Vuelven las alegres golondrinas y sus consecuencias
Victoria.- Como viene sucediendo en verano, nuestra ciudad asiste a una verdadera invasión de golondrinas que se concentran en las plazas. Generaron muchos inconvenientes el año pasado, especialmente en la San Martín,
En esta oportunidad consultamos al Lic Martín Quiroga (CONICET), especialista en aves migrantes, quien explicó todo lo relacionado a los movimientos anuales de la especie, en este caso una variedad de golondrina que llega mayoritariamente en verano a nuestra zona, pero los primeros ejemplares comienzan visitarnos en primavera. Es distinta a la otra comúnmente denominada “tijereta”, que migra a San Antonio de Capistrano (California – Estados Unidos).
Las aves que veremos a partir de esta fecha en zona céntrica tienen características particulares, con un cuerpo más robusto, vientre blanco y color negro en las parte de lomo y alas. Llega a nuestra zona en el inicio de la primavera y se queda hasta fines del verano, antes de la llegada del otoño, tal como ocurrió en nuestra ciudad en el 2021.
“En los meses de marzo se las puede observar a todas juntas y durante este período se alimentan para acumular energía, que les permitirá migrar probablemente al sur y centro de Brasil, o países del norte de Sudamérica. No llegan tan lejos como las de Capistrano”, lo hacen buscando temperaturas más elevadas para reproducirse.
Tienen dos períodos reproductivos, uno en cada lugar donde se instalan siguiendo la etapa estival, según Quiroga, esta conducta –que les permite incrementar la descendencia- es natural y por una cuestión de supervivencia, especialmente por todo lo que significan las migraciones.. Es decir que tienen crías en nuestra zona y en Brasil o países del norte de Sudamérica, dos veces por año, como mínimo. Explicó además el especialista que buscan oquedades donde se reproducen, después habitan en los árboles. “Desde que comienza la construcción del nido hasta que vuelan los pichones les lleva entre 30 y 45 días”. Pasada esta etapa cierran en ciclo reproductivo, dejan los nidos y se agrupan en las ramas de los árboles. La especie se denomina Progne chalybea
Población
Llamó la atención la cantidad de ejemplares que vuelan, especialmente en horas de la noche generando muchos inconvenientes, para peatones y automóviles que son presa de las deposiciones de las golondrinas. En torno a este punto explicó el profesional que tienen que volar mucho en horas de la noche porque se alimentan en vuelo, capturando insectos que rodean especialmente las fuentes de luz.
Son muy sensibles a los ruidos, algo que observamos en las noches de verano al paso de las batucadas los fines de semana, que con su estruendo de tambores modificaban el ámbito sonoro de la plaza provocando que miles de golondrinas dejaran las ramas y volaran en distinta dirección.
La complicación mayor se produce por el exceso de población, generando acumulación de materia fecal, que se distribuye en la vía pública con todas las consecuencias que conocemos.
En diálogo con Paralelo 32, Quiroga comentó que el proceso migratorio les lleva varios días, van parando en distintos lugares y al llegar al destino –de acuerdo a los estudios– han perdido un 40 % de su peso corporal, además hay un porcentaje que muere en el camino.
El medio de defensa de la especie lo encontró en los niveles de reproducción, porque aumenta la descendencia en dos lugares (Argentina y Brasil), según Quiroga, la migración es muy “costosa” para los ejemplares por todo el esfuerzo que requieren para el traslado e inclusive, como señaláramos, mucha aves mueren en el camino.
Tienen un patrón migratorio e inclusive vuelven a habitar el mismo árbol, algo que comprobaron con anillados y la instalación de cajas-nidos. Este año nuevamente se corrobora que al inicio de la primavera volvemos a tener estas pintorescas visitantes.
Sector rural
En general estas aves no representan problemas para la agricultura, especialmente poque las fumigaciones disminuyen en forma sustancial la cantidad de insectos, fuente básica de alimentos para esta especie. Además no hay demasiadas concentraciones arbóreas donde puedan refugiarse. También necesitan espacios abiertos para volar, por lo cual no habitan en montes cerrados.
“Las aves paseriformes (entre ellas las golondrinas), desde el punto de vista sanitario son transmisoras de enfermedades como la influenza aviar, el virus del Nilo del oeste, enfermedad de Lyme, entre otras, pero no son consideradas una amenaza para la salud pública. La transmisión aves-humanos ha sido documentada muy raramente y su importancia epidemiológica sólo se reduce a su rol como reservorio de las mencionadas enfermedades” explicó
Control
Según Quiroga, no hay métodos de control y haciendo una consideración abstracta sostuvo que solamente se limitaría la especie si no hubiera arboles ni alimentos, en un ámbito de inexistencia de insectos. Recurrir a la cetrería, que es el arte de adiestrar aves rapaces para cazar animales libres en su medio natural, sería otra alternativa, señaló.