Panorama político
Un año con altas y bajas para Frigerio en el gobierno
La motosierra nacional recortó obras y desfinanció programas que la provincia debió hacerse cargo • Los escándalos Urribarri y Kueider son ganancia para el gobernador • Se abre un año electoral y debe convencer a socios radicales que La Libertad Avanza merece la misma boleta.
Está llegando a su término el primer año de gestión del gobernador Rogelio Frigerio, que tomó el control del Estado provincial el 10 de diciembre de 2023 terminando con veinte años de hegemonía peronista que, desde 2003, vio en el sillón de Urquiza sentado por tercera vez a Jorge Busti, hasta 2007, a Sergio Urribarri (hoy caído en desgracia y purgando cárcel en Paraná, truncado su ‘sueño entrerriano’) hasta 2015, y a Gustavo Bordet con dos mandatos hasta el año pasado.
Transición difícil
El primer año fue una transición muy difícil por las crisis arrastradas en los últimos años, y más aún con las decisiones de ajuste feroz iniciadas a nivel nacional por el presidente Javier Milei, que afectó directamente la obra pública con financiación nacional y los traspasos de coparticipación de impuestos federales a la jurisdicción provincial.
Aunque Frigerio se posicionó rápidamente a favor de los cambios propuestos desde Balcarce 50, el tratamiento financiero que recibió desde Buenos Aires apenas le permitió mejorar un poco el envío de fondos frente a lo que lograron los gobernadores más hostiles al mandatario libertario y su ‘plan motosierra’.
El frigerismo ante el espejo
Desde la perspectiva del gobierno provincial, la mirada es, naturalmente, conciliadora y complaciente ante los desafíos enfrentados y el cuadro de ‘desastre’ administrativo y financiero que adjudican al peronismo como herencia recibida y acumulada en estos ‘veinte años perdidos’ para la provincia.
El balance de gestión, que trazó el secretario General de la Gobernación Mauricio Colello, enfatiza en los “desafíos enfrentados”, los “logros alcanzados” y los “objetivos a futuro”. Los temas del oficialismo:
• Puestos de trabajo: Para el gobierno provincial la principal meta es “generar puestos de trabajo”, y para ello el gobierno debe apoyar a quienes “producen, invierten y generan empleo”. El medio es quitar trabas que dificulten el desarrollo de un capitalismo entrerriano robusto. “La revolución que necesitan la provincia y el país debe ser protagonizada por los que apuestan al trabajo genuino”, señala Colello. Sólo falta ajustar un detalle: cómo se logra eso.
• Relación con el gobierno libertario: Frigerio quiere fortalecer la relación con el gobierno nacional, pero “dando todas las peleas que se deban dar”, sobre fondos recortados por la Nación.
Desde JxER se ufanan que Frigerio es “el primer gobernador” que presentó un juicio ante la Corte Suprema de Justicia por la deuda nacional de la Caja de Jubilaciones. Hay 150 mil millones de pesos en juego. También hay un reclamo por los excedentes de la generación de electricidad en la represa de Salto Grande.
• Obras públicas: Frigerio comenzó mal. No tenía fondos para completar las obras en marcha que le dejó Bordet sin presupuesto. Más allá de la discusión sobre quién era el responsable de los desfases, lo cierto es que la provincia se paralizó peligrosamente. El flamante mandatario pudo sortear el peligro político porque era nuevo, la mayoría ciudadana le daba el beneficio de la duda y se inclinaba a suponer que el perverso peronismo le dejó una bomba populista a punto de estallar. A lo largo de este largo año para gobernar, se fueron recuperando algunos programas de acción. Pero sin el impulso que tenía años antes la obra pública y menos aún que el impulso necesario para superar déficits estructurales acumulados.
• Saneamiento y modernización del Estado: Es un área donde se necesita menos fondos y más ideas. Bajar un tercio el personal político fue una señal poderosa, aunque en fondos contantes y sonantes puede resultar poco, habida cuenta que una parte importante del personal frigerista desembarca desde Buenos Aires a trabajar cada semana. Debe cobrar viáticos y pagar alquileres de viviendas acordes a su estatus laboral. Que no es poca cosa.
Desde un primer momento, hubo un intento por superar la inercia de la maquinaria estatal apostando a modernizaciones informáticas y de gestión. El objetivo está en proceso de desarrollo y los resultados, si llegan, se verán a futuro.
• Politicas sociales: En este rubro cabe destacar que Frigerio no arremetió contra ‘derechos’ que generan ataques de ira en la verborragia libertaria. Las temáticas de género no se destruyeron, el protagonismo estatal en temas sociales se sostuvo. Con las diferencias políticas del caso entre la centroderecha clásica que gobierna ahora y el peronismo anterior. Pero no hubo rupturas drásticas. Por lo demás, rige una rigurosa ley de la manta corta: se cubre lo que se puede ante el rigor frío de la pobreza extendida en las grandes urbes, la precarización laboral y los sueldos bajos en todo el territorio.
• Reforma política: es un tema que solo mide en los círculos politizados. La mayoría no sabe y no le interesa mucho qué se decida. Pero está en marcha la discusión sobre una amplia modificación en el Código Electoral de la provincia. Ahí, la Boleta Única de Papel destaca como propuesta revolucionaria, que cambiaría la forma de hacer campaña política. Diputados peronistas se opusieron, intendentes apoyan los planes de Frigerio. La tensión se traslada al mayoritario bloque justicialista del Senado. Un compañero que se dé vuelta y Frigerio tendrá la reforma que necesita en 2025.
• Corrupción: En un año no se destiñó aún el halo de transparencia que copó la Casa Gris. Por el contrario, los avatares que sufre Sergio Urribarri solo son ganancia para Frigerio. Un peronista que ‘robó y cayó preso’. El caso Kueider tampoco golpea sobre el gobierno provincial. El senador es de origen peronista y en la última temporada corrió varias carreras legislativas (Ley Bases, candidatura a presidir bicameral de Inteligencia, apoyo a los candidatos oficialistas para la Corte Suprema, etc.) para la escudería Milei. Los 200 mil dólares que le incautaron en Paraguay pueden ser una evidencia de su reclutamiento en el bando libertario, aunque al cierre de esta edición su abogado informó que pertenecen a una empresa representada por su secretaria. Está por verse. En cambio, tuvo escasa repercusión la reciente denuncia sobre “ingresos masivos” en el Ministerio de Salud, presuntamente avalados por el ministro Guillermo Grieve. Por ahora, el gremio periodístico ve que miden mejor los minutos y páginas destinados a Urribarri. Y ahora, también Kueider.
El mantra de la herencia recibida
Colello recordó, como principal mantra (mantra: palabra sagrada que en religiones orientales se repite en la oración, N. de R.) frigerista, las dificultades económicas con las que el gobierno de Juntos por Enter Ríos asumió en diciembre de 2023. “Asumimos una gobernación que no estaba en condiciones de pagar los sueldos. A los pocos meses afrontamos un vencimiento de deuda en dólares que, de no haberlo gestionado, habría llevado a la provincia al default”, subrayó en declaraciones periodísticas.
Desde ya que la oposición peronista, con el ex gobernador Bordet a la cabeza, desmiente ese panorama y apunta sobre la ‘motosierra’ de Milei, destacando que el gobernador apoya la política presidencial, y por lo tanto, debe hacerse cargo de sus consecuencias para Entre Ríos, sin echarle la culpa al pasado reciente, que abonaría en otra historia.
Al final del año, las cuentas están más claras, aunque siguen faltando pesos para responder a todos los reclamos que la provincia tiene acumulados desde hace tiempo, en materia de infraestructura vial, educativa, hospitalaria, habitacional, energética y un largo etcétera.
Pero, “evitamos que este avión que venía a pique lo haga. Ordenamos las cuentas públicas y comenzamos un proceso de siembra, consolidando los pilares de desarrollo que necesita la provincia”, es la frase que, desde el oficialismo cierra el año. El clásico, ‘empezamos mal por culpa de ellos, pero vamos bien gracias a nuestra capacidad’.
Aquí, una primera aclaración a pie de página. Los discursos políticos, tanto de oficialistas como de opositores, no han cambiado respecto a la centuria previa: los fracasos son hijos ‘de ellos’, los triunfos son exclusivamente de ‘nuestra gente’. ‘De bien’, rugiría sin dudar y con estampa de león rampante el actual inquilino de la Casa Rosada, socio inestable e impredecible del gobernador-