Enseñar para la vida
La Vida en la Escuela, una Escuela para la Vida
A los que somos docentes en escuelas secundarias hemos recibido esta pregunta que nos interpela: ¿Profe, para qué me sirve lo que me estás enseñando? Dicha pregunta trae aparejada la utilidad y significatividad de los contenidos que los estudiantes necesitan. Los vestigios de la educación prusiana que educaban para formar operarios de las industrias, como centro del aprendizaje con métodos de memorización y la repetición, métodos donde todavía en las escuelas quedan resabios que se estrellan con la realidad social actual donde se requiere enseñar para la vida. Los mismos estudiantes demandan una forma moderna de enseñanza, poder elegir las materias que quieren estudiar, clubes de ciencias en donde puedan desarrollar y ampliar lo aprendido, entre otras demandas que he recogido preguntándoles ¿Cuál sería la escuela ideal para ellos? Necesitamos una educación como una unión entre la teoría y la práctica donde los estudiantes puedan llegar a conclusiones sobre los distintos temas en discusión según sus propias creencias y no por lo que autoritariamente se les diga que tienen que hacer, estamos en la era de la economía del conocimiento, donde el trabajo mental vale mucho más que el trabajo manual o que las materias primas, en la virtualidad hay una fuente inagotable de conocimiento donde el estudiante debe descubrir el propósito de lo que quiere saber, cuando le encuentra el sabor al saber se produce el conocimiento, donde es vital el desarrollo de la creatividad para poder darle utilidad.
El conocimiento es la materia prima en la escuela, en la actualidad debe ir aparejado con el desarrollo de la convivencia, valores y habilidades socioemocionales, nadie que no esté contenido emocionalmente puede aprender. La escuela debe preparar personas para el mundo real, para encarar situaciones que se les presentan en el presente y salir fortalecidos para el futuro.
Las problemáticas sociales se manifiestan en la escuela, por ejemplo: la violencia, no es escolar sino social y desemboca en la escuela y así las distintas problemáticas de nuestros niños y jóvenes, como la poca tolerancia a la frustración, adicciones, bullyng, violencia intrafamiliar, abuso sexual, suicidios. Problemáticas que son la vida misma que demandan la atención de quienes tenemos la responsabilidad de enseñar, enseñar con un andamiaje emocional, los medios donde viven nuestros estudiantes condicionan, condicionan pero no determinan, no determinan porque existe la escuela. La escuela donde se vive y se puede aprender las distintas formas de vivir, necesitamos formar buenos profesionales que también se conviertan en personas felices, honestas y responsables. A veces la escuela debe mostrar que otras mejores realidades son posibles.
“La felicidad no es algo confeccionado, viene de nuestras propias acciones”.
Las herramientas para hacer frente a las problemáticas referidas las escuelas deben incluir en la currícula de todos los niveles del sistema educativo, en forma transversal y sistemática las siguientes temáticas: técnicas de meditación, conciencia plena, autorregulación, alfabetización emocional, autoestima, comunicación afectiva y asertiva, comunicación no violenta, inclusión, pensamiento crítico, pensamiento creativo, toma de decisiones, resolución de problemas, manejo de las emociones y el estrés, empatía, deporte, optimismo (optimismo realista), desarrollo de talentos, educación financiera y ambiental. Adquisición de hábitos saludables: de orden, higiene, de prevención, estudio, lectura por placer, actividad física, hobbies, actividades recreativas, culturales y solidarias; la construcción de buenos hábitos fortalecen la voluntad, voluntad que es necesaria para hacer frente al sedentarismo físico y cognitivo originado por las pantallas
La transformación personal es la semilla para la transformación de la sociedad, la interacción persona a persona es la clave para lograr cambios profundos y positivos en la sociedad y es lo que la escuela debe trabajar con las herramientas antes mencionadas estimulando la interacción de los distintos actores de la comunidad educativa.
El trabajo con historias de personalidades que a pesar de los fracasos y dificultades han salido adelante son estrategias potentes para realizar la analogía con situaciones que les toca vivir a los estudiantes, entender que estar triste no es malo, apreciar que perder produce más dolor que la alegría de ganar, las experiencias nos hacen más felices que las posesiones etc. Los jóvenes de entre 16 a 24 años son los que más dicen sentirse solos, el trabajo de socialización en la escuela es clave desarrollando las habilidades socio emocionales (“La amistad duplica la alegría y reduce el dolor a la mitad” Bacon); el poder discutir, analizar, vivir distintas situaciones hacen al crecimiento personal.
“Una persona que recibiera educación será una que la entregue” Dewey
Simplemente he querido expresar lo que necesita la escuela actual para desterrar la falta de motivación de estudiantes y docentes que se percibe, al no encontrar respuestas emocionales que ocasiona malestar, a la cual debemos enfrentar para el bien de todos.
Abrazo de Paz
Vicepresidente de la Fundación Educación Emocional Contactos: +543434474651 [email protected] Instagram.com/carlos_sigvardt