Salud pública
Día Mundial del ACV: Prevención y detección temprana, claves para salvar vidas
Cada 29 de octubre, el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular (ACV) recuerda la importancia de la prevención y el reconocimiento temprano de esta emergencia médica, primera causa de discapacidad de origen neurológico en Argentina y un serio riesgo para la vida.
El ACV ocurre cuando la circulación sanguínea en el cerebro falla, impidiendo que las células reciban oxígeno y provocando un daño cerebral. "El ACV es una emergencia médica, y el tratamiento temprano es crucial para reducir el daño cerebral y mejorar los resultados en el paciente", explicó Marcelo Chaves, jefe del servicio de Neurología del Hospital San Martín de Paraná.
Tipos y síntomas de alerta
Existen dos tipos principales de ACV: el isquémico, causado por la obstrucción del flujo sanguíneo, y el hemorrágico, originado por una hemorragia cerebral. Ambos requieren atención médica urgente. Los signos de alerta incluyen:
- Debilidad o parálisis repentina en la cara, brazo o pierna, especialmente de un lado del cuerpo.
- Confusión o dificultad para hablar y entender el habla.
- Dificultades para caminar, mareos y pérdida de equilibrio.
- Dolor de cabeza severo sin causa aparente.
- Pérdida repentina de la visión en uno o ambos ojos.
"Reconocer los síntomas de un ACV es fundamental para que el paciente reciba atención lo más rápido posible. El tratamiento temprano es clave para minimizar las secuelas y mejorar el pronóstico", detalló Chaves.
En el caso de un ACV isquémico, si el paciente es atendido dentro de las primeras cuatro horas puede recibir trombólisis intravenosa, que disuelve el coágulo y restablece el flujo sanguíneo. Si es un ACV hemorrágico, el tratamiento se centra en controlar la presión arterial y reducir el riesgo de hemorragia, e incluso podría requerir intervención quirúrgica.
Secuelas y rehabilitación
Las secuelas varían según la gravedad del ACV, la ubicación de la lesión y el tiempo antes de recibir tratamiento. Según Chaves, "puede quedar dificultad para mover una parte del cuerpo, problemas de comunicación y secuelas cognitivas que afectan la memoria y la atención. Además, los síntomas de depresión o ansiedad son comunes después de un ACV".
Prevención: reducir el riesgo
Aunque no es posible eliminar por completo el riesgo, sí se pueden reducir los factores modificables como:
- Control de la hipertensión, el factor de riesgo más influyente.
- Evitar el tabaco y el alcohol.
- Mantener un peso saludable y realizar actividad física regular.
- Controlar enfermedades cardíacas y diabetes.
- Reducir los niveles de colesterol y evitar el sedentarismo.
El Día Mundial del ACV es un recordatorio anual de que adoptar un estilo de vida saludable y conocer los síntomas puede marcar una gran diferencia en la reducción de los efectos de esta enfermedad, protegiendo la salud y salvando vidas.