Sociedad
“Pelucas de Esperanza” superó las 7.000 donaciones de cabello
Otro objetivo cumplido y una loable labor que se desarrolla desde 2016 acompañando a mujeres con cáncer • Requisitos y contactos para seguir colaborando o pedir ayuda.
Crespo- La ONG Pelucas de Esperanza, que nació en Gualeguaychú, confecciona pelucas con pelo que dona la gente para niñas y mujeres que se están sometiendo a quimioterapia, con el sentido de acompañar el transitar de quienes luchan contra el cáncer.
Actualmente cuentan con una gran cantidad de filiales en todo el país. Una funciona en Crespo y una de sus responsables es Loly Gassmann, quien confirmó que en Crespo lograron ya más de 7.000 donaciones. Hace aproximadamente un año atrás hacíamos una entrevista con referentes de la ONG y planteaban en ese momento que era el próximo objetivo. Finalmente, se logró. “Estamos contentos por la respuesta que seguimos teniendo de personas que aportan parte de su cabello para este fin. También estamos recibiendo pelucas. Hay casos de pacientes que las compraron en alguna situación, les quedaron guardadas y quieren donarlas”, graficó.
Cómo ayudar
Loly recordó a Paralelo 32 que “Por consultas, los interesados pueden acercarse a calle Perón 585 o Los Lirios 1361. Este último domicilio es el de Luciana Pach, quien es psicooncóloga, forma parte y cumple un rol muy importante, esencial en la filial de Crespo”.
Sumó que “En nuestro caso, somos un centro de recepción de donación de pelo. Lo pueden acercar a esos domicilios y luego el pelo es llevado al taller en Gualeguaychú, donde voluntarias las cosen y confeccionan. Se prestan las pelucas a pacientes oncológicas por el tiempo que las necesiten y luego se devuelven, se las acondiciona y se prestan de nuevo”.
A su vez, detalló que “cuando una paciente quiere tener una peluca, se debe comunicar con la filial para iniciar los trámites con el taller de Gualeguaychú hasta conseguir una disponible lo más similar posible en cuanto al tipo de pelo y color. Si hay, desde la sede central la mandan a la filial que la solicitó y en caso contrario, queda en lista de espera hasta que otra persona devuelva alguna o se pueda hacer”.
Todo procedimiento va acompañado de papeles y documentación, con una carpeta donde está el registro de cada donante. Todo es transparente, quedando constancias y respetando la privacidad de quienes son parte del proceso. “Respetamos la intimidad de cada persona. Todo es ordenado y es clave para la confianza de la gente, tanto de quienes donan como de los profesionales que colaboran. Solo nos mueve la voluntad y las ganas de ayudar”, dijo.
Desde la ONG crespense reconocieron que a veces no se consigue exactamente el mismo tono o largo, pero que tratan de lograrlo con el mayor parecido en todos los casos. “Hay gente que no te enterás que está en tratamiento, pero cuando el pelo cae, no se puede ocultar la enfermedad. El pelo es visible. Por eso verse sin pelo cuesta y más a una mujer. Siempre hay que tener claro que lo más valioso es la vida, no el pelo, pero nosotros tratamos de aportar un granito de arena desde lo que podemos, en este caso llevando pelo y trayendo pelucas cuando llega algún pedido. Atravesar esta situación no es sencillo. Desde este lugar podemos ayudar y nos pone felices hacerlo”.
Números
Según el registro de Pelucas de Esperanza filial Crespo, desde diciembre de 2016 a la actualidad, han recibido más de 7 mil donaciones de pelo. “Pensábamos en una única donación, la de Camila, mi hija, que fue la primera. Haber llegado a este número marca el perfil solidario de nuestra ciudad. Son más de 7.000 personas que confiaron y decidieron acompañar, aunque no solo recibimos de Crespo, sino también de la zona y hasta por correo y encomiendas de lugares alejados. Hoy hay más conciencia. Antes el pelo de un corte se tiraba; ahora, muchas peluqueras lo guardan y entregan”, explicó Loly.
Recalcó una vez más que para donar cabello no hay edad, sexo, tipo o color. No importa tampoco que el pelo haya sufrido algún tratamiento como teñido o alisado, o que tenga canas. Como requisito, tiene que tener 20 centímetros o más de largo, estar separado y atado con gomitas y en caso de que se mande por correspondencia tiene que estar seco.