Crespo (Paralelo 32).- César Giménez y Lidia Wasinger contaron su experiencia como matrimonio que recibió una alumna de intercambio cultural a través de la organización AFS. Estuvieron en la redacción de Paralelo 32 acompañados por sus hijas Greta, Sheila y Zoe, y por la ‘hija de intercambio’, Irene, llegada desde Italia, quien volverá a su país en julio próximo, junto a un grupo de chicos de distintos países del mundo que terminan a mitad de año su experiencia en Argentina. En la entrevista estuvieron acompañados por Valentina Merlo, integrante de AFS.
– Lidia y César, ¿cómo se incorporaron a AFS?
— Lidia: Por pedido de Greta, que quería hacía más de dos años traer una chica de intercambio por AFS. Cuando hubo lugar en casa, lo primero que dijo fue ‘mamá, hay lugar’. Porque esa siempre era la excusa. Cuando se agrandó la casa, trajimos el año pasado a Irene.
– ¿Cómo se te ocurrió la experiencia de tener una hermana de intercambio?
— Greta: Hace unos años tuve una compañera que venía de Italia de intercambio, nos conocimos, charlábamos y me contaba cómo era vivir esa experiencia. Me gustó esa idea, pero en ese momento no hubo lugar en casa.
– ¿Cómo se llevan con la hermana postiza?
— Lidia: (Sonrisas) Como verdaderas hermanas. A veces hay peleas y hay de todo.
— Sheila: Cuando Greta vino con la idea, me gustó y cuando mamá y papá dijeron que sí me enganché. La verdad es que resultó muy lindo. Este año empecé con el voluntariado en AFS, para vivir la experiencia desde otro lugar.
El voluntariado
– ¿Qué hace como voluntaria de AFS?
— Sheila: en este momento, soy parte del área de Hosting. Nos encargamos de buscarles familias a los estudiantes que vienen y ayudamos en todo lo que podemos. Es muy lindo, sobre todo por la misión que tiene AFS.
– ¿Uds. se preparan, hacen capacitaciones para esta actividad?
— Sheila: Sí, tenemos capacitaciones constantes.
— Valentina: Ellos, como familia, tienen preparación; las estudiantes se preparan; nosotros, los voluntarios, tenemos que prepararnos.
— Lidia: Es una hija que viene con manual. Se dice que los hijos llegan sin manual de instrucciones. Ella vino con manual. Porque cuando hay alguna dificultad, ella tiene una consejera para ella y para la familia. En nuestro caso, no hubo dificultades con el idioma porque en una semana, o a los 15 días, ya sabía casi todo en castellano. Pero, a veces, hubo diferencias y llamábamos a la consejera que nos daba consejos.
— Irene: Con la consejera es como una relación de amistad, nos juntamos a cenar, por ejemplo, y le cuento qué hago en el día.
– ¿Qué situaciones pueden producirse que obliguen a hablar con el consejero?
— Irene: Yo no lo tuve mucho, pero uno de los primeros problemas que el estudiante tiene es el idioma; no puede expresar ciento por ciento lo que quiere. Yo no tuve muchos problemas, ya en el primer mes me podía expresar. Con la consejera se puede hablar de la escuela, si uno tiene problemas, de los compañeros o si algunos profesores no te dan mucha bolilla.
– ¿Eso pasa?
— Irene: Algunas veces pasa. También puede haber problemas con las amistades que estás haciendo acá o con las que tenías allá, en tu país. Por ejemplo, si hay celos.
Curiosidad y preguntas obvias
– ¿Notaste algún tipo de recelos, xenofobia, ‘no nos gusta esta extranjera’?
— Irene: No, eso no. Lo que vi era más curiosidad y preguntas muy obvias.
— Valentina: (sonrisas) Si en Italia comen pastas…
– ¿Y comen pastas? (risas)
— Irene: (risas) Sí. Todas preguntas así. Hay personas que piensan que somos muy diferentes los italianos de los argentinos. Pero la verdad es que no; tenemos algunas cosas distintas, pero no hay muchas diferencias.
– ¿Extrañás algo de tu país que aquí no hay?
— Irene: Sí, por ejemplo, algún tipo de comidas.
— Valentina: Todos dicen que vuelven con más kilos cuando terminan el intercambio.
– ¿Esa adaptación fue porque tu familia es parecida en Italia?
Irene: No, yo soy hija única, vivo con mi mamá en un departamento. Andamos mucho en auto.
— Lidia: Acá no le gusta la bicicleta, pero la usa porque no tiene otra opción.
— Irene: Con la bici me canso, prefiero caminar.
– ¿Los padres también deben reunirse con la consejera?
— Lidia: Antes de llegar Irene, tuvimos dos reuniones. Y después también.
— César: Sobre todo si estábamos seguros de lo que íbamos a hacer. Sabíamos que teníamos una responsabilidad muy grande.
Responsabilidad de los padres
– ¿Qué responsabilidades asumen los padres durante el intercambio?
— Lidia: Nosotros debemos darle ‘Casa, Comida y Cariño’. Son las ‘Tres C’, que se dice. Es como una hija más. La verdad es que Irene es tan igual a mis hijas que me olvido que no es de la familia directa. Yo pensé que iba a ser más difícil, tenía miedo, pero resultó muy fácil. Ella se adaptó muy fácil a nosotros.
— Valentina: Muchas familias tienen dudas sobre el seguro médico y las responsabilidades por salud. Los chicos vienen con su seguro médico.
— Lidia: Nosotros hicimos uso del seguro médico. Si tiene que ir al médico, yo pido un recibo por el gasto y lo presento. AFS me lo reintegra a la semana. Además, Irene tuvo que volver a Italia, porque su abuelo estuvo enfermo, y el pasaje de ida y vuelta lo pagó AFS. Los gastos que tuvimos para llevarla al aeropuerto los reintegró AFS.
– ¿Cambió tu vida de relación habitual de Italia, las salidas, ir a los boliches?
— Irene: También en Italia iba a los boliches, pero mucho menos. Allá el sábado tenemos clases, es más complicado salir. Acá tengo más tiempo para disfrutar una tarde con los amigos y compañeros de curso. Y por ahí relacionarme mucho más con las personas. En Italia, cuando nos juntamos con los amigos es para estudiar, casi nunca para pasar el rato.
– En general, los chicos extranjeros dicen que en Argentina estudian mucho menos que en su país.
— Irene: Acá me adapté bien, no tengo problemas para estudiar. En Argentina creo que son más materias para estudiar, pero la cantidad de horas es menor. Allá me exige más la escuela, estudio en el secundario la especialidad en Idiomas. Estudio inglés, español y chino en mi país.
Opinión sobre Argentina
– ¿Cuál es tu opinión sobre lo que viste de Argentina y de Crespo?
— Irene: La verdad es que no vine con muchas expectativas porque no quería ilusionarme con lo que pasara acá. Lo principal fue tener una buena relación con mi nueva familia de Crespo. Si partís mal en ese sentido no vivís a pleno la experiencia. Me sorprendió bastante el interés que tenían las personas en mí, porque donde vivo las personas ni se dan cuenta si tienen un estudiante de intercambio.
– Tu región es Toscana, ¿muy distinta a lo que ves en Entre Ríos?
— Irene: Sí, desde mi punto de vista se nota que esta zona está ‘en construcción’ todavía. Acá hay muchos campos, muchas áreas vacías. Veo que Argentina es un país en desarrollo. En Toscana está todo cultivado, no hay campos abandonados. No sería justo para mi familia de allá que no vuelva, pero me encontré muy bien acá y lo estoy pasando muy bien.
– ¿Tenés alguna perspectiva de venirte a vivir?
— Irene: Ya quedamos en la idea de volver a visitar o que me vayan a visitar a Italia. No sé si volvería a vivir a Crespo, porque para mi gusto personal es muy chiquito. Pero, igual creo que va a quedar una relación.
– Se ven muchas noticias sobre la crisis en Italia y los países del sur de Europa. ¿Qué se vive allá?
— Irene: Es una crisis más que nada de encontrar trabajo. Muchos jóvenes terminan la universidad y no encuentran dónde trabajar. Por eso, buscan irse fuera del país, muchos van a los países del norte de la Unión Europea, como Francia o Alemania.
Vida familiar y amigos
– A nivel familiar, ¿qué cambió en tu vida este año?
— Irene: Cambió que debo compartir con hermanas.
— Lidia: Ella pidió una familia con hermanas.
— Irene: No quería ir a un país donde iba a ser, otra vez, hija única. Es distinto, compartir una pieza con dos hermanas, porque cada una tiene sus defectos y al final son por triplicado. Pero es lindo.
— Greta: El desorden se multiplicó por tres. (Sonrisas)
– ¿Hiciste nuevas amistades fuera de la escuela?
— Irene: Hice amigos en fiestas, no fue tan difícil porque son abiertas las personas, no son tan cerradas.
– ¿Es más difícil hacer amigos en Italia?
— Irene: Somos parecidos argentinos e italianos. Pero allá es un poco más difícil hacer nuevos amigos.
— César: Allá no festejan los cumpleaños de 15 o la recepción del secundario.
— Lidia: Ellos terminan el secundario y tienen que rendir un examen. Irene tiene que rendir libre el año que viene, para no perder este año que estuvo en Argentina.
– ¿Viajaste por Argentina?
— Irene: Sí, estuve por Paraná, Santa Fe, Costa Atlántica y próximamente voy a las Cataratas del Iguazú.
– ¿Es obligatorio que un chico de intercambio concurra a una escuela?
— Lidia: Si, porque tienen la visa estudiantil. No tiene que faltar, las faltas deben ser justificadas, como un estudiante argentino. Tiene que estudiar. El año pasado Irene no tuvo notas, tuvo informes, pero este año tiene calificaciones, igual que un estudiante nuestro.
— Valentina: Porque ellos vienen a vivir la vida como es acá, a tener la experiencia de un chico de 17 años en Crespo. Igual que en la casa, deben adaptarse a las obligaciones familiares. No vienen de vacaciones.
— Lidia: Incluso una familia puede repetir la experiencia de tener un chico de intercambio. Conviene esperar unos años y ‘digerir’ la experiencia que se tuvo.
— César: Es linda la experiencia, porque te enteras de cosas que, por ahí, te sorprenden.
— Lidia: Antes, yo interpretaba que intercambio era que venía una chica y yo debía mandar una mía afuera. No, es intercambio cultural. Irene nos enseña también cosas a nosotros. Las veces que he hablado con la mamá y con la abuela, es una relación cálida, yo me siento cómoda hablando con ellas. Uno siente esas energías positivas y es muy lindo.
— Sheila: Son vínculos que quedan para siempre, porque Irene es una más de la familia.
– ¿Cómo llegaste a AFS y a esta experiencia de intercambio?
— Irene: En mi escuela AFS presenta todos los años qué es la organización y habla de los viajes de intercambio cultural. Me interesó, me inscribí y tuve que hacer una lista de tres hasta diez países para viajar. Yo puse diez. Los primeros tres eran de Latinoamérica: Costa Rica, Argentina y Colombia.
Quiénes son
César Giménez es empleado y Lidia Wasinger, comerciante que se dedica al alquiler de vajilla. Durante la charla con Paralelo 32 estuvieron acompañados por sus hijas Sheila (27 años, docente de la Escuela de Educación Integral Nº11), Greta (17) y Zoe (12) y por Irene Sacchetti, estudiante de intercambio de 17 años, llegada desde Arezzo, ciudad de la región italiana de Toscana, cercana a Florencia.
Irene está viviendo en Crespo desde el 24 de agosto del año pasado, se queda hasta mediados de julio, cuando vuelva a su país, luego de completar la experiencia. Junto con Greta concurre al Instituto Sagrado Corazón.
También participó de la entrevista Valentina Merlo de 19 años, estudia licenciatura en Comercialización. Es coordinadora del área de Visibilidad, que tiene por función el contacto con los medios.
Problemas de familia
– ¿Qué pasa si un chico tiene problemas con la familia de recepción?
— Lidia: Primero se habla, y si no funciona, se cambia de familia. Es como adoptar un chico, puede no funcionar. Nosotros tuvimos contactos con Irene antes de venir, ya la conocíamos un poco. Pero, puede ser que el chico llegue y no es lo que aparentaba ser… todo se habla. Si no se puede resolver, sea porque el chico está incómodo o la familia esté incómoda, el chico cambia de familia.
— Valentina: También se puede cambiar de localidad. Ha pasado con chicos que vieron a Crespo como muy chico y se han ido a Paraná, por ejemplo. Nosotros vemos los legajos de los estudiantes. Si el chico dice que no le gusta vivir en una ciudad chica, lo tenemos en cuenta.
— Sheila: Desde el área de Hosting, al leer los legajos, preseleccionamos los estudiantes para cada localidad.
Responsabilidades legales
– ¿Hay responsabilidades legales por el chico?
— Valentina: Son de AFS las responsabilidades legales.
— César: Si salimos de vacaciones debemos avisar adónde vamos. Si salimos fuera de la Argentina, también debemos informar.
— Valentina: Se otorgan permisos que maneja la oficina central de AFS en Buenos Aires. Es un rol del consejero también despejar dudas. Si los voluntarios no sabemos algo o tenemos dudas, consultamos con la oficina central.
— Lidia: En ese sentido, tenemos ‘cero problemas’, porque yo llamo a la consejera y ella nos resuelve todo. En las capacitaciones nos dicen las diferencias culturales entre Argentina y otros países. En algunos países, por la cultura que tienen, es problema el contacto físico, saludarse con besos o abrazos no se estila. Puede pasar que nosotros interpretemos como una ofensa algo que dice o hace el chico que llega. O al revés, pero son distintas formas de ver las cosas. Irene es muy frontal, si piensa o le molesta algo lo dice. Soluciona enseguida el problema.
— Irene: Creo que si uno no puede expresar su opinión y debe quedarse un año lejos de su casa, esa situación lo puede poner muy incómodo.
— Valentina: Con Italia, Tailandia y algún otro país, tenemos manuales específicos sobre esas cuestiones, porque AFS generó muchos contactos e intercambios en esos lugares. Una presidenta de AFS se fue a Tailandia para ver cómo era la cultura de ese país y de esa experiencia surgió un manual específico. Además del manual común a todos los intercambios, en esos casos hay otro manual más específico para personas que llegan desde esos países.