Nuevos modos de aprender y de enseñar con TIC
Victoria (Por Nicolás E. Rochi).- El Concejo General de Educación (CGE) lanza por primera vez el programa entrerriano de formación continua que se denomina Nueva Escuela, que depende de la Coordinación de Tecnología e Innovación Pedagógica, en cuyo marco se han dispuesto 100 (cien) capacitaciones que se desarrollará hasta el año 2023 inclusive.
Una de las docentes que se desempeña como tutora local, es la Licenciada en Comunicación y Profesora, Paula Feldman, quien precisó a Paralelo 32 que esta serie de instancias virtuales están destinadas a todas las instituciones educativas de la provincia, e involucra a escuelas privadas.
La primera capacitación alcanzó al trayecto formativo común (también existe el formativo opcional —N. de R.) a partir de invitaciones que llegaron a las escuelas donde se decidió quiénes serían los educadores que participarían de los 3 nodos propuestos: uno digital, otro institucional y un tercero de carácter didáctico. “De igual manera, cada uno de estos momentos es un punto de encuentro para favorecer nuevas prácticas. En mi caso con el Nodo digital”.
Cada nodo tiene 4 encuentros, y Feldman reconoce que le ha servido a su formación haber trabajado con docentes de la Costa del Uruguay y Centro de la provincia, ya que se trata de instar a esos cruces de visiones y experiencias con aquellos que se desempeñan, como en su caso, en la Costa del Paraná. “Nosotros estamos transitando el tercer encuentro (individual); y la cuarta instancia, que es de carácter didáctico-tecnológico, la concretaríamos a mediados del presente mes”.
Sobre su rol de tutoría mediada por la virtualidad —para la cual fue convocada por la directora departamental Claudia Pereyra— la entrevistada explicó que tiene unos 120 alumnos de 12 establecimientos situados en San José de Feliciano, Concepción del Uruguay, Concordia, Villaguay, Colón y Villa Elisa, “de los cuáles hay 15 o 16 que no han participado nunca, pero el resto demuestra un marcado interés. Cabe señalar que estos encuentros están pensados para trabajar desde los equipos institucionales, y como un acto reflexivo hacia las mismas, más allá que cada docente hace sus valoraciones personales del contenido que ofrecemos, y que tiene un importante bagaje bibliográfico”.
Sin dudas esta posibilidad cobra mayor relevancia en el contexto de pandemia, y hacia las prácticas de enseñanza y aprendizaje, las cuales han sufrido reformulaciones a contra reloj e interpelaciones al propio sistema educativo. Ya sea desde la virtualidad ó bi-modalidad, y ahora con la presencialidad por burbuja, Feldman reconoce que todo indica que vamos hacia una educación mixta entre lo virtual y presencial. “Desde el 2020 que nos pasó por arriba, donde nos tuvimos que rearmar, y reinventar en muchos casos, el nodo digital nos lleva a pensar en las prácticas y en los hábitos que tienen que ver con las competencias digitales y con cada contexto, sea de una escuela Normal como en la que me desempeño, a otras de orientación agrotécnica, por ejemplo, donde los trabajos de campo se perdieron totalmente y obligaron a sendos replanteos”, explicó y habló de lo movilizador que es para su experiencia docente propia.
El nodo digital en sí propone una experiencia pedagógica que se haya desarrollado en el 2020, atravesada por las nuevas tecnologías, y analizarla desde la perspectiva de la bibliografía propuesta, como el caso del Modelo TPACK, que es la sigla que corresponde en inglés al concepto Technological Pedagogical Content Knowledge (Conocimiento Técnico Pedagógico del Contenido) que estudia la integración de la tecnología en la educación. Este modelo fue desarrollado entre 2006 y 2009 por los profesores Punya Mishra y Mattew J. Koehler, y se basa en la combinación de tres variables en las que cada docente debe formarse: conocimiento tecnológico, conocimiento pedagógico y conocimiento del contenido. “Mucho de lo que se ve es que la docencia en general ha tenido que apelar a estas cuestiones para no interrumpir el vínculo con el alumno. No sé si tuvimos tiempo para repensar las prácticas, en cuanto a los contenidos pedagógicos y didácticos, tan profundamente. Más bien fue un sostenimiento del sistema educativo, y ver cómo hacíamos para que a los chicos les lleguen las actividades”, expresó Feldman a Paralelo 32.
En ese plano, también dijo que hay escuelas con excelente conectividad; y otras donde no está esa posibilidad como recurso, y en muchos casos se hicieron abordajes personalizados. “Hay mucho miedo a equivocarse con las tecnologías, es como un gran cuco; y lo bueno de este nodo digital es que además de lo bibliográfico se brinda un kit de herramientas tecnológicas y tutoriales para poder usarlas. Y de hecho se plantean actividades donde ellos usan esas aplicaciones y las suben a las plataformas”.
Ese pasaje disruptivo tuvo experiencias que nuestra interlocutora las marcó para mostrar cómo algunos seguían atados a determinados dispositivos tradicionales, como el pizarrón en sus casas mientras transmitían la clase por ZOOM, o Meet, dado que estos entornos digitales brindan la posibilidad de colgar texto, videos e imágenes al momento de la transmisión. “El Tercer encuentro era individual, así que tengo para escuchar más de 100 audios sobre qué hicieron esos docentes para adaptarse al cambio mediado por la tecnología en pandemia, y qué vivenciaron en ese proceso”.
Priorización de saberes
Con la posibilidad de tener más datos que arrojan estos intercambios sobre la Pandemia, Feldman resalta algo que se repite en la mayoría de los docentes, “la priorización de saberes, porque no se pudo seguir una planificación, y de hecho, este año paso algo similar”.
—Da la sensación que cualquier paso en falso podría hacer caer no solamente este recorrido 2021, sino que derribaría el bloque 2020/2021
—“Aquí y ahora hablando como docente de la escuela Normal, hubo chicos que el año pasado los perdimos, lamentablemente. Y por más que hiciéramos lo imposible, había problemas de orden psicológicos, en sus hogares, lo económico laboral, sin conectividad, y demás cuestiones que pesaron por sobre la educación y esa inclusión, de la que tanto se habla pero no siempre se cumple; y si bien algunos retornaron, se nota mucho la diferencia entre los que pudieron permanecer y los que no”.
—En el sentido de lo que habilita o impide la tecnología, ¿Qué se percibe respecto del 2020?
—“Hoy nosotros en Normal, para seguir hablando como docente, tenemos conectividad para alumnos y docentes. En 2020 dependía más de las condiciones particulares. Y por lo que sé, las demás escuelas también han podido acceder a Internet. Pensando en esas posibilidades creo que Juana Manzo (el Plan Federal del Ministerio de Educación que provee tecnología al sistema educativo, con programas de conectividad, equipamiento y una plataforma de recursos, entre otras opciones) viene a colaborar en ese recupero de opciones y recursos para docentes y los alumnos; no precisa de datos para accesarla y ahora está ofreciendo una sala tipo ZOOM, que también iría en esa dirección”.
Mientras hablamos de plataformas, Feldman recupera algo que, a su entender, no llegó a percibirse del todo en estas conexiones virtuales que se siguen dando: “desde algo básico como el permisos de los padres, a las faltas de respeto y las normas que debieron ponerse para mantener la clase, porque se pasaban los link, entraba gente que no era del curso, decía barbaridades y desde el anonimato (o un perfil falso —N. de R.), por todo ello, vale decir que los acuerdos de convivencia se trasladaron a la tecnología”.
Fue así que se empezó a exigir el ingreso con la cámara encendida (al menos al ingreso porque en ocasiones debían apagarla por la deficiencia de la conexión), nombre y apellido completo, “O que al momento de hacer una pregunta, volvieran a habilitar la cámara y/o que no estuvieran acostados en una cama o tirados en el sofá en una actitud por demás relajada”.
Sobre el final, Feldman hizo hincapié en esta tendencia que marcan las tecnologías y que cada vez más involucra no solamente a los trayectos obligatorios de la educación, sino que en las propias universidades llevó a valorizar sus campus virtuales; y que en lo laboral está a un paso de ser adoptado como regla en muchos sectores que hasta el 2020 ponían sus serios cuestionamientos a la no presencialidad. “No nos podemos quedar en lo instrumental, el desafío es generar conocimiento y su apropiación; entiendo que quedó atrás esa dualidad entre si la tecnología es buena o mala, esa discusión ya no tiene sentido en este presente”.