Maestra jardinera
“Sembrar huellas de amor y lindos recuerdos para sus vidas”
Así sintetiza el rol que deben cumplir las maestras jardineras, Silvia Irusta, con 27 años como docente. Su historia, los cambios, la educación actual y el rol de las familias.
Crespo- Cada 28 de mayo se celebra el Día de los jardines de infantes y de la maestra jardinera en memoria de Rosario Vera Peñaloza, quien falleciera un 28 de mayo de 1950. La educadora y pedagoga nacida en La Rioja fundó el primer jardín de infantes argentino. Actualmente los jardines de infantes forman parte del primer nivel de nuestro sistema educativo.
En conmemoración a la fecha, nos trasladamos al Jardín Municipal ‘Barrilete de Colores’. Creado en 2016 en barrio San Miguel, funciona desde 2017 en las instalaciones del Centro Familiar Cristiano, mediante convenio con la Iglesia Evangélica Congregacional. Dio inicio a su actividad con dos salitas de jardín maternal y una matrícula de 30 niños. Actualmente brinda atención pediátrica y odontológica gratuita para las familias.
Allí dialogamos con la maestra jardinera Silvia Irusta. Comentó a Paralelo 32 que “Llevo 27 años en esta labor, es toda una vida. Los que eran chicos en ese momento hoy son adultos y traen a sus hijos al Jardín. Es hermoso ver esa evolución y como ahora con la educación emocional los papás están cada vez más comprometidos con la educación de sus hijos. Lo que hacemos es acompañar ese recorrido, ese transitar de los nenes. Cada año la fecha nos hace repensar la vocación que elegimos y el trabajo que queremos hacer con los nenes y las familias. Es un parate para ver qué mejoramos y qué no, que hicimos y qué nos falta”.
Su historia
Irusta recordó que “Comencé en el Jardín Maternal Municipal Arco Iris, allá por 1996, como docente de sala. Se inauguró en 2016 Barrilete de Colores, con la idea de replicar lo que se hacía en Arco Iris en otros espacios, y en mi caso en 2019 quedé como Coordinadora. Estoy muy agradecida con la confianza que me da la Municipalidad para desarrollar mi labor”.
“Para llegar al Arco Iris salían combis y colectivos a lo largo del tiempo. La idea fue llevar la iniciativa a otros lugares para que a muchas familias les quede más cerca, para facilitar las cosas. Surgió Barrilete de Colores en Barrio San Miguel y al año Mi Nidito en el NIDO, estando pronto a inaugurarse otro ahora en La Estación, siempre con la misma idea, de facilitar las cosas a muchas familias, para que puedan dejarlos mientras realizan sus tareas”, agregó.
Sumó que “En cuanto a la matrícula de este lugar, a Barrilete asisten 15 niños a la Sala de 2 años y 18 que van a la Sala de 3 años”.
Vocación plena
Irusta no duda en afirmar que “Lo mío es vocación. Desde que vi a mi seño de Jardín a los 5 años, llamada María Elena, en Buenos Aires, con recuerdos lindos de esa época, de mis compañeros, del Jardín, supe que era lo que quería hacer. Me lleva a pensar en lo que les dejamos a los niños. Son chiquitos, hay que sembrar huellas de amor y lindos recuerdos para sus vidas. Es un año que pasamos con ellos, pero les podemos dejar cosas para toda la vida”.
Y resumió su tarea diciendo que “Para mí ser maestra jardinera es ser un ‘hada’. Es estar ahí, sin interferir en el crecimiento de los niños, pero atentas para saber cuándo involucrarte y de qué manera, con la mirada atenta en ellos y las familias. No debemos dejar de mirarnos y descubrir en esa mirada cuándo hay que intervenir y cuándo no”.
“Debo agradecer a mucha gente que me acompañó en estos años, en este recorrido. Pasaron muchos, desde docentes, coordinadoras, alumnos. Agradezco y trato de tomar lo mejor siempre. De lo que no estuvo tan bueno, siempre aprendí. Y me quedo con las cosas lindas y buenas, siendo agradecida. Quiero seguir trabajando por los niños y las familias, dejar esa huella de amor que necesitan. Deben estar cuidados, protegidos, siendo respetados”, sumó.
Barrilete de Colores
Al describir el funcionamiento institucional, planteó que “En este jardín los niños están de 9.00 a 12.00 y las docentes de 7.30 a 12.30. Entendemos que cada familia tiene sus particularidades. Por eso hay nenitos que ingresan antes, porque sus papás trabajan desde las 8.00. Para esos casos las seños ya están en el Jardín, se quedan con ellas. Lo mismo para la salida, hay algunos casos donde los padres no llegan a retirarlos al mediodía puntual, y entonces se quedan unos minutos más acompañados por las docentes”.
“Hay salitas de 2 y 3 años, lo mismo que en Arco Iris y Mi Nidito. Los jardines municipales tenían antes hasta salita de 4 años, pero cuando Sala de 4 pasó a ser obligatoria, a las escuelas, por lo que los jardines municipales ocupan solamente esas edades puntuales. En La Estación la novedad es que se incluirá también la Salita de 1 año, que se sumará a la de 2 años”, dijo.
“Las docentes realizan actividades planificadas, pensadas para los niños, para acompañar su crecimiento y aprendizaje. Antes era ‘se enseña’ y ahora es ‘se acompaña’ mediante la exploración y el descubrimiento que van haciendo los propios niños”, comparó.
Como reconocimiento, manifestó que “Me acompañan en el equipo de trabajo las docentes Carla Albornoz, Luciano Stieben y la Auxiliar Milagros Velázquez. El equipo técnico pertenece a los tres jardines municipales, que serán cuatro ahora. Forman parte de él, la Trabajadora Social Mariela Sian, la Psicopedagoga Antonella Brumatti y el personal de Maestranza, con Silvia Zaragoza, Claudia Hofstetter y la cocinera Norma Villagra. También están la Profesora de Educación Física Carla Gabbas y la de Música Diana Pellegrini.
Detalles
Irusta destacó a nuestro cronista que “Aparte de las actividades educativas, acá se prepara el desayuno para los alumnos y se les ofrece a las familias la vianda a mediodía. Antes se almorzaba en el jardín, eso cambió con la pandemia, ahora se ofrece la vianda a la familia que lo necesita, ya sea por cuestiones económicas o por otras situaciones, por ejemplo con casos de mamás que trabajan, no llegan a preparar el almuerzo y entonces ya se lo llevan para que sus niños puedan comer y acostarse a dormir la siesta”.
Silvia reconoció que “Es un momento complejo en lo social y económico a nivel país. Pero yo siento que hay cosas que en las familias cambiaron para bien en todos estos años. Pienso en mis inicios y en esta actualidad y noto que las familias tratan de cubrir todas las necesidades de sus hijos. Antes se delegaba un poco más. Hoy vemos el compromiso de las familias, se nota. Y si hay alguna necesidad puntual, se trababa en red con el Área NAF y el Centro de Ayuda al Niño, además de Desarrollo Humano de la Municipalidad”.