Producción
Perspectivas climáticas 2024: La Niña y sus consecuencias para la producción agropecuaria
El Centro de Monitoreo Meteorológico y Climático (CMMC) ha detallado las perspectivas climáticas para el resto del año, destacando las posibles repercusiones del fenómeno “La Niña” en la producción agropecuaria. La Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) de la Secretaría de Bioeconomía ha advertido que importantes indicadores oceánicos y atmosféricos confirman la presencia de este evento.
La Niña: Un fenómeno global
La Niña es parte del ciclo natural-global del clima conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENSO), generalmente asociado a períodos de sequías. Según la ORA, La Niña podría volver a prevalecer a partir de mediados de 2024, afectando potencialmente la cosecha gruesa en el oeste de Córdoba, La Pampa, el noroeste y sudoeste de Buenos Aires.
La Niña se caracteriza por el enfriamiento de las aguas superficiales del Pacífico, lo cual puede provocar sequías. Durante el período 2022-2023, este fenómeno causó pérdidas en la actividad agropecuaria argentina por unos 15 mil millones de dólares. Sin embargo, en esta ocasión no se esperan consecuencias tan graves.
El Niño y la transición hacia La Niña
El Niño continuará presente durante el resto del verano y el inicio del otoño, con una transición hacia la fase neutral del ENSO a partir del trimestre abril-junio. Posteriormente, la mayoría de los modelos climáticos indican un enfriamiento continuo del océano Pacífico central, sugiriendo una probabilidad de más del 60% de la fase La Niña hacia julio-septiembre de 2024.
Impacto en las precipitaciones y temperaturas
No está claro en qué medida el cambio hacia La Niña afectará la cantidad de lluvias en la región. En Santa Fe, las precipitaciones han sido dispares, con un déficit generalizado en toda la provincia. En la Capital provincial, el acumulado mensual fue el menor en los últimos 12 años. La cantidad de días con lluvia también fue baja, con solo dos días de precipitaciones en junio.
Las temperaturas estuvieron dentro de lo previsto, con medias para junio de 2024 entre 1,5 y 2,0° por encima de los últimos 12 años, a pesar del fuerte descenso térmico a finales del mes, con heladas el 29 y 30 de junio.
Pronósticos para los próximos meses
Las precipitaciones seguirán siendo escasas hasta la última semana de julio, con temperaturas por debajo de las medias históricas. Para los meses siguientes, se espera que el Pacífico ecuatorial continúe relativamente frío, aunque con una ligera tendencia al aumento de su temperatura hacia fin de año. El Atlántico, frente a las costas de Uruguay y el sur de Brasil, mantendrá temperaturas frías hasta comienzos del nuevo año.
El CMMC indica que algunas variaciones de la temperatura del Atlántico podrían generar precipitaciones puntuales más abundantes. Desde agosto, se esperan valores térmicos por encima de la media histórica, coincidiendo con una fase activa de La Niña.
Conclusiones del INTA
El Instituto Nacional de Tecnología Agrícola (INTA) señaló que "El Niño", que ayudó a aliviar un largo período de sequías, podría debilitarse tras el verano y los primeros meses de otoño. Para el trimestre febrero-marzo-abril, todos los modelos indican un debilitamiento de los valores cálidos de la temperatura del océano Pacífico Ecuatorial.
El documento subraya que un evento ENSO, que ocurre cada 3 a 7 años y generalmente dura de nueve meses a dos años, puede provocar inundaciones, sequías y otras perturbaciones globales. La situación climática debe ser monitoreada de cerca para anticipar y mitigar posibles impactos en la producción agropecuaria argentina.