Historias de vidas que nos definen
”Nunca volveré a Francia, me quedaré toda mi vida en Victoria”
Frase aquella que dijera en vida Don Esteban Dosbá, ex jefe de la Usina Eléctrica de nuestra ciudad • El recuerdo de su hija, Susana Dosbá.
La punta de lanza de esta historia de vida comienza en la Abadía de Belloc, monasterio vasco francés, “espejo” de la Abadía del Niño Dios de Victoria, cuando en el 1900 el monje Salvador Dosbá fuera derivado a Las Siete Colinas, integrando la segunda camada enviada. Oriundo de Soustons, centro balneario francés que dista a 7 km del Océano Atlántico; desde sus primeros tiempos afincado en nuestra ciudad, supo a la distancia contagiar a su hermano Esteban, la esencia prometedora de estas tierras entrerrianas de mesetas y cuchillas.
Asi fue entonces como en el año 1910, cuando los argentinos festejábamos cien años de aquella Revolución de Mayo que decantó en nuestro primer gobierno patrio, y una Francia que vivía tímidamente la antesala de la Primera Guerra Mundial, Don Esteban decidió afincarse por estos lares.
Esteban, conocido también como Alejo, cumpliendo una tradición europea, la cual hacía que las personas fuesen llamadas, amén del nombre propio, por el de sus padrinos; comenzó a desandar su camino, en la Victoria de comienzos del siglo pasado.