Política
Preocupación por la eliminación de los serenos de buques tras la desregulación del sector naviero
La desregulación del sector de navegación marítima impulsada por el gobierno de Javier Milei generó un fuerte impacto en materia laboral y encendió las alarmas por posibles deficiencias en seguridad en los buques, según indicó la publicación Mundo Gremial. La preocupación surge tras la implementación del Decreto 37/2025 sobre el "Régimen de la Navegación Marítima, Fluvial y Lacustre" (REGINAVE), que suprimió la obligatoriedad de contratar serenos de buques, dejando la decisión en manos de los operadores privados.
Una figura histórica eliminada
El sereno de buque es un auxiliar de la Prefectura Naval Argentina con funciones críticas en la seguridad portuaria. Su presencia data de 1904 y ha sido clave en el control de accesos, la vigilancia de carga y mercaderías, la detección de derrames y la prevención de delitos como contrabando y tráfico ilegal. La Prefectura Naval fiscalizaba su desempeño para garantizar la protección de los buques en puerto.
Desde el 20 de enero, con la entrada en vigencia del decreto, la contratación de serenos pasó a ser opcional, lo que ha reducido los controles en los puertos y generado temores sobre un incremento en delitos, en especial en buques de bandera extranjera. Además de los riesgos en seguridad, la medida implicó la pérdida de más de 600 puestos de trabajo en el sector portuario.
El impacto económico y los actores beneficiados
El Decreto 37/2025 se enmarca en la política desreguladora del DNU 70/23 y la Ley Nº 27.742, justificando la eliminación de regulaciones en la búsqueda de mayor "dinamismo y simplicidad operativa". Sin embargo, detrás de esta medida, analistas del sector identifican a ciertas empresas como las principales beneficiadas.
Entre ellas se encuentran PTP Group y la Agencia Marítima ISA (Independent Ship Agents SA), grandes jugadores en la logística portuaria que operan en los corredores cerealeros de San Lorenzo, Santa Fe, Bahía Blanca y Concepción del Uruguay. Estas firmas, según Mundo Gremial, ya han comenzado a capitalizar los efectos de la desregulación.
Un ejemplo concreto es el de ISA, que operó 87 de los 93 barcos ingresados a puertos santafesinos en las últimas semanas sin solicitar servicios de serenos. Sin embargo, los armadores habrían abonado por estos servicios, generando un margen de ganancia de aproximadamente 160.000 dólares para la empresa por conceptos no contratados.
A su vez, se menciona a la poderosa Viterra (ex Oleaginosa Moreno) como otro actor involucrado en la supresión del servicio de serenos, con la intención de consolidar un nuevo esquema de seguridad privatizada bajo su propio control en el futuro.
Consecuencias a futuro
La eliminación de los serenos de buques no solo afecta a cientos de trabajadores que perdieron su empleo, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro de la seguridad en los puertos argentinos. La falta de controles podría derivar en un aumento de delitos y generar una situación propicia para la privatización total de los servicios de vigilancia portuaria, en beneficio de un reducido grupo de empresas.