Día Mundial de la Prevención de la Obesidad
Expertos llaman a un cambio de enfoque ante la crisis de salud pública en América Latina
En el marco del Día Mundial de la Prevención de la Obesidad, expertos de toda América Latina han lanzado un llamado urgente a la acción para enfrentar una de las crisis de salud pública más graves del siglo XXI. La obesidad, según los especialistas, debe dejar de ser vista como una simple cuestión estética o un problema de falta de voluntad. Es, en realidad, una enfermedad compleja y multifactorial que necesita un tratamiento integral y empático.
La urgencia de una intervención
El Dr. Jorge Harraca, ex presidente de la Sociedad Argentina de Cirugía de la Obesidad y Enfermedad Metabólica (SACO), advirtió que el enfoque actual sobre la obesidad está retrasando la atención médica adecuada y empeorando la situación. "Es esencial comprender que la obesidad afecta a todo el organismo, incluyendo mecanismos neurológicos que regulan la saciedad y el metabolismo", expresó Harraca, quien también señaló que muchos casos de obesidad mórbida responden a factores fuera del control individual, como componentes genéticos y ambientales.
El Dr. Luciano Poggi, miembro de la Asociación Peruana de Cirugía y Enfermedades Metabólicas (APCBEM), subrayó que en pacientes con obesidad mórbida, la dieta y el ejercicio suelen ser insuficientes para lograr una pérdida de peso sostenida. "La cirugía bariátrica ha demostrado ser efectiva, pero no es una solución mágica; debe acompañarse de un seguimiento constante de un equipo multidisciplinario", explicó Poggi. En tanto, el Dr. Rodrigo Muñoz, presidente de la Sociedad Chilena de Cirugía Bariátrica y Metabólica (SCCBM), enfatizó que la obesidad no debe ser juzgada como una falta de disciplina. Según Muñoz, existen factores genéticos y del ambiente intrauterino que predisponen a la obesidad desde la etapa fetal.
El impacto en los niños y adolescentes
La situación se agrava al observar el impacto de la obesidad en niños y adolescentes. Un reciente informe de la ONU advierte sobre los efectos devastadores de la malnutrición infantil, que en sus diversas formas —incluyendo el sobrepeso— afecta el desarrollo físico, cerebral y del sistema inmunológico de los menores. Esta realidad es particularmente preocupante en Argentina, donde la malnutrición contribuye a un ciclo de enfermedades que afecta a las generaciones futuras.
Las alarmantes proyecciones para el 2035
Las estadísticas actuales y las proyecciones son motivo de alarma. En Argentina, la obesidad y el sobrepeso afectan a seis de cada diez adultos, con un 36.2% de sobrepeso y un 25.4% de obesidad, de acuerdo con la Cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo. Para 2035, se estima que el 43% de los adultos en el país vivirá con obesidad. A nivel mundial, la Federación Mundial de la Obesidad proyecta que en ese mismo año, más de 4 mil millones de personas —cerca del 50% de la población global— padecerán obesidad o sobrepeso.
Un cambio de paradigma necesario
Los especialistas hacen un llamado a los gobiernos, las instituciones de salud y la sociedad para responder de manera contundente. La falta de reconocimiento de la obesidad como enfermedad lleva a un diagnóstico tardío y a la aparición de complicaciones graves, como diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardíacas, y hasta cáncer. Harraca, Poggi y Muñoz coinciden en que el sistema de salud necesita estar preparado, con profesionales capacitados y una infraestructura adecuada para enfrentar esta epidemia.
Educación y sensibilización: rompiendo estigmas
Romper los estigmas que rodean a la obesidad es crucial para cambiar la percepción pública. Para quienes desean obtener más información, la plataforma hablandodeobesidad.com ofrece una amplia variedad de recursos educativos, testimonios y aclaraciones sobre mitos que aún persisten en torno a esta enfermedad.
El Día Mundial de la Prevención de la Obesidad nos recuerda la necesidad de un enfoque multidisciplinario y empático, centrado en la educación, la intervención temprana y la eliminación de prejuicios. Sin una acción inmediata y coordinada, los sistemas de salud enfrentarán un desafío monumental que comprometerá la calidad de vida de millones de personas.