Bienestar
La actividad física: un pilar fundamental para la salud y el bienestar
Mantener un estilo de vida activo es clave para la salud y el bienestar. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la actividad física como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que requiera un gasto de energía. Dentro de esta categoría se distinguen dos conceptos fundamentales: el ejercicio físico y el deporte.
El ejercicio físico es una actividad planificada, estructurada y repetitiva con el objetivo de mejorar o mantener la condición física. En cambio, el deporte es una disciplina con una estructura específica y reglamentos definidos, como el fútbol, el tenis, el hockey o el atletismo. Puede practicarse de manera recreativa, competitiva o de alto rendimiento.
Recomendaciones para una vida activa
La Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC, destaca que "para obtener beneficios en la salud, se recomienda realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada o 75 minutos de actividad intensa". Asimismo, indica que "se ha comprobado que entrenar entre 300 y 450 minutos semanales genera mayores beneficios".
Por otro lado, el comportamiento sedentario, caracterizado por la falta de movimiento durante las horas de vigilia, puede tener un impacto negativo en la salud. Permanecer sentado o recostado durante largos períodos sin actividad física aumenta los riesgos de desarrollar enfermedades crónicas.
Beneficios según las etapas de la vida
La actividad física es beneficiosa en todas las edades:
Niños y adolescentes: mejora la forma física, la salud cardiorrespiratoria y ósea, la salud mental y la capacidad cognitiva, además de reducir la grasa corporal.
Adultos y adultos mayores: disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, cáncer, diabetes tipo 2 y caídas. También mejora la salud mental, la función cognitiva y la calidad del sueño.
Mujeres embarazadas y en puerperio: reduce el riesgo de preeclampsia, hipertensión gestacional, diabetes gestacional, aumento excesivo de peso, complicaciones en el parto y depresión posparto. Además, no tiene efectos adversos sobre el peso al nacer ni aumenta el riesgo de muerte prenatal.
Los riesgos del sedentarismo
El sedentarismo ha aumentado debido al uso excesivo del transporte motorizado y los dispositivos electrónicos. Sus efectos en la salud incluyen:
Niños y adolescentes: mayor acumulación de grasa corporal, peor salud cardiorrespiratoria y metabólica, menor aptitud física y afectaciones en el comportamiento social y el sueño.
Adultos: mayor riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes tipo 2.
Para contrarrestar estos efectos, es fundamental incorporar el movimiento en la rutina diaria. "Caminar, subir escaleras, realizar pausas activas y practicar algún deporte o ejercicio físico son acciones simples pero efectivas para mejorar la salud y el bienestar", enfatiza la Dra. El Haj.