¡No alcanza!: La triste y dolorosa situación de los jubilados
Por Romina Schmidt.- A raíz de la inflación descontrolada por la que atraviesa la Argentina, 3 de 4 jubilados en Argentina perciben un ingreso que no alcanza a cubrir la canasta básica del adulto mayor.
“No llegamos a fin de mes”, “Se me va todo en remedios y salud”, “No ceno porque sería un gasto extraordinario que no puedo cubrir”, “Trabaje desde los 18 años aportando para no poder cubrir hoy mis necesidades básicas”, “A mi edad, tengo que seguir trabajando porque si no, no vivo”, son las quejas que se oyen.
Según cifras oficiales en Argentina hay 5.701.077 jubilados. El 47% de ellos, cobra el haber mínimo de jubilación que apenas supera el costo de la canasta básica de alimentos (sólo alimentos) que marca la línea de la pobreza.
La canasta del jubilado ronda hoy en $120.000. En este orden de ideas, vemos que los jubilados nunca llegan a cubrir ni siquiera el 40/50% previsto para la canasta básica total.
Actualmente, las jubilaciones se ajustan de forma trimestral; con aumentos que no llegan ni a acercarse al ritmo descontrolado de inflación en el que se vive. En el mes en curso, por ejemplo, las jubilaciones han aumentado en 15,53% del valor del mes de junio; siendo los valores de inflación del 7,4% solo en el mes de julio y 7% en agosto. En este marco, el gobierno ha concedido bonos extraordinarios y en principio temporales, los cuales lejos de resolver el fondo de la cuestión, intentan palearla, emparchando temporalmente la situación.
Según los cálculos efectuados por el Instituto de Estudios sobre la realidad Argentina y Latinoamericana, en diciembre del corriente año la inflación arribará al 95% y las jubilaciones solo se incrementarán en un 75%; perdiendo los jubilados 22 puntos en 2022.
Ante la dureza y la frialdad de las cifras; los jubilados se ven en la necesidad de reducir gastos a su máxima expresión, sin llegar a cubrir muchas veces sus necesidades básicas. No podemos desconocer que la inflación es un drama para todos los argentinos, pero a los jubilados los ha golpeado especialmente, frente a los números que no mienten y lo más grave es que -en este caso- tampoco tienen piedad.