Reflexiones sobre el aniversario de la Declaración de la Independencia
Una libertad sin seguridad de vida, de trabajo, de educación y vivienda digna, es una falsa libertad
Cada 9 de julio, Argentina celebra el Día de la Independencia, conmemorando aquel histórico 1816 en que las Provincias Unidas del Río de la Plata declararon su emancipación de la Corona española en Tucumán. Este evento, impulsado por figuras clave como San Martín, Manuel Belgrano, Juan José Paso, y otros próceres, no solo marcó el nacimiento de nuestra nación, sino que también sembró los valores fundamentales de libertad, igualdad y autonomía que siguen vigentes hoy.
Sin embargo, no debemos dejar de considerar que el Congreso de Oriente, también conocido como el Congreso de los Pueblos Libres, celebrado en 1815 bajo el liderazgo de José Gervasio Artigas, fue el antecedente más inmediato, claro y valiente que los congresales de 1816 podrían haber tenido como referencia en su accionar. En este congreso, se proclamó la independencia de las provincias del dominio español y se estableció una Liga Federal con un fuerte énfasis en la soberanía y la igualdad de los pueblos.
Artigas, con su fervor por la "soberanía particular de los pueblos", propuso un modelo de gobierno que priorizaba la autonomía provincial y la igualdad entre las regiones. En sus "Instrucciones del Año XIII", Artigas dejó claro su compromiso con la independencia, la república y la federación, sentando las bases para un país donde cada provincia pudiera ejercer su derecho a la autodeterminación dentro de una confederación equitativa y justa. "Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia soberana", afirmaba Artigas, destacando la importancia de la participación activa y la autonomía de los pueblos.
En el contexto actual, reflexionar sobre esos principios es esencial. La Declaración de Independencia, suscrita por los representantes de las provincias, no solo fue un acto de ruptura con el colonialismo, sino también una afirmación del derecho de los pueblos a decidir su destino. En las palabras de Juan José Paso, la independencia era necesaria para "recobrar los derechos que nos fueron despojados".
Hoy, más de dos siglos después, Argentina enfrenta desafíos que requieren renovar ese compromiso con la igualdad y la justicia. Las tensiones entre las regiones y la centralización excesiva siguen siendo problemáticas. La visión de los próceres, que abogaron por un país donde todas las provincias pudieran prosperar en igualdad de condiciones, nos ofrece una guía para abordar estas cuestiones.
Manuel Belgrano, uno de los principales impulsores de la independencia, también defendía la educación y el desarrollo como pilares para una nación fuerte y equitativa. Su preocupación por la instrucción pública y el progreso económico de todas las regiones refleja una visión integral de la independencia, no solo política sino también social y económica.
En la actualidad, es vital que trabajemos para que los ideales de 1816 se concreten en una realidad donde todas las provincias argentinas gocen de oportunidades justas y recursos bien distribuidos. La autonomía provincial y el federalismo efectivo no son solo principios históricos, sino necesidades contemporáneas para un desarrollo equilibrado y sostenible.
Este Día de la Independencia es una oportunidad para renovar nuestro compromiso con esos ideales. Recordemos que la libertad y la igualdad, pilares de nuestra nación, solo se alcanzan plenamente cuando todas las regiones y comunidades pueden participar equitativamente en el desarrollo del país. Así, honramos el legado de nuestros próceres y construimos un futuro más justo y unido para todos los argentinos.
En Entre Ríos, tierra de historia y lucha, este 9 de julio nos invita a reflexionar y a actuar para que los principios de libertad, igualdad y autonomía, que dieron origen a nuestra nación, sean una realidad palpable en cada rincón del país. Que este día nos inspire a trabajar juntos por una Argentina más justa, solidaria y verdaderamente independiente.