Periodistas y periodismo en su día
Por Hugo Schira (Paralelo 32).- Si uno repasa las frases sobre periodismo, dichas por quienes han pensado en el tema y se han preocupado, se encontrará con dos listas más o menos iguales en cantidad e intensidad. La de quienes exaltan la labor periodística y ponen en relieve que el reportero es un especialista en buscar y exponer la verdad removiendo las piedras de la mentira. Los otros, dirán que la mentira es el oficio del periodista. Y hay ejemplos de sobra para transformar esas opiniones en evidencias.
Ni tan poco que no arde ni alumbra; ni tanto, que quema al santo.
El periodista no es mejor que el promedio de las personas de la sociedad en la que vive, come y opina. Pero tiene la obligación de reparar los daños que producen las mediocridades. Las sociedades con buen periodismo, mejoran sus promedios; con mal periodismo, se autoperciben terriblemente peores.
El periodista tiene que llegar a fin de mes, como todo el mundo. El problema empieza cuando es el objetivo único. El periodista es ambicioso, como la mayoría. Pero mejora cuando sus ambiciones se concentran en la calidad del oficio.
Al periodista se le exige mucho: que ande siempre diciendo ‘la verdad’. Pero nadie lo hace todo el tiempo si quiere vivir en comunidad. Porque esa ‘verdad’ suele ser tan solo un conjunto de opiniones que alimentan la ira de las propias creencias o un grupo de datos que sobreviven para alimentar valores compartidos. Por esos lugares anda la grieta que tritura a tantos caídos en sus fauces.
Informar puteando, como hacen tantos ‘comunicadores’, no es periodismo, es política. Y no está mal hacer política, siempre y cuando no se simule como periodismo. Crear contextos favorables a un grupo, tampoco es periodismo; es una estrategia de la guerra. También es una acción humana, demasiado humana; pero no es periodismo.
El periodista está para otra cosa: debe encontrar la forma de contar lo que pasa cuando muchos están anestesiados por el engaño. Para cumplir ese rol alcanza con informar exhaustivamente los datos, explicar con inteligencia el contexto, opinar con honestidad como guía para la acción.
En suma, el periodista (el periodismo) necesita ejercitarse con inteligencia honesta y exhaustiva. Hoy, en los tiempos que corren, eso hace una gran diferencia.