Historias de Entre Ríos
No se presta aprobación a dos degüellos: Un vistazo a la justicia en tiempos tumultuosos
En los entresijos de la historia argentina, se encuentran episodios oscuros que retratan una época marcada por la violencia y la falta de instituciones sólidas. Uno de estos episodios, recientemente traído a la luz, es el relato histórico titulado "No se presta aprobación a dos degüellos". Este relato arroja luz sobre prácticas que hoy nos parecerían aberrantes, pero que en su momento fueron comunes y hasta legalizadas por la costumbre.
En la era anterior a la sanción de la Constitución Nacional de 1853, y particularmente durante la Confederación Argentina bajo el liderazgo de Juan Manuel de Rosas, el uso de la violencia como herramienta de justicia era moneda corriente. La "mazorca", el brazo armado de Rosas, llevaba a cabo prácticas como el degüello de enemigos y delincuentes, en un contexto donde la ley era frágil y la violencia omnipresente.
El relato narra un incidente protagonizado por el comandante general de campaña, Coronel Crispín Velázquez, quien ordena el degüello de dos individuos, Manuel González y Hermenegildo Corbalán, acusados del delito de robo en perjuicio de una casa de comercio en Villaguay. Sin embargo, Velázquez comete un exceso al solicitar la aprobación de esta medida al gobierno local, desconociendo las nuevas normativas surgidas tras la instauración de un sistema judicial más formal.
La respuesta del gobernador delegado Crespo es clara y contundente. Se niega a prestar aprobación a las ejecuciones, argumentando que, desde la creación de un sistema judicial formal y la promulgación de un código que regula los procedimientos legales, las ejecuciones deben seguir las reglas establecidas por la ley, y no pueden ser llevadas a cabo de manera arbitraria, al margen de estas normativas.
Es interesante destacar que Crespo señala que, si bien el gobernador propietario, general Urquiza, posee facultades extraordinarias que podrían permitirle autorizar este tipo de ejecuciones, la aprobación debe solicitarse específicamente a él. Esta observación pone de manifiesto la necesidad de respetar incluso las facultades excepcionales dentro de un marco legal y reglamentario.
El relato histórico "No se presta aprobación a dos degüellos" nos invita a reflexionar sobre la importancia del estado de derecho y el respeto a las instituciones en la construcción de una sociedad justa y civilizada. Aunque estos episodios pertenecen al pasado, su estudio y comprensión son fundamentales para evitar la repetición de errores y garantizar un futuro basado en la justicia y el respeto a los derechos humanos.