Salud
Accidente cerebrovascular: cada minuto cuenta en la atención de una emergencia crítica
En Argentina, alrededor de 120.000 personas sufren un Accidente Cerebrovascular (ACV) cada año, y aproximadamente 40.000 de ellas fallecen a causa de esta emergencia médica. El Dr. Marcelo Cáncer, cardiólogo de OSPEDYC, subraya la importancia de una atención inmediata en estos casos: “Un ACV es una emergencia crítica que resulta de la interrupción del flujo sanguíneo hacia el cerebro. Solicitar tratamiento médico de inmediato puede reducir el daño cerebral y prevenir complicaciones graves”.
El ACV puede ser causado por dos factores principales:
Isquemia cerebral: es responsable del 85% de los ACV. Se produce cuando una arteria que lleva sangre al cerebro se bloquea o reduce, lo que priva al tejido cerebral de oxígeno y nutrientes, provocando la muerte de las neuronas en pocos minutos.
Hemorragia cerebral: ocurre cuando un vaso sanguíneo del cerebro se rompe y causa un derrame. El sangrado aumenta la presión en las neuronas y las daña.
Entre los principales factores de riesgo se encuentran la edad (mayores de 55 años), antecedentes familiares o personales de enfermedades cardíacas, hipertensión, sedentarismo, tabaquismo, colesterol alto, diabetes no controlada, consumo excesivo de alcohol o drogas, y apneas del sueño.
El Dr. Cáncer advierte sobre los síntomas más comunes de un ACV:
- Dificultad para hablar o entender: la persona puede arrastrar las palabras o no comprender lo que se le dice.
- Entumecimiento o debilidad en un lado del cuerpo: uno de los signos característicos es que un brazo o lado del rostro se caiga.
- Problemas visuales: visión borrosa o pérdida repentina de visión en uno o ambos ojos.
- Dolor de cabeza intenso: de aparición súbita y severa, puede estar acompañado de vómitos y mareos.
- Dificultad para caminar o pérdida de coordinación.
Si se observan estos síntomas en uno mismo o en otra persona, se debe llamar a emergencias de inmediato. "Cada minuto cuenta", enfatiza el especialista.
El tratamiento varía según el tipo de ACV. En los casos de ACV isquémico, es crucial restaurar el flujo sanguíneo mediante trombolíticos o procedimientos como la angioplastia. Para los ACV hemorrágicos, se buscan controlar la presión arterial y, en algunos casos, realizar cirugías para reparar el vaso sanguíneo roto.
Finalmente, el Dr. Cáncer subraya la importancia de la prevención: “El manejo adecuado de los factores de riesgo es esencial para reducir la incidencia de ACV”. La educación y una rápida intervención son claves para mejorar los resultados y salvar vidas.