Tenemos el mismo stock y producimos lo mismo que hace 50 años
Victoria (Por Mario Juárez).- La ganadería en el país y especialmente el negocio de la carne sigue siendo una parte imprescindible de la actividad económica, que ha tenido vaivenes a los largo de los años, pero sigue teniendo los mismos problemas.
Al respecto Bernardo Cané (“), un referente del sector y consultor de explotaciones ganaderas en el país, sostuvo que “Argentina es un país que ha crecido y se ha desarrollado junto con las vacas; los españoles y la época de la colonización tuvieron que ver con esto”. En sus principios mejoró la genética importando animales de Europa, pero hace 50 años que seguimos teniendo el mismo stock, con iguales volúmenes de carne productiva, mientras que otras cadenas como pollo, cerdo, o rubros -dentro de la producción primaria– como limones, peras, manzanas, han seguido creciendo. Por años el stock ganadero sigue oscilando entre los 50 y 55 millones de cabezas.
Lo que queda a destacar ha sido el plan exitoso de lucha contra la fiebre aftosa que permitió erradicar la enfermedad, tuvo un tropiezo cuando se dejó de vacunar en un tiempo y después nuestra ganadería volvió a recuperar la condición de libre de la enfermedad con inmunización.
Proyecto
A pesar de aquellos logros, no se dispone de un Proyecto Ganadero que planifique el sector a 20 años, por fuera de la aftosa no hay fortaleza en los demás planes sanitarios. No existe una identificación individual de ganado, esto impide tener certeza con respecto a planes sanitarios. Por otro lado, se complica la implementación de la trazabilidad para exportar. “Tropas de cientos de animales que se mueven con un documento genérico; por otro lado, la autogestión para realizar los trámites de tránsito electrónico funciona con una liberalidad notable, con la clave se manejan al igual que un cajero automático y trasladan hacienda a cualquier parte del país”, dijo Cané a Paralelo 32.
Insistió también en que se debe mantener el control de aftosa, mejorar lo de brucelosis, las identificaciones para saber sanitariamente lo que está pasando en un rodeo, y por otro ampliar el negocio de la exportación a nuevos mercados. Asegura que esto se implementó en la República Oriental del Uruguay con mucho éxito.
Realidad
Aseguró que no se puede seguir, como hace 30 o 50 años, con un 63 % de destetes y con el peso de faena más bajo de todos los países exportadores de la región (*). Producimos tres millones de toneladas de carne y exportamos un millón; esto representa un tercio que, a criterio del Cané, es muy poco. “Estas son las cosas que se deben discutir en un plan estratégico que no existe en nuestro país”.
Implementación
Actualmente el sector agropecuario tiene representantes de todos los sectores del campo pero hasta el momento no se ha logrado consensuar un proyecto en ese sentido.
Cada productor paga por cada movimiento de hacienda un canon destinado a la promoción de la carne, que representa actualmente 6 mil millones de pesos y no se sabe cuál es el destino de este dinero. Consideró que hay una sobre demanda de carne, no hace falta un plan de promoción lo que hay que elaborar es un plan estratégico para producir más, aumentar la exportación y que la carne sea de un mayor valor. “Qué queremos, cómo llevarlo a la práctica, con qué recursos y objetivos. Eso no lo tiene definido el sector”. Agregó que, como ocurre en otros rubros, es algo que tienen que diseñar los ganaderos, que siguen trabajando en forma individual en ese sentido y no planifican nada, quedando expuestos a los vaivenes del mercado. El gobierno debe dar los encuadres, pero el productor se debe organizar.
Implementar medidas que complican la venta de carne al exterior no es la solución (en referencia a medidas tomadas por el gobierno actual).
Exportaciones
Por otra parte el frigorífico tendría que comprar ganado en dólares porque vende en esa moneda pero esto no se practica. En otro orden ese mismo hombre de campo puede vender a futuro trigo, soja o maíz pero no tiene un mercado similar para carne.
Consideró que las plantas que adquieren hacienda con destino a exportación no pueden pasar por un mercado, tienen que comprar en forma directa con determinadas condiciones. Reconoció que actualmente el precio está “cartelizado” porque no hay un mercado. “No tiene que ser complicado para un grupo de colegas, ponerse de acuerdo en pagar el novillo pesado en pie a un determinado precio”.
Todo indica que los frigoríficos exportadores se ponen de acuerdo para pagar un precio en pesos una mercadería que venden en dólares. “Hay que dar un salto urgente de calidad”, remarcó.
También recordó –en diálogo con Paralelo 32– lo que ocurrió entre 2018 y 2019 con la venta de vacas a China. Las plantas cobraban entre 3 y 4 mil dólares la tonelada y al productor le siguieron pagando lo mismo durante un año.
Actualmente Uruguay exporta terneros en pie a un precio de 2,50 dólares por kilo (480 dólares/cabeza) lo que representa un ingreso importante para el productor, pero esto no tiene vigencia en nuestro país.
Alternativas
A criterio del profesional, las entidades agropecuarias tendrían que involucrarse más en el tema comercial, no para que sean operadores sino que se organicen para plantear negocios.
Hay un problema con el novillo pesado (más de 460 kilos) porque cuenta la especulación financiera. Llevar un animal de 420 kilos al peso indicado para exportación representa 6 a 8 meses y en ese tiempo los debe retener y alimentar el ganadero. “Este tiempo en épocas de inflación, donde los parámetros cambian en corto plazo, representa un alto riesgo, entonces el productor lo engorda y lo entrega en forma rápida”.
No está determinada la cantidad de animales que se destinen a exportación y al mercado interno, lo que sabemos es que actualmente están faltando novillos pesados. Además la industria frigorífica no tiene una red de proveedores como la que dispone el mercado de las empresas lácteas, que tiene tambos con los que acuerda un contrato y determina precios por temporada o las cadenas de la producción avícola.
“El productor, ante esta realidad, tiene que estar a la espera de un golpe de suerte, que le toque una suba de precio, y nadie nunca sabe a qué se deben estas variaciones”, concluye nuestro entrevistado.
(*) Mientras en la Argentina el peso medio de faena es de 225 kilos, en Uruguay es de unos 252 kilos, en Brasil de 237 kilo, en Australia –pese a la seca y la liquidación ganadera– de 270 kilos y en Estados Unidos es en promedio de 374 kilos en gancho.
(**) El peso de novillo para el mercado interno oscila entre los 420 y 430 kilos y para exportación debe superar los 470 kilos. Llevar un animal del primer kilaje al segundo, al productor le representa retenerlo y alimentarlo más de 6 meses.
(“) Bernardo Cané tiene una abultada trayectoria, fue director de Senasa, funcionario de Agricultura y Ganadería, actualmente trabaja en la órbita privada siendo consultor de grupo empresarios en las distintas explotaciones ganaderas. Un referente del sector que habitualmente diserta en foros y brinda charlas a instituciones y empresas