“Ponen el ojo en zonas insulares y se olvidan del campo firme” indicó Daydé sobre la prohibición de quema en islas
Victoria.- La ley provincial del Fuego Nº 9.868 y su Decreto reglamentario Nº 3.186/09 prohíbe quemas en el territorio provincial, bajo ese parámetro de aplicación de la Secretaría de Ambiente, no puede haber otro mecanismo que lo autorice, anticipa el coordinador técnico del área de Defensa Civil provincial Fabián Daydé a Paralelo 32.
Pero aquellos interesados en realizar una quema controlada, pueden completar los formularios disponibles en el sitio oficial del organismo mencionado, donde se especificará desde el lote hasta cuándo se pretende realizar esa práctica, entre otros detalles. Si se aprueba, ya que puede autorizarse o no, llega la comunicación al propietario, a la policía y a los bomberos. “Es posible que puedan venir técnicos de la Secretaría a constatar”, continuó el entrevistado y añadió: “En Victoria se han autorizado un par de quemas (y remarcó un par —N. de R.), pero todos ponen el ojo en zonas insulares, y se olvidan del campo firme, que está igualmente regulado”.
Así las cosas, “por lo pronto y sin horizonte cercano, ya que es más difícil prohibir que regular, en la zona del Delta no se puede quemar. Sí se puede pedir permiso de quema en la parte continental, es decir en suelo firme. Y debo mencionar que aquí nadie pide en suelo firme, es más, algunos se dan el lujo de avisarle a la Policía o Comisaría de la zona, y a Bomberos, que van a prender fuego. Puedo entender que den aviso a bomberos, pero la policía es el brazo de control, justamente, para el cumplimiento de esta ley”.
Daydé dijo algo que es casi un secreto a voces y una verdad incómoda, “muchos de estos procedimientos no se constatan porque no hay recursos habilitados para cubrir esa demanda. Se lo hice saber a la Ministra de Gobierno y Justicia, Rosario Romero, en oportunidad de visitar la ciudad, en pleno conflicto por este tema”. Y añadió: “Muchas veces también, ese productor que le da combustible a la comisaría —y a Vialidad (N. de R.)—es el que solicita la quema; por eso digo, el día que empecemos a ser sinceros con estas cosas, esto va a cambiar”.
En este contexto, se le acotó a Daydé que fue Romero precisamente quien prometió una flota de drones y demás recursos en combustible y personal para esta tarea, “Ella lo que hizo fue comprometer lo que iba a hacer otro, que es Ambiente. Estaba en ese entonces Martín Barbieri, que es un señor, pero lo sobró plata en el balance del ejercicio, y no los compró nunca. Le costó la renuncia, por supuesto”.
Incendios de origen natural
“Tengo una teoría sobre los incendios naturales frente a los provocados intencionalmente, y es que en todos los casos que acudimos ante un fenómeno no provocado por el hombre, no encontramos animales en el escenario, y menos aún que hayan sucumbido por el fuego”, esta es una apreciación que nuestro interlocutor contrasta con la cantidad de roedores, carpincho, víboras y demás fauna típica de la zona, que ante un hecho de incendio provocado son encontrados muertos. “Y tampoco se puede ver sobrevolar una sola especie de pájaro”.
Cuando el tema cobra mayor notoriedad mediática, y Santa Fe tiene mucho que ver con esto, lo siguiente que se propone es un trabajo compartido, donde ambas provincias colaboren en el sostenimiento de esta biodiversidad. Sobre este punto Daydé insiste en que “Santa Fe tiene una necesidad geopolítica, pero si quiere intervenir debe circunscribirlo a sus islas, que sería desde Diamante hacia arriba; hacia abajo no tiene porqué hacerlo; sin embargo no hace mucho vi con mis propios ojos cómo la policía rural de esa provincia salían a localizar incendios en nuestras islas. Dentro del territorio entrerriano, esas personas, armadas, no están autorizadas a ejercer ninguna tarea”.
No conocen nuestras islas
Daydé fue más allá en su reflexión sobre nuestro humedal, “muchos de los que tienen que defender los intereses sobre nuestras islas, no las conocen en detalle porque no les interesa. En un informe escrito que estoy preparando comparo metafóricamente esta zona con un libro, al que algunos creen haber leído porque conocen el epílogo, y físicamente esto sería transitar el viaducto que nos une a Rosario”.
Esta misma afirmación la trasladó a “ciertas personas que dicen ser ambientalistas, y aparecen en videos hablando de las quemas… ¡ambientalistas de boca!, bastaría que les preguntaran si saben dónde podemos encontrar plantas de irupé, y en qué temporada; o si siempre estuvieron allí”. Nuestro entrevistado se llega a preguntar retóricamente: “¿por qué hay que apagar el fuego cuando se produce de manera natural?; o si ¿estamos haciendo un bien o mal al interrumpir esa quema?”