Economía y sociedad
Reanalizar el impuesto a los Ingresos Brutos
Hemos hecho tiempo atrás una introducción a un impuesto muy regresivo y que afecta sin lugar a duda al desarrollo empresario, como lo es el impuesto sobre los Ingresos Brutos. Había dicho que, un impuesto vinculado a las ventas afectaría directamente a las empresas, pero también a los consumidores que tienen que pagar más por un bien. Pero el problema no termina ahí.
Resulta ser que ese impuesto no se termina pagando como un porcentaje sobre las ventas una vez cerrado el período fiscal, sino que el estado les exige a las empresas que lo vayan ingresando antes de ese vencimiento. ¿Y esto como lo hace? Lo hace a través de distintos mecanismos que llamaremos “pagos a cuenta”, “percepciones”, “retenciones” y “recaudaciones bancarias”. Por razones de uso más generalizado vamos a concentrarnos en esas últimas tres.
Las percepciones las pagan las empresas cuando compran bienes para revender. Al momento de la adquisición el proveedor le factura un “extra” que funciona como un pago anticipado del impuesto. Luego aparecen las retenciones. Cuando la empresa que compró el producto para revenderlo se lo vende a otra empresa, ésta última está obligada a “descontar” al momento de efectuar el pago, un monto que también funciona como un pago anticipado del impuesto. Finalmente, cuando ese cliente le paga esa factura (una vez que ya le hizo la retención claro) ese dinero va a ir necesariamente a una cuenta bancaria y justamente ahí viene lo que son las “retenciones bancarias” (eso que dice SIRCREB en los resúmenes bancarios), en que al momento que ese dinero es depositado en la cuenta bancaria, el banco está obligado a descontar “otro extra” a cuenta del impuesto (además del denominado vulgarmente como Impuesto al Cheque, pero eso es otra historia).
Es decir, en resumen, esa empresa que le revende a otra empresa (menciono esta porque sería la más perjudicada, pero no quiere decir que las otras no lo sean) está pagando el impuesto en 3 oportunidades: 1) al momento de comprar (percepciones), 2) al momento de cobrar lo que vendió (retenciones) y 3) al momento de recibir el dinero de la venta en su cuenta bancaria como “recaudaciones bancarias”.
Por supuesto que no son los únicos momentos, ya que si vende con tarjeta de crédito también podría recibir más retenciones. Usted podrá pensar que en todo caso es un problema financiero porque el estado está cobrando antes los impuestos, pero la verdad es que no. Los montos muchas veces (sumados) superan al propio impuesto, por lo que la empresa termina pagando muchísimo más de lo que tendría que pagar realmente por imposición, incluso generándole un saldo a favor eterno.
Lo ideal, para el bien de todos, sería que el impuesto baje, pero en realidad se puede comenzar bajando los porcentajes de esos pagos anticipados que en muchos casos terminan multiplicando por 2 el monto que le hubiera correspondido pagar. Es lógico que los impuestos son necesarios para pagar el gasto del Estado, pero en este caso se produce una injusticia al momento de quitarle a la empresa un monto aún mayor al que debería tributar legalmente.
Asesor Financiero Certificado (AFC) Instituto Español de Analistas Financieros [email protected]