Salud pública
La receta médica electrónica será obligatoria desde el 1 de enero de 2025 en 11 provincias
El avance de la digitalización en el ámbito médico plantea un reto, pero también abre la puerta a una modernización necesaria en el sistema sanitario argentino.
El próximo 1 de enero de 2025 marcará un cambio significativo en la práctica médica en Argentina: miles de profesionales de la salud deberán abandonar el uso del tradicional recetario manuscrito para adoptar exclusivamente la receta médica electrónica. Esta transformación es producto de una resolución del Ministerio de Salud de la Nación, publicada recientemente en el Boletín Oficial.
No obstante, la obligatoriedad de esta normativa tendrá un alcance parcial, ya que solo 11 de las 24 jurisdicciones del país han adherido plenamente a la Ley Nacional de Receta Electrónica, modificada el año pasado para favorecer la digitalización en el sistema de salud. Las provincias que han adoptado la nueva reglamentación son: Catamarca, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Misiones, Salta, San Juan, Tierra del Fuego y Tucumán.
Situación en otras jurisdicciones
En tanto, algunas provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires han desarrollado sus propias normativas sobre la implementación de la receta electrónica. Este es el caso de Buenos Aires, CABA, Chubut y La Rioja, que aplican regulaciones independientes pero convergentes con el marco nacional.
Por su parte, Río Negro y Santa Fe están en proceso de diseñar y aprobar proyectos de ley en esta materia, aunque aún no han implementado la obligatoriedad de forma oficial.
Implicancias de la medida
La receta electrónica busca mejorar la trazabilidad, seguridad y accesibilidad en la prescripción de medicamentos, además de reducir errores asociados a la escritura manual y facilitar el acceso a tratamientos por parte de los pacientes. Sin embargo, la implementación enfrenta desafíos técnicos y logísticos, especialmente en regiones con menor conectividad digital o recursos tecnológicos limitados.
El Ministerio de Salud anticipó que continuará trabajando con las provincias que aún no han adherido para avanzar hacia la unificación del sistema en todo el país. Mientras tanto, en las jurisdicciones que ya adoptaron la normativa, los profesionales de la salud y farmacias deberán adaptarse a la obligatoriedad en pocos meses.