Netflix y su caricatura Queer de Jesús
Por Ulises Oyarzún.- Y el maestro se acercó y les dijo: «Quienes dicen los hombres que soy Yo».
-Dicen que eres Juan el bautista, o Elías o alguno de los profetas-
-Arrio dice que eres creación de Dios, divino, pero no Dios-
-Celso, dice que eres un campesino embustero, cuyo padre fue un soldado Romano llamado Pantera-
-JJ Benitez dice que eres uno de los hijos de Dios, creador de esta galaxia-
-Netflix está diciendo que eres una caricatura Queer-
Y en eso el maestro , como sin interés en lo que los demás opinaban, mira a sus discípulos y les pregunta.
-¿Y ustedes quienes creen que soy yo?-
Parece que a Jesús no le interesa tanto lo que los demás piensen sobre él, sino en lo que sus seguidores creen de él, pero tampoco se queda en lo que creen, sino , qué hacen con aquello.
El texto en cuestión aparece en Mateo 16.
Pedro, por revelación del Padre, da la respuesta «ortodoxamente correcta», pero luego cuando debe ir con Jesús a la Cruz, el ortodoxo echa pies atrás y no es capaz de asumir ese camino de obediencia a Dios y compromiso con el prójimo hasta las últimas.
Yo vi algo en Netflix de «portas da fundo» sobre el nacimiento de Jesús, pero no pude seguir 10 minutos, no porque me pareciera una ofensa a Dios, sino porque encontré una gran broma forzada, sin gusto y aburrida.
De las parodias sobre la Vida de Jesús, la que más me ha gustado, fue una película de fines de los 70, «la vida de Brian», de «Monty Python». Que fueron una especie de «Les Luthier» ingleses.
Lo de Portas da Fundo, estaba bien para reírse con algunos coloquios cortos que subieron a las redes, pero la camisa les quedó grande a la hora de hacer una película.
Aunque no debo negar, que el mejor chiste de estos guionistas y de la productora, fue, y creo que lo consiguieron, al tener una película «mala», buscarle el éxito a través de la controversia. Y ahí una vez más, los evangélicos y católicos cayeron ingenuos al juego de que «Una mala publicidad siempre será muy buena publicidad».
Predicadores conocidos haciendo un llamado a que las masas de creyentes se desafilien de Netflix, creyendo ingenuamente en un gran éxodo de personas, que hará que la compañía reconsidere sus contenidos para en el futuro «No ofender a los buenos cristianos»… jajaja, que ingenuos!!!!
Si me preguntan, creo que al Cristo resucitado no le hace ni cosquillas la mala y aburrida broma de «Portas do fundo».
Como en el pasaje, a él no le interesa mucho lo que los demás opinen sobre él, por muy perdidos que estén, sino qué es lo que sus discípulos opinan y creen de Él.
Pero incluso más, ni siquiera se queda con la buena ortodoxia de sus discípulos, sino con que toda su teología termine en «la Cruz».
La cruz, como solidaridad y compromiso con el prójimo.
La cruz, como obediencia a Dios.
Por eso, el mismo evangelista, casi al terminar el evangelio, recuerda las palabras de Cristo, proponiendo que al final, la pregunta fundamental no será tanto, «Qué tan ortodoxa y sana fue tu doctrina», sino, cómo articulaste esa fe en amor con los demás.
Con los hambrientos, con el sediento, con el desnudo, con el encarcelado, con el enfermo y con el inmigrante.
Mateo 25.
Por eso creo, que si te vas a ofender con alguien que hace una parodia de Cristo, seas coherente y también oféndete con las manifestaciones mediáticas, políticas, artísticas y culturales, que denigran al «Cristo» que está «escondido» en la vida de aquellos más desprotegidos.
Por otro lado, me preocupa lo directivo que tienden a ser los pastores y predicadores modernos, que le digan a la gente lo que deben hacer, qué deben ver y cómo deben vestir.
Y lo más impresionante, miles de adeptos sin pensamiento crítico, que si les dicen, «La televisión es del diablo», son y fueron capaces de lanzar televisores por un puente en signo de obediencia a Dios.
Lo positivo de todo esto, es que habrán varios predicadores modernos que verán menos Netflix.
Quizás esta sea la oportunidad para que sus mensajes tengan un poco más de contenido y menos redes sociales o fantasías «animadas de ayer y de hoy».
Porque digamos la verdad, el púlpito hoy parece cualquier cosa, stand up, pasarela de moda, coach, psicomagia, etc.
No digo que la moda, el humor o la forma en qué compartas el mensaje esté mal, siempre y cuando lo central sea las Escrituras.
Hoy en los púlpitos tenemos tanto de todo, pero de las escrituras tan poco.
Por eso celebro la salida de varios predicadores de Netflix, les recomiendo que aprovechen el tiempo y lean más.
Y para terminar, para todos los rebeldes que aún seguirán en Netflix, les recomiendo una serie sobre la crisis de Fe de una familia de pastores Luteranos.
«Herrens Veje’», en español, «Algo en qué creer».
Está buenísima y descarnada.