El borrador de la historia
La partida de un visionario: El legado de Tomás de Rocamora
Un 17 de marzo de 1819, en la ciudad de Buenos Aires se despiden los restos de Tomás de Rocamora. Con su partida, se cierra un capítulo fundamental en la historia de Entre Ríos y se lamenta la pérdida de un hombre cuyo trabajo incansable y visión pionera han dejado una huella imborrable en el tejido mismo de nuestra nación.
Nacido en la lejana Granada, en la actual Nicaragua, un 27 de abril de 1740, Rocamora fue desde temprana edad un espíritu inquieto, dotado de una capacidad de trabajo y organización que pronto se convertirían en las herramientas fundamentales de su legado. Su incansable labor fue crucial en la fundación de localidades tan emblemáticas como Gualeguay, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú, lugares que hoy en día constituyen pilares fundamentales de nuestra provincia de Entre Ríos.
Pero Rocamora no solo se limitó a erigir pueblos, sino que también fue un visionario capaz de ver más allá de las fronteras del presente. Fue él quien, con aguda inteligencia y perspicacia, descubrió el potencial de riqueza que yacía dormido en esta tierra olvidada por el imperio español. Su visión fue tan clara que logró imponer el nombre de "Entre Ríos" a esta provincia, destacando así su posición estratégica y su futuro prometedor.
Sin embargo, su contribución trascendió lo meramente geográfico. Rocamora fue un ferviente defensor de la autonomía regional, luchando incansablemente contra los intentos de absorción por parte de las autoridades de Santa Fe. Su visión de una Entre Ríos próspera y autónoma resonó en cada una de sus acciones y palabras, como lo evidencia su memorable informe al virrey, donde profetizaba un futuro brillante para esta tierra que tanto amaba.
Los sucesos de 1810 encontraron a Rocamora desempeñando funciones oficiales en Misiones, pero su lealtad a la causa revolucionaria no conoció límites. Colaboró activamente en la expedición de Belgrano a Paraguay, demostrando una vez más su compromiso con la libertad y la independencia de nuestra patria.
Tras una vida dedicada al servicio de su tierra y su pueblo, Rocamora deja tras de sí un legado imborrable. Su matrimonio condescendiente dio fruto a una única hija, quien continuará su legado junto a su esposo Marcos Balcarce con el cual tendrá varios hijos.
A los 79 años la enfermedad finalmente lo reclamó, y sus restos fueron depositados en la iglesia del convento Mercedario en Buenos Aires. A través de esta breve reseña, rendimos homenaje a un hombre cuya visión y sacrificio allanaron el camino hacia un futuro más próspero y justo para todos los habitantes de Entre Ríos. Que su legado nos inspire a seguir luchando por la grandeza de nuestra tierra y por la libertad de nuestro pueblo.