Paraná
Vino Milei y no les permitió preguntar a los periodistas
El acto de ayer en el que Javier Milei presentó al candidato a gobernador por Entre Ríos, me pareció, para decirlo sin ambages, una payasada y media, caracterizado por un discurso no solamente mediocre sino con falencias y mentiras históricas de grueso calibre. De todos modos la aparición de estos emergentes en la sociedad, es la muestra más cabal e inapelable de nuestras imperdonables heces y fracasos. Por supuesto que en ello algunos y algunas tienen muchísima más responsabilidad que otros y otras. De todos modos, y aunque me enoje hasta el paroxismo, estos llamados libertarios obtendrán en las elecciones venideras no menos de tres o cuatro legisladores provinciales y hasta quizás un diputado nacional.
Me parece un horror y un verdadero desatino que, en pleno siglo XXI, con una República consolidada, al menos en aspectos formales, los adalides de la libertad NO permitan que la prensa libre los interpele con preguntas. Tal prohibición los convierte, sin lugar a dudas, en verdaderos apostatas de la libertad que pregonan Urbi et orbi.
Se comienzan a perfilar, de a poco nomás y antes de lo que sería razonable, en parte de la misma casta que critican, muchas veces apelando a gritos desaforados por parte de su Máximo referente. Su nombre partidario deja de individualizarse con la sigla LLA (La Libertad Avanza) y muta estrepitosamente a la de LLR (La Libertad Retrocede). Porque de esa manera, poniéndole un límite prohibitivo a los comunicadores de una República, esa libertad que recitan hasta el empalagamiento, comienza a retroceder. Y lo peor de todo, que lo hace peligrosamente en cuatro patas.
Abogado. Docente universitario en las cátedras de Economía Política y de Periodismo Económico (UNER). Especialización en Economía y Desarrollo (FLACSO).