Tres décadas haciendo kilómetros y recorriendo escenarios
Crespo- Después de tantos kilómetros recorridos estos reconocidos intérpretes de música popular alemana; la Bandita Edelweiss y Maravillas Alemanas; que se presentaron el sábado 21 de mayo en un baile organizado por el Club Atlético Sarmiento, hicieron un impasse en la noche para contar a Paralelo 32 historias, anécdotas, sueños y concreciones de tres décadas recorriendo escenarios.
Es difícil explicar lo que generan en el público. Ir a un baile donde están implica ser testigo de un acto mágico: empieza a sonar su música y la gente, automáticamente, deja su silla y sale a la pista.
Tanto andar como el Quijote, contra el viento. Tal vez sin tanto dinero recolectado en el bolsillo, pero con cientos de amigos cosechados en cada lugar adonde van una y otra vez. Es que quienes los contratan, no dudan en volver a hacerlo cuando organizan un nuevo evento. Las dos bandas “cortan entradas”, aseguran el éxito de la fiesta.
Tiempo especial
En 1992 se puso en marcha el sueño de la Bandita Edelweiss, y sus integrantes nunca marcharon solos. Siempre contaron con el acompañamiento de mucha gente que los sigue eligiendo. Tienen un estilo que los identifica. Los avala su trayectoria. Y van por más. La formación actual cuenta con dos de los fundadores; Gustavo Elsesser (acordeón) y Humberto Schmidt (piano), siendo la voz principal Hugo Dalinger, que se sumó en 1998, y estando Manuel Lambrecht como segundo acordeón y encargado de los arreglos. De la batería se encarga Marcelo ‘Negro’ Simoine.
Dalinger explicó a Paralelo 32 que “Es un año especial. Esto se vive una sola vez. En mi caso estoy casi desde el inicio, pero son Elsesser y Schmidt los fundadores. La Bandita Tradicional Alemana Edelweiss arrancó en el ’92, como una arista más del Grupo Coreográfico Edelweiss, que siguió con la parte del ballet. Sauce Montrull fue el primer lugar adonde la Bandita se presentó”, recordó.
“Hay un millón de anécdotas. Miles de situaciones, momentos compartidos, lugares que conocimos no solo en la provincia, sino en La Pampa, Buenos Aires y Santa Fe, por ejemplo. Tenemos una rueda de amigos que fuimos haciendo y valoramos mucho. Lo que entra económicamente es una ayuda, no se vive de la música, pero lo que esto te deja en la parte humana no hay dinero que lo pague”, expresó.
Dalinger planteó que “Nos ha tocado estar en lugares multitudinarios y en otros donde había poca gente. Pasamos de todo, llegamos a hacer hasta tres presentaciones en una noche, algo que hoy no hacemos más. Hacemos una o a lo sumo dos, disfrutando, no queremos ‘llegar con lo justo’”.
“Ensayamos una vez por semana. Todos tenemos nuestros trabajos, yo soy viajante de una firma de Ramírez. Elsesser tiene una granja, Schmidt es contratista rural, Simoine trabaja en un corralón y Lambrecht es albañil. Este es un trabajo más, pero uno que disfrutamos mucho. A veces implica dormir poco para cumplir con todo. Pero nunca dejamos de ensayar. Así lo sentimos, es nuestra energía. La vida se pasa rápido. Muchos amigos ya nos dejaron y eso te enseña la importancia de vivir lo mejor posible el tiempo que nos toque”, reflexionó.
Las buenas y las otras
En su faceta personal, Dalinger aclaró que “Tengo alrededor de 22 temas, trece en alemán y los otros en castellano. No podría cantar en inglés, por ejemplo. Puedo hablarlo al alemán y lo entiendo. Es una forma de respetar al que te escucha, de respetar sus raíces y su historia”.
Llegando a este presente, comentó que “La Bandita tiene diez discos e hicimos una recopilación en marzo, que lanzamos para nuestros seguidores y se vendió muy bien. Elegimos cada tema, para que guste, siendo veinte grandes éxitos. En agosto haremos el trabajo número 12”.
“Sufrimos golpes en la vida como cualquiera, pero cuando estamos en el escenario damos lo mejor para llevar alegría con nuestro repertorio. Nos sentimos felices viendo a la gente feliz. Es triste cuando no los ves más. Nos ha pasado de ir a determinado lugar, buscar en un rincón a una mujer o un hombre que siempre estaba, en cada baile, y ya no lo ves. Es la vida, nadie sabe hasta cuándo está en este mundo, por eso hay que vivir cada día lo mejor posible”.
“El éxito es mérito, no casualidad”
No todas son flores. Hubo momentos complejos. Pero a ambas bandas les sobran razones para “aguantar” y seguir haciendo kilómetros. La música los sigue haciendo felices. No ha podido el tiempo disipar ese sentimiento. Ultiman detalles antes de cada presentación sin dejar nada librado al azar, exigiéndose ofrecer un show de calidad, aunque pasen los años, aunque largas cabelleras le vayan dando paso a algunas canas que empiezan a delatar el paso del tiempo. En tres décadas no solo ellos cambiaron. El casette le dio lugar al CD y a este presente cargado de plataformas de música y redes sociales, teléfonos celulares desde los que la gente, en medio del baile, les toma fotos o graba cada recital.
Maravillas Alemanas lleva 32 años junto a sus fanáticos. Desde 1990 llevan alegría con su popular repertorio de canciones. Ernesto Roth, uno de los fundadores, destacó a Paralelo 32: “Festejaremos el 3 de septiembre en El Castillo junto a la Bandita Edelweiss y Los Gringos del Volga. Es toda una vida y es una razón válida para armar un show que será especial. Nuestros hijos eran chicos cuando empezamos y hoy ya están grandes, te muestra cómo pasa la vida”.
Roth planteó que “Nos gusta cumplir con la gente que confía y nos contrata. Tenemos un público fiel que nos sigue y nos obliga a ir mejorando el repertorio cada semana, probando temas, agregando cosas nuevas. En la formación lógicamente se fueron dando cambios. Muchos pasaron, cumplieron su ciclo y fuimos incorporando gente nueva. Pero la base del grupo está, con Luis Ríos en batería, Elbio Cantero en voz y piano y yo en acordeón. Algunos fueron dejando por edad o temas de salud y por eso fuimos sumando gente nueva”.
Roth enfatizó que “Para nosotros este es un trabajo más. Soy avicultor pero me gusta la música y dejo lugar para los ensayos semanales y las presentaciones de los fines de semana. Pulimos los temas, cuidamos la vestimenta y la imagen del grupo, tratamos de evolucionar y no quedarnos. 32 años no es en vano. El éxito es mérito, no casualidad”.
Caminos
Yendo hacia atrás en el tiempo, el referente de Maravillas indicó que “Pasamos por todos lados. No solo Entre Ríos, sino el sur de Buenos Aires, La Pampa y Santa Fe, por ejemplo. Siempre contamos con buena aceptación, lo que nos deja tranquilos. Anécdotas hay un millón. Trato de guardar las lindas y olvidar las feas. La pandemia nos complicó. Nunca dejamos de ensayar, pero nos paró las salidas y extrañábamos mucho eso. Algunos la pasamos mal con el virus pero otros lamentablemente ni siquiera la pueden contar, no están más. Eso duele”.
Llegando hacia acá, indicó que “Tenemos prácticamente todos los sábados del año vendidos. Estamos trabajando mucho. Nos ha tocado estar ante multitudes y en lugares pequeños, que diría que es en donde más cómodos nos sentimos. Son lugares donde te valoran más”.
Y sumó que “La gente ve la parte alegre, el show, pero detrás hay esfuerzo, viajes, muchas horas afuera, fines de semana que te perdés con la familia o cumpleaños en los que no estás. Si la familia no te acompaña, no podés hacer esto. Para nosotros es una entrada de dinero más que nos sirve y haciendo lo que nos gusta. A algunos les gusta el deporte, a otros la pesca, a nosotros la música”. Para ellos es lo mismo un escenario con diez mil personas que con poca gente. Lo importante es trasmitir lo que sienten. Y entre tantas vueltas y tanto escenario, entre tantas cosas que a veces salen mal pero se ‘aguantan’, entre tanto laburo y a veces tan poca plata, mientras algunos no entienden el por qué, ellos siguen avanzando. Tienen claro que la música y el contacto con la gente los hace felices.