Juan Coassolo
Una experiencia impresionante
IIª parte (Especial Paralelo 32)
Confesiones de un ultramaratonista que en enero correrá la prueba más exigente del mundo con bajas temperaturas extremas. Será el único argentino. Si la cumple, habrá participado en las tres ultramaratones más exigentes en el término de un año calendario. Le damos la palabra.
¿Por dónde empiezo?
Quizás confesando lo que algunos ya saben.
No me llevo bien con el frio, no lo odio, pero no lo prefiero ante el calor.
Muchas veces hay que saber que, los desafíos como la palabra lo indica, no solo son deportivos…
¿Y ahora?
Como explicar lo que quiero lograr, la dimensión de este nuevo objetivo…
Todo tiene un principio, siempre.
Todo se reduce a varias pero simples formas de ser/pensar…
Querer vencer limites, llegar a donde pocos hayan llegado, aunque muchas veces el costo a pagar sea caro, y no solo se trata de entrenamientos que te dejan exhausto, sino quizás a la sensación más ingrata, el ser incomprendido, a que el camino a recorrer siempre sea bajo la mirada o el comentario desconfiado de muchos, lo que, dicho sea de paso, molesta (algo) pero en definitiva, por mi forma de ser, agrega mas leña a mi fuego…
Porque muchas veces esa incomprensión me hizo mas fuerte, mas seguro, a pesar de que al contarlo ahora, parezca que me importa lo que me dice la gente.. al saber o verme hacer locuras que salen de lo común por estos lados…
O una razón aun más sencilla; que realmente mi mamá haya tenido razón y yo sea un “hart kopf” (cabeza dura) al que, cuanto más se le interponen circunstancias o le dicen que NO a algo… más me empecino en lograrlo.
Vayamos al grano
Como comenté en el artículo anterior, la Arrowhead 135 no tiene soporte y requiere que cada competidor tire de un trineo, traccionado desde un cinturón en mi cadera, cargando todo el equipo para sobrevivir o auto rescatarme junto con toda el agua, comida y ropa para 2 días y medio en el bosque, en la nada misma, donde las temperaturas suelen oscilar los -40 grados en el final de enero, allí en International Falls Minnesota.
Ese trineo será mi resguardo, mi abastecimiento, y es por eso deberé hacerme amigo, pero sé muy bien que, en ciertos momentos, arrastrarlo a través de la nieve, cuando toque encarar una colina y cuando el fantasma del cansancio se haga presente, puede también volverse mi peor enemigo.
¿Entonces?
No solo me voy a enfrentar a los duros y conocidos 217km (135 millas) que de por sí representan siempre una gran apuesta, sino que supone poder correr en un clima que –para graficarlo mejor– todo lo que produce vapor… se congela.
Cada detalle cuenta, y serán constantes los cambios y combinaciones de ropa (siempre por capas) para que mi cuerpo regule adecuadamente la temperatura interior y la exterior a -30/-40 grados, porque si lo hago mal, otro enemigo, otro fantasma puede aparecer: la hipotermia, a causa de exceso de transpiración.
Entonces, es ahí donde siempre digo que hay que estudiar mucho, investigar, aprender, porque es una carrera donde “el clima frío es un gran y desconocido obstáculo para manejar, y es increíble cómo el error más pequeño suma, y se convierte en algo más grande sin ser consciente de ello, hasta que en cierto punto puede ser de demasiado tarde”.
Puedo estar súper entrenado, hablando siempre de correr, pero un error o la suma de ellos, te puede dejar fuera. Cada detalle cuenta, cada experiencia de corredores que la han hecho, y muchas veces tienen mayor peso los relatos de intentos fallidos. Esos, son los que mas suman a mi plan.
Siempre es preferible conocer todos los “no hagas esto, que te puede costar caro”, a que solo te cuenten historias de éxito… Las grandes batallas se ganan de aprender de los errores y de trabajar los puntos débiles…
¡Salgan!
Para largar estaremos en un lugar protegido. Al salir ese día del salón donde todos esperan por el llamado de largada, sentiré la primera trompada que nos dará a todos la temperatura extremadamente baja, que seguramente me va a sacudir como el boxeador que recibe un cross a la mandíbula, inesperado pero si previsto, en el primer round…
Es ahí donde tengo que buscar la fortaleza interior, trabajar no solo mi cuerpo, sino mi mente para salir de situaciones que, quizás me imaginaba y otras que… pueden llegar a ser nuevas, y tendré que salir de ellas con las herramientas y acciones adecuadas, sin entrar en pánico.
Cuando escribo estas líneas, muchas veces también pienso en que podría elegir algo mas “cómodo”, y seguro será un pensamiento recurrente durante la carrera (otro de mis demonios como los llamo).
Quizás algo que no me empuje a esos límites… ¿Quién va a notar la diferencia? Si de todas maneras, cuando hablo de que corro mas de 100km por semana, ya soy un extraterrestre para muchos.
Creo y espero no equivocarme, porque no soy dueño de la verdad, pero si de mi destino, que salir de esas situaciones no te vuelve invencible, te vuelve mas humano y te conecta con la vida.
Las batallas en la vida no siempre las gana el hombre más fuerte o el más rápido. Pero tarde o temprano el hombre que gana, es el hombre que piensa que puede… (Continuará)