Una problemática sin fin: el uso de escapes ruidosos
Nogoyá.- Asciende la temperatura y la vida nocturna de la ciudad cobra vida. Las veredas se van poblando de sillones, rondas de mates y otras bebidas hasta pasada la medianoche, o alguna improvisada picadita suele verse para cerrar el día caluroso.
Pero todo (o casi todo) tiene sus ventajas y contras. El calorcito de noviembre invita a realizar actividades que en invierno no se hacían, como por ejemplo andar en moto.
Ese “andar en moto” implica una suma de normas que parecieran ser propios de una comunidad selecta que se moviliza con sus propias reglas.
Llegada la noche se pueden observar en distintos puntos de la ciudad grupos de hasta veinte motocicletas, conducidas por jóvenes que giran por calles céntricas y avenidas principales.
Esto no sería impedimento si las motos estarían en condiciones similares a como salieron de fábrica, pero estos jóvenes adulteran el sistema de luces, las ruedas y sobre todo el caño de escape. Ni hacer mención al uso del casco y documentación.
Entonces ahora las noches de este verano anticipado no solo tienen la visita de los mosquitos, sino de estos molestos ruidos que provocan las motos con sus escapes adulterados. Para colmo de males, pareciera que se plantea una especie de competencia para ver que moto hace más ruido o más contra explosiones. Si una es molesta, imaginemos veinte en simultáneo, como se los ve y oye andar por las calles.
Pese a que Nogoyá cuenta con una ordenanza que impide el uso de este tipo de escapes, el Juez de Faltas reconoció que no tiene números precisos acerca de los secuestros de moto vehículos por escapes adulterados y reconoció las falencias a la hora de actuar en la calle.
Con poco más de un año de vigencia, la ordenanza que los concejales aprobaron por unanimidad pero no se cumple, prohíbe “la circulación de cualquier vehículo que tuvieran incorporados caños de escapes libres o modificados a los originales”.
Aquellos infractores a la ordenanza, les sería retenido su vehículo y trasladado al lugar que determine el Departamento Ejecutivo Municipal, a la orden del Juez de Faltas.
Otro de los puntos de la ordenanza, también establecía que, para retirar el vehículo, el propietario deberá colocar el escape reglamentario al modelo de vehículo, de lo contrario no podría retirarlo.
También quedaba prohibida la venta y colocación de caños de escapes no reglamentarios, siendo pasibles de infracción aquellos que lo hagan.
Esta ordenanza Nº1.313, tenía como objetivo evitar la contaminación sonora generada a partir de ruidos excesivamente molestos que producen efectos negativos en la salud auditiva, física y psíquica de la población; pero a un año de su promulgación, no se han visto grandes cambios, ya que todas las noches, desde cualquier punto de la ciudad, se pueden escuchar los ruidos molestos, provocados por motocicletas, que circulan a gran velocidad.
Llamativa fue la declaración que el Juez de Faltas brindó a medios locales cuando fue consultado por la problemática.
El Dr. Eduardo Luis Larrat reconoció que no cuenta con un registro puntual de motos retenidas por caños de escape libres, “porque se retienen por diferentes irregularidades que no cumplen, como falta de seguro, falta de documentación, licencia de conducir, diferentes ítems que no cumplen, viene todo en un conjunto y no se hace una discriminación, si se discriminan para cobrar la infracción, pero no podemos decir que cuantas retenciones hay por caños de escape libres”.
También pudo afirmar que no se han labrado actas a comercios que vendan los caños de escapes anti reglamentarios, desconociendo si se hacen operativos de control sobre estos locales comerciales.
Aclaró además que los operativos que realiza la policía de Entre Ríos, son independientes a la función del municipio.
“Con el fiscal Federico Uriburu se trabajaba muy bien, ya que este realizaba actuaciones de oficio y se realizaba una denuncia por contaminación sonora, lo cual permitía realizar allanamientos y secuestro de motos o vehículos con caños de escapes modificados, cosa que actualmente no se hace”, agregó Larrat, asumiendo que “hoy se puede ver a los motociclistas, sobre todo por las noches, como andan sin casco, sin patente, de a tres personas, haciendo ruidos; pero muchas veces la policía tiene sus limitaciones para actuar, porque si persigue a los motociclistas y estos se accidentan, la culpa es de la Policía, si ocurre un accidente en el marco de un control, también es complicado. Es muy difícil actuar en la calle y no es algo de lo que yo pueda hablar, porque mi función es ejecutar las multas una vez ya realizadas las actas”, finalizó.
Con este panorama, bien se podría decir que ante la falta de controles y lo complicado que sería actuar en la calle, se está firmando un cheque en blanco para que sigamos sufriendo la problemática apenas iniciada la temporada estival.