Se disuelve el mundo que conocimos
** Nos adentramos en una nueva era, un periodo incierto hasta que sepamos bien hacia dónde nos lleva y procuremos nuestra adaptación. Es necesario que tomemos conciencia de esto. En cuanto a nuestro presente inmediato, cuando ya esperábamos estar como “dentrando a salir” de los sustos de la pandemia, después de haberla soportado durante 11 meses nos avisan que nada cambió y ni la vacuna nos eximirá de medidas como tapabocas, distanciamiento, alcohol en manos, y ‘toques de queda’ en el horario en que siempre nos hemos quedado.
** Que nadie confunda el ‘toque de queda’ con nuestro zaguanero ‘tocá y andate’ (touch and go de Moria Casán), que respetando la pureza de la traducción sería ‘toca y vete’, que en criollo sería ‘tocá y rajá’, también conocido como el ‘toco y me voy’ del legendario “pata e’ bolsa” en alguna relación ocasional y furtiva saltando tapias. El toque de queda es otra cosa.
** Es necesario aclararlo porque este original toque de queda que se nos impuso a los argentinos va desde la medianoche a las 6 de la madrugada, o sea a un horario en que el músculo duerme y la ambición descansa, cuando de todos modos las familias están en casa, las calles están mustias, los bares vacíos, los trenes y ómnibus parados. En definitiva… es como si nos prohibieran comer choripanes estando en misa.
** Busquémosle el lado positivo; peor sería que lo pusieran de 6 de la mañana hasta las 12 del mediodía y no podamos salir a comprar el pancito de la mañana, o que el gobierno y sus aláteres se entusiasmaran con este método. Imaginate que se cope con eso un Baradel, por ejemplo, y pida un toque de queda docente desde marzo a diciembre. Lograrlo le evitaría el único laburo que tiene, de organizar y declarar paros, dejándole tiempo completo para gestionar –junto a otros próceres, condenados y/o prófugos, del país y América latina– que Boudou sea puesto en libertad en la causa por haberse quedado con la industria gráfica que imprimía el papel moneda en el país, entre otros delitos.
Te toco y te quedas
** Si lo analizamos en su origen, el ‘toque de queda’ parece haber nacido en los cuarteles, siglos antes de que Abraham Louis Breguet inventara el reloj de pulsera para regalárselo a la hermana menor de Napoleón (1812). Antes que se popularizara este invento, quien quisiera saber la hora exacta debía caminar hasta la torre de la parroquia frente a la plaza central, o esperar a que sus campanas dieran el gong preciso. En los cuarteles un toque de clarín mandaba al reclutaje a las cuadras y volvía a sonar para sacarlos al trote cuando despuntaba el día.
** O quizás naciera en las parroquias de las aldeas del medioevo, cuando el tiempo era marcado por el único reloj del pueblo –el de la torre de la iglesia, otra vez– y unas pocas campanadas señalaban el crepúsculo. La reverberación del bronce era perfectamente entendida por los parroquianos y los pájaros y las aves de patio, que al embrujo de sus tañidos se entregaban al sociego. El caso es que los pata e’ bolsa se veían favorecidos, porque desaparecían de las calles los testigos de sus andanzas furtivas. En toda acción hay quienes pierden y quienes ganan.
Apagar las velas
** Faltó decir que la práctica medieval de tocar una campana a eso de las 8 o 9 p.m., significaba además una orden para apagar los tizones de las chimeneas y la lumbre de velas y candelabros. De esa forma se evitaban conflagraciones por incendios nocturnos, cuando las viviendas eran de madera. De ahí que la palabra ‘queda’ en el Reino Unido es ‘Curfew’, siendo éste una variación del francés ‘Couvre-feu’, cuyo significado literal era ‘cubrir el fuego’. De eso se trata hoy, de evitar que se nos prendan fuego las terapias de los hospitales.
** El 2020 nos devolvió la sensación de haber regresado a ese medioevo cuando las ‘pestes’ asolaban los pueblos y el toque de queda tenía un fin sanitario; el de evitar juntadas en las tabernas y entre parejas furtivas, porque en esos hábitos sociales se propagaba el virus. Hoy se trata de apagar el fuego de un virus que todavía no se manifestó en toda su potencialidad y sigue moviendo piezas en el tablero del espanto.
** Por lo que se ve, existe un plan para controlar a la humanidad y grupos de resistencia, pero en la relación de fuerzas de ambos no hay dudas de quién va a ganar. El poder real sobre el globo nunca contempla un plan B en sus objetivos y jamás retrocede. En consecuencia, creer que esta nueva realidad es pasajera, puede traernos grandes decepciones en el futuro.
** Nuestros gobernantes saben que es así, pero como tales tienen que darle esperanzas al pueblo: “tranqui, cuando logremos la inmunidad de rebaño todo volverá a ser como antes”, mientras invierten millones (que no tienen pero se imprime) en construir hospitales de frontera. No se invertiría si no se supiera que prestarán utilidad durante muchos años más, para testear a los viajeros internacionales.
Un virus todo terreno
** Se sabe del ‘covi’ solo un poco más de la nada que conocemos sobre la composición de las vacunas rusas. Lo que está cada vez más claro y lo afirman cada vez más especialistas en genética o virología, es que solo un virus diseñado en laboratorio puede atacar por igual en los helados polos del mundo como en el ardiente ecuador.
** Pidámosle disculpas al murciélago chino porque el mundo lo crucificó sin causa, a menos que el covid19 sea resistente a los 100 grados de temperatura que mantiene durante largos ratos una sopa en ebullición (la que se le endilgó a un anónimo chino). Ese virus, afirman los que son acusados de conspiranoicos, está diseñado para ir evolucionando rápidamente hacia nuevas estrategias de ataque.
Sobreviviremos, pero solo si nos cuidamos, cada uno de acuerdo a sus convicciones.
Fuera de libreto
** No hay bromas en esta columna de hoy, salvo un lenguaje relajado que procura con mayor o menor suerte hacer más amena la lectura. No hay bromas porque estamos ante un cambio de era. Ya nada será igual. ¿Mejor o peor? Quizás cada persona, al cabo de haber vivido el 2021 tenga una respuesta distinta para esta pregunta. La pandemia existe, ¿fue creada para eliminar a mil millones de habitantes? Es probable, pero tenemos que cuidarnos de no estar entre esos mil millones. Mientras no caiga un meteoro en el mar en los próximos 24 meses y nos salpique a todos, no estaremos tan peor.
** ¿Es mala la vacuna Sputnik V? Lo sabremos dentro de un tiempo, el caso es que ahora; hoy; no hay vacunas para el 95% de la población mundial. Se asegura que Pfizer vendió hace dos meses una cantidad tres veces superior a su producción.
¿Se friegan las manos los inescrupulosos accionistas (Bill Gates entre ellos) de las empresas farmacológicas más grandes del mundo? Seguramente. Pero no podemos contra ellos. Cuidémonos entre nosotros. ** Y aguante Trump, que nos permitió saber que la decadencia del supuesto paraíso de la democracia, ya tiene fecha de inicio.