galpones con algunas décadas de antigüedad.
Refiriéndose a las madres de genética pura de las que se obtiene el huevo fértil, Joaquín de Grazia, vicepresidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) dijo a La Nación que “el calor intenso también hizo que las gallinas, sufriendo el calor, pongan menos huevos. A su vez, esos huevos están menos fertilizados. De los huevos incubados, que nacen el 82%, con el calor lo hizo un 75%. Ahí ya hay una reducción de oferta importante”.
El calor afectó el crecimiento de esos pollitos más de lo previsto, excepto en las granjas de última generación donde se regula de una manera más adecuada las altas temperaturas. No obstante, en el país hay pocos galpones de este tipo. El otro factor que se sumó es la cuestión del alimento y el peso del animal. “Un pollo que debiera pesar 2,9 kilos a los 45 días pesa 2,4 kilos. O sea, es una disminución de la oferta muy marcada”, explicó.