Política
Polémica por la Resolución 187: expresiones ofensivas en el anexo de un documento oficial
Hace un mes y medio, la Resolución 187 fue publicada en el Boletín Oficial. Sin embargo, su Anexo I trascendió recientemente y generó una fuerte controversia.
En sus 45 páginas, el documento elaborado por la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) contiene una serie de términos en desuso y considerados ofensivos en el ámbito de la salud mental y la discapacidad intelectual.
Términos como "idiota", "imbécil" y "débil mental" aparecen en el documento titulado "Normativa para la evaluación médica de invalidez para las pensiones no contributivas", en un intento de sistematizar grados de discapacidad intelectual según coeficientes intelectuales. No obstante, especialistas consultados coinciden en que esas expresiones fueron abandonadas hace décadas por su carácter discriminatorio y ofensivo.
Una terminología desactualizada y ofensiva
El texto del anexo utiliza una escala basada en mediciones del coeficiente intelectual (CI) para clasificar grados de discapacidad. Sin embargo, junto a cada rango, se incluyen términos considerados insultantes. Por ejemplo, junto al CI 0-30, figura el término "idiota", seguido por una descripción que indica que la persona "no atraviesa la etapa glósica, no lee ni escribe, no conoce el dinero, no controla esfínteres y no puede subsistir sola".
En el rango CI 30-50, se emplea "imbécil", mientras que en CI 50-60 aparece "débil mental profundo", seguido por "débil mental moderado" y "débil mental leve". La presencia de estos términos en un documento oficial generó el inmediato rechazo de organizaciones y expertos en el tema.
Reacciones y explicaciones oficiales
El Gobierno anunció hoy que "modificará" la resolución 187 publicada en el Boletín Oficial hace un mes y medio, luego de la controversia que generó el uso de terminología discriminatoria para referirse a personas con problemas de salud mental.
En el Anexo I del documento de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) se usaron los términos "idiota", "imbécil", "débil mental" y "retardado" para caracterizar a los que sufren problemas mentales, lo que causó rechazo en las organizaciones que velan por los derechos de las personas con discapacidad.
Tras la polémica por el uso de ese tipo de lenguaje, desde la ANDIS aclararon en un comunicado que fue un "error" haber utilizado esa terminología y sostuvieron que no hubo "ninguna intención discriminatoria".
"Se trató de un error derivado del uso de conceptos pertenecientes a una terminología obsoleta", explicó el organismo, y añadió que ese tipo de caracterizaciones fueron utilizadas en el pasado en medicina psiquiátrica, aunque se eliminaron por su carácter peyorativo. A pesar de la modificación, el organismo sostuvo que la "corrección no modificará el baremo ni sus criterios de evaluación".
Desde la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA) exigieron "la inmediata rectificación de esta resolución y el reemplazo de su terminología por un lenguaje acorde con los estándares internacionales de derechos humanos y con el modelo social de la discapacidad".
Un retroceso en el enfoque de la discapacidad
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) han dejado atrás hace tiempo estos términos en sus clasificaciones internacionales. En su lugar, se utilizan descripciones más precisas y respetuosas, enfocadas en las capacidades y necesidades de las personas con discapacidad.
El uso de expresiones desactualizadas en un documento oficial no solo genera malestar en la comunidad afectada, sino que también pone en duda la adecuación de las políticas públicas a los enfoques actuales de derechos humanos. La falta de una explicación oficial por parte de ANDIS solo profundiza la controversia.
Por el momento, las organizaciones de la sociedad civil esperan una corrección inmediata por parte del Gobierno, mientras el debate sobre el trato digno y respetuoso hacia las personas con discapacidad se instala nuevamente en la agenda pública.