Sociedad
¿Se puede disminuir la jornada laboral?: “El cambio tiene que ser un ganar–ganar”
El 94% de los argentinos quiere disminuir su carga laboral • El experto Carlos Sosa explicó a Paralelo 32 qué condiciones permitirán ese cambio • “El número de horas que se trabaja todavía es alto para el nivel de tecnología que hay”, subrayó.
El 94% de los trabajadores quisiera reducir las horas de jornada laboral. Hay un 35% que espera cambios muy significativos, dado que su deseo es reducir la jornada laboral del 44% a 33% (Ej. Bajar de 9 a 5 horas). Un segundo grupo, el 32% con expectativas medias, espera una reducción entre el 33% y 22%, pasar de 9 horas diarias a 6 ó 7. Y el último grupo, con expectativas más moderadas, dado que espera cambios del 22% al 11%.
Son algunas conclusiones de un estudio un estudio privado que muestra que el deseo generalizado de los argentinos es trabajar menos. Lo destacó el consultor Carlos Sosa, en una nota aparecida en el portal web Infobae.
Además, asegura que la reducción de la jornada laboral se ha convertido en una tendencia global, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los trabajadores y aumentar la productividad laboral, en todo el mundo.
Esfuerzo compartido
Para ampliar el tema, Paralelo 32 contactó a Sosa para que indique algunas condiciones que deben darse para disminuir la jornada de trabajo sin perder eficiencia o rentabilidad las empresas.
“Cabe resaltar el esfuerzo compartido de las empresas y de las personas, que la reducción de la jornada no es solo una reducción de parte de la empresa. No, la reducción tiene que ver con una desconexión. De nada sirve que una persona que hace trabajo creativo, deje de trabajar nueve horas para pasar a seis horas por día, y esa mejora se vaya a perder el tiempo en redes sociales, ‘tirar bombones a los chanchos’, no sirve absolutamente de nada”.
Resaltó la importancia de que “el cambio tiene que ser un ganar–ganar; que las personas y las empresas deben ofrecer una política de hábitos saludables. El bienestar, la planificación del tiempo, la libertad financiera, el liderazgo, la responsabilidad, el protagonismo, es fundamental la actitud laboral. Hay que cuidar el trabajo, hay que cuidar las instituciones. Las empresas y las personas deben buscar ser protagonistas en la vida. Si van a trabajar cinco o seis horas, tienen que tener cuidado por su salud física, mental y emocional, tienen que hacer actividad física, dormir bien, sentirse bien, encontrar su propósito, relacionarse, estudiar. Todo eso va a facilitar que la reducción horaria sea mayor, porque una persona que ama lo que hace, que vive bien, que tiene energía, que busca mejorarse, tranquilamente puede reducir su jornada de trabajo de nueve a seis o siete horas. Pero, tienen que darse esas condiciones”.
Rentabilidad y competencia
– ¿El principal problema para reducir la semana laboral es la rentabilidad en baja de las empresas en un contexto de creciente competencia a nivel mundial?
-- No es el único problema ni el principal, pero es un problema a atender y revisar. Porque hay un contexto crecientemente competitivo en el mundo. Si segmentamos empresas, si hablamos de una multinacional o de una pyme, la pyme está más relacionada en algunos casos con aspectos micros o con aspectos que tienen que ver con política impositiva, tributaria o laboral. Sobre todo un segmento de pymes, de uno a cinco empleados, que representa el 74% de las pymes; y de 6 a 20 empleados, el 18% siguiente. Por lo cual el 92% de las pymes tiene menos de 20 empleados. La pelean día a día. Siguiendo este ejemplo, si esa pyme tiene 10 empleados desarrollando una semana laboral de 45 horas semanales o 9 horas por día, bajando a 40 horas semanales, 8 horas por día. Entonces, 5 horas a la semana por persona, son 50 horas en 10 personas. Eso implicaría una persona menos que trabaja si las personas al reducir su tiempo laboral no pueden cumplir con todas las tareas.
A continuación, agregó: “El punto de partida de la discusión es ver qué sucede si reducimos tan solo el 10%. Las personas podrían ser más productivas si pueden descansar más y desarrollar hábitos saludables. Porque hay una parte que la persona tiene que aprovechar con esa reducción de la jornada laboral en pos de una mejora en la productividad. Pero, si la persona no pone su parte para mejorar su productividad, lo único que va a ser es un costo adicional para la empresa, que tendría que contratar esas 50 horas con otras personas que cumplan las tareas que se dejan de hacer por la reducción”.
Mejorar
Para Sosa, “lo principal del enfoque es saber que la empresa debe seguir funcionando bajo las mismas condiciones que estaba antes de cualquier modificación. Incluso mejor, porque el cambio tiene que beneficiar a la persona, pero también a la empresa. Si el cambio beneficia solo a las personas pero no a las empresas, estamos generando la relación ganar-perder, pero la idea es que esto prepara el terreno para el ganar-ganar. Ese es el principal punto: llegar a un ganar-ganar. Nada es sostenible en el largo plazo si ganan las empresas y pierden las personas, o ganan las personas y pierden las empresas. Por supuesto, hay que ceder posiciones. Esto no se puede generalizar. Hay sectores que están con determinada rentabilidad hace un tiempo, tal vez, y pueden acceder a la reducción teniendo en cuenta el compromiso de las personas, para hacer esa vida más saludable, que favorezca la productividad. El detrimento de los márgenes de las empresas pone un cuello de botella y una restricción para decidir libremente pasar de nueve horas a seis horas por día. Eso es imposible, porque las personas no son productivas. Por supuesto, también hay que distinguir los distintos puestos de trabajo.
Horas y tecnología
– ¿Reducir la semana laboral implica poner un límite superior a las horas trabajadas? ¿De ahí para abajo se puede pactar cualquier duración?
-- Esto es un estudio privado, que ve que el 94% de las personas manifiesta su deseo de poder trabajar menos horas por semana. Algunos con expectativa muy alta, tal vez alejada de la realidad, porque es una reducción muy drástica. Es una tendencia mundial, sabemos que se puede rendir mejor si logramos reducir y flexibilizar la jornada laboral siguiendo la línea trabajo cognitivo–trabajo creativo, de las rutinas y las pausas activas, la gestión del trabajo y la gestión del tiempo. El número de horas que se trabaja todavía es alto para el nivel de tecnología que hay. Pero es cierto que hay segmentos de empresas que deben profesionalizar sus procesos de gestión. No se puede pactar cualquier duración, hay restricciones que han dado las empresas y hay restricciones de las personas. ¿Cuáles son las restricciones de las personas? Muchas son sedentarias y su nivel de energía o de pasión por la tarea no es la ideal. De hecho hay una encuesta que dice que el 86% de las personas no está en la posición que soñó de chico, por lo cual está frustrado y aburrido. Una persona aburrida, por más que se le reduzca la jornada laboral, no va a ser más productiva. Si la persona no pone su cuota de esfuerzo, no hay reducción que valga.
Informalidad y reducción horaria
– ¿Qué pasa con el sector informal, que generalmente carga con más horas y mayor explotación?
-- El sector informal se va acomodando en el tiempo a medida que evoluciona el sector formal. Eso es así. De todas maneras, hay que ver por qué las personas están en la informalidad, cuánto de esos cambios debe venir por el lado de las políticas públicas, cargas previsionales, costos impositivos… Por eso este tema tiene que venir con un esfuerzo en el cambio de políticas tributarias. Desde ese punto de vista, puede haber sectores donde la palabra ‘explotación’ puede hacer un poco de ruido para los tiempos actuales. No puedo mencionar sectores específicos donde se explote a la gente, sí que haya jornadas intensas de trabajo, como puede ser por temporadas alguna actividad de campo. Es cierto que hay que corregir cosas, lograr el balance. Por eso, este cambio en la política formal ayudará a que la política informal, con cambios de políticas públicas, puede cambiar las cabezas. También es cierto que las personas deben perfeccionarse, capacitarse, para poder superarse y hacerle saber al empleador que su aporte es valioso. Obviamente, depende del centro urbano que hablemos, hay más restricciones o menos restricciones. Pero la evolución del sector formal puede ayudar al sector informal. Tampoco podemos generalizar todo el sector informal porque hay distintos aspectos.
La semana y el día
El entrevistado subrayó que “muchas cuestiones tienen que ver con el bienestar, con momentos. Entonces, la clave es mirar la semana, pero también mirar el día. Puede haber días de mucha intensidad y el corte no es conveniente, pero hay que compensar la carga con desconexión al siguiente día. Yo veo más facilidad que en sectores, en puestos. Si nombro sectores, tal vez la construcción o la industria, con actividades más físicas, pueden estar más complicados si lo comparamos con la oficina de un publicista. Pero me gusta más hablar de posiciones o de roles: trabajo ejecutivo, trabajo de supervisión, trabajo de reflexión o análisis y planificación, trabajo creativo. Cuanto más nos acerquemos al trabajo creativo más podremos jugar con las conexiones y desconexiones”.
Quién es
Carlos Sosa es consultor y autor de “Liderazgo 360”. Oriundo de Nogoyá, reside actualmente en Rosario. Con más de 25 años de experiencia, se ha consolidado como referente nacional e internacional en liderazgo y alto rendimiento, con más de 200 charlas y más de 2 mil horas de entrenamiento, ha desarrollado una visión integral del liderazgo
Sosa es contador, magíster en Administración de Empresas con mención en Dirección de Negocios, coach ontológico profesional, especialista en Neurociencias, y realizó diversas especializaciones en liderazgo, gerenciamiento empresarial, creatividad, psicología y deportes.
Sectores y posiciones
– ¿Qué sectores, en general, están mejor preparados para reducir la jornada? ¿Cuáles no?
-- Más que hablar de sectores, hablaría de posiciones. Tenemos que distinguir cuándo el trabajo es más físico, a diferencia del trabajo creativo, o conversacional, o reflexivo. El que hace trabajo más reflexivo o más de producción de contenidos, necesita pausas activas, hacer cortes, necesita desconexión para generar contenidos. Ahí, la producción es más por ‘resultados’. Entonces, la desconexión para un buen balance vida–trabajo, es importante. Yo diría que la jornada laboral óptima sería de cinco horas por día, para un trabajo creativo. Si tiene una jornada que fluye mucho, de mucha intensidad y ese día uno está creativo y trabaja diez horas, al otro día debe compensar la carga. Es decir, que no necesariamente debe ser lineal el cambio, eso depende mucho de cada persona.