Crespo.- En la actualidad, tanto los arquitectos, maestros mayores de obra, propietarios de viviendas, como productores avícolas o porcinos, analizan las opciones con las que cuentan en el mercado buscando implementar un sistema de aislación que le sea eficiente, a lo que en la actualidad se suma la sustentabilidad.
La empresa, ECO Aislación SRL, conformada por un grupo de profesionales graduados de la Universidad Nacional del Litoral, presentó en el mercado una solución sustentable en aislación, térmica y acústica, para la construcción de todo tipo de viviendas, galpones, o estructuras que lo requieran.
La propuesta es única en la región, ya que trabajan con un aislante de fibra de celulosa a partir de papeles reciclados. De esta manera, insertan al mercado un nuevo producto de alta calidad, ecológico y sustentable, que brinda un gran confort y cuidando el medio ambiente.
En diálogo con Paralelo 32, Santiago Molteni, representante en la región de Eco Aislación SRL, explicó que el proceso de producción de la fibra de celulosa es un proceso en seco, “es decir, que no produce efluentes contaminantes y, en comparación con procesos de producción de otros aislantes, genera una menor emisión de CO2 a la atmósfera”.
Además indicó que “el aislante de celulosa reduce el consumo de energía y gas utilizados para calefacción y refrigeración, lo cual conduce a la disminución de emisión del CO2 a la atmósfera”.
El entrevistado comentó que en la actualidad trabajan en la aplicación de dos materiales del aislante, el Proyectado (rociado sobre paredes y techos o cubiertas, ideal para viviendas en construcción) y el Soplado (proyección de una manta uniforme sobre cielo raso o bajo-cubierta). Se trata de un sistema en seco que se realiza en viviendas que están habitadas, sin la necesidad de desmontar el cielorraso”.
El producto permite tener una gran aislación térmica en techo (fundamentalmente en chapa de zinc) y evitar la condensación (que es lo que normalmente arruina el cielorraso y provoca humedad en el ambiente). “El aislante retiene la humedad y la elimina como vapor, por lo tanto no genera una masa de agua entre chapa y aislante, lo cual protege a la chapa y permite que no se arruine; y la colocación es relativamente rápida”, explicó Molteni sobre el proceso.
“No solo resulta un producto ecológico, sino que también tiene un gran confort tanto térmico como acústico y un beneficio económico para los usuarios, ya que su precio es más económico, comparándolo con otros aislantes de similares prestaciones”, señaló.