Se presume que el carpincho que apareció en la Base Aérea de Paraná estuvo en cautiverio
Un carpincho de unos 50 kilos apareció el martes en calle Jorge Newbery, por la zona de la Base de la Fuerza Aérea Argentina en la capital entrerriana.
Ante ello, intervino la Brigada de Abigeato que realizó “maniobras para capturar el ejemplar, de forma tal que el mismo no se estrese ni se lastime o lesione a alguna persona”, indicaron desde la Policía, aunque estimaron como “muy posible, que haya estado en cautiverio por su mansedumbre ante la presencia de personas”. Se constató que “se trata de una hembra adulta”.
“Luego de asegurar el animal, el mismo fue inspeccionado por el médico veterinario, puesto a resguardo y trasladado a la Reserva Natural Provincial Parque General San Martín donde, previa cuarentena, será liberado en su hábitat natural”, detallaron desde Abigeato.
Tenencia de animales salvajes
En relación a la tenencia de animales salvajes, el veterinario Pablo Schubert de la ciudad de Victoria, quien realizó un curso internacional de manejo de fauna silvestre y bioseguridad, fue claro. “Hay una ley que es muy simple y clara, es una cuestión de seguir lo que dice la ley. Ésta indica que está prohibido tener cualquier tipo de animal de la fauna. Está prohibida la tenencia y la comercialización de cualquiera de esos animales y, en caso contrario, debería actuar la justicia”, señaló.
“Hay razones biológicas por las que no se debe tener animales salvajes; primero, por el impacto que se genera en el ambiente al extraer la fauna silvestre; luego, no sólo por lo que se le genera a ese animal, sino también por todo lo que genera ese animal en el propio ambiente. Es toda una cadena, se producirían desequilibrios ecológicos”, contó.
Sumado a lo anterior, agregó: “Además, están las enfermedades zoonóticas. Los animales silvestres tienen enfermedades, muchas de ellas se les pueden transmitir a nuestras mascotas o a nosotros mismos. Esto significa un problema de salud pública muy importante. Es así como, de repente, el hombre empieza a estar en contacto con un montón de microorganismos con los que no debería estar en contacto y aparecen las nuevas enfermedades”.
Por último, concluyó: “Es imposible que, a los animales salvajes, nosotros les demos las condiciones necesarias que tienen en la naturaleza. Entonces, así piense uno que lo tiene bien, porque se acostumbran a estar en casa si se los amansan de chicos, nunca van a tener el ambiente necesario en el que deberían desarrollarse, reproducirse y socializar. Generalmente, no se les da buena alimentación a estos seres vivos, porque la gente en general no tiene los conocimientos suficientes como para alimentar bien a los animales de la fauna. De tal modo, se dan dos problemas principales: el manejo (el ambiente en que se los pone, donde el animal termina estresado y se enferma) y la alimentación (que generalmente, en las casas, ésta tiene una carencia terrible de nutrientes).