Para la ONG Pelucas de Esperanza lo más valioso es la vida
Crespo- La ONG Pelucas de Esperanza, que nació en Gualeguaychú, confecciona pelucas para mujeres que se están sometiendo a quimioterapia con pelo que dona la gente. Con el sentido de acompañar este transitar, las hacen con pelo que la gente dona para luego prestarlas, de manera gratuita, a niñas y mujeres con cáncer. Actualmente cuentan con una gran cantidad de filiales en todo el país. Una funciona en Crespo y dos de sus responsables, Loly Gassmann y Luciana Pach, explicaron el trabajo que vienen realizando a Paralelo 32.
Loly destacó que “En nuestro caso, somos un centro de recepción de donación de pelo. Lo pueden acercar a nuestros domicilios, en calles Pte. Perón 585 o De Los Lirios 1361. El pelo es llevado al taller en Gualeguaychú, donde voluntarias las cosen y confeccionan. Se prestan las pelucas a pacientes oncológicas por el tiempo que las necesiten y luego se devuelven, se las acondiciona y se prestan de nuevo”.
A su vez, Gassmann detalló que “cuando una paciente quiere tener una peluca, se debe comunicar con la filial para iniciar los trámites con el taller de Gualeguaychú hasta conseguir una peluca disponible lo más similar posible en cuanto al tipo de pelo y color. Si hay, desde la sede central la mandan a la filial que la solicitó y en el caso contrario, queda en lista de espera hasta que otra persona devuelva alguna o se pueda hacer”.
Todo procedimiento va acompañado de papeles y documentación respaldatoria, con una carpeta donde está el registro de cada donante. “Todo es transparente. Incluso subimos todo al Facebook de nuestra ONG, tanto la donación del pelo como la llegada de ese pelo a Gualeguaychú, para que quede la constancia, siempre respetando la privacidad de quienes son parte del proceso. Respetamos mucho la intimidad de cada persona. Todo es ordenado y eso es clave para lograr la confianza de la gente, tanto de quienes donan como de los profesionales que colaboran en distintas áreas. Acá solo nos mueve la voluntad, el empuje y las ganas de ayudar”.
“Lo más valioso es la vida, no el pelo”
Pach reconoció a nuestro cronista que al momento de recibir la peluca las personas tienen diferentes actitudes. “Algunas presentan cierta resistencia, les cuesta, a veces pasa que no se consigue exactamente el mismo tono o largo, por ejemplo. Pero hay otras que se calzan la peluca y salen a la calle. Hay gente que no te enterás que está en tratamiento, pero cuando el pelo se cae, no hay posibilidad de ocultar la enfermedad. El pelo es la cuestión más visible. Está en la cabeza y cuando uno mira a alguien lo hace a la cara. Verse sin pelo cuesta, más a una mujer. De todas formas, siempre hay que tener claro que lo más valioso es la vida, no el pelo”.
Reconoció que “Todas las reacciones son respetables, porque esto es muy fuerte, atravesar esta situación no es sencillo. Por eso es clave el acompañamiento desde todos los ámbitos, porque es un problema enorme. Tener apoyo es bueno, no solo profesional, sino familiar, desde la espiritualidad, tener creencias, fe, proyectos, todo ayuda a transitar de una forma más sencilla este problema, pero no está escrito en ningún lado qué hay que hacer. Cada uno hace lo que puede, el proceso es particular, único, porque te enfrentás a la vulnerabilidad y la fragilidad, a algo que no podés manejar. La persona no es únicamente un cuerpo, es un ser integral, con muchas características y atravesado por un montón de factores. Por eso digo que no hay fórmulas, pero sí es importante tratar de mantener nuestro buen ánimo dentro de las posibilidades y dejar que nos ayuden. La buena actitud es clave, para entender que todo lo que nos pasa nos dejará cosas positivas y negativas, pero siempre nos enseñará algo”.
Números
Según el registro con el que cuenta Pelucas de Esperanza filial Crespo desde diciembre de 2016 a la actualidad, han recibido alrededor de 7 mil donaciones de pelo. “Pensábamos en una única donación, la de Camila, mi hija, que fue la primera, y llegar a este número es increíble y marca el hermoso perfil solidario de nuestra ciudad. Son 7.000 personas que confiaron y decidieron acompañar, aunque no solo recibimos de Crespo, también de la zona y hasta por correo y encomiendas de lugares alejados. Hoy hay mucha más conciencia. Antes el pelo de un corte se tiraba; ahora, muchas peluqueras lo guardan y nos lo entregan”, explicó Loly. Para donar el cabello no hay edad, sexo o tipo o color. Gassmann aclaró además que no importa que el pelo haya sufrido algún tratamiento como teñido o alisado, o que tenga canas. Todo sirve. “Como requisito el cabello tiene que tener 20 centímetros o más de largo, estar separado y atado con gomitas y en caso de que se mande por correspondencia tiene que estar seco, eso es fundamental”, dijo a este medio.