Economía
Necesitamos una agenda provincial propia ante el ensayo liberal de ajuste brutal
Todos los indicadores económicos de este nuevo ensayo son negativos, la administración Milei, con sus actores Caputo y Sturzenegger, nos direccionan, inexorablemente hacia un colapso nunca experimentado. Nuestra provincia, debe sin demora alguna diseñar su propia estrategia para atenuar el golpe, que cuando se produzca resultará en que cada uno de nosotros seremos más pobres. Veamos un indicador importante que respalda lo que afirmo; la capacidad instalada de la industria nacional arrojó en Mayo una utilización del 56.8%, (INDEC), aumenta la ociosidad mes a mes. Este guarismo indica que se diluye la capacidad de compra y consumo de nuestro ya castigado mercado interno, los salarios y las jubilaciones, los ingresos de las personas caen vertiginosamente. El permanente y sostenido deterioro del poder adquisitivo de nuestros consumidores a su vez hace que las empresas continúen achicando su producción y esto alimenta un ciclo negativo sin precedentes.
La comparación interanual de Mayo 2023 con respecto a Mayo 2024 es evidente, todos los sectores han retrocedido excepto el de refinación de petróleo.
En terreno meramente económico, todo comienza con una clara incomprensión sobre la función de la moneda: el concepto de emisión sin respaldo es incompleto, confuso y falaz. Hace décadas se abandonó el patrón oro, la naturaleza de la moneda es otra totalmente diferente, solamente es una medida de valor de los bienes y un medio útil para facilitar las transacciones, sin moneda, volveríamos a intercambiar cosas, es decir el trueque.
Es por esta razón que la cantidad de moneda debe estar directamente relacionada con la cantidad de bienes y servicios producidos, obviamente si se emite indiscriminadamente es un fraude a nuestra población, pero también si se emite menos se está claramente obstruyendo el circuito económico normal. Por eso la moneda es el lubricante de la economía, no debe ser ni más ni menos que la adecuada. Hacerla escasear hasta límites imposibles con el solo fin de atacar un proceso inflacionario es equivocado.
Como buen ejemplo de lo que afirmo, recuerdo que Estados Unidos lanzó al mercado en 2008 durante la crisis de las hipotecas 700.000 millones de dólares, sin embargo, no tuvo efectos directos sobre los precios porque su inmenso mercado interno y su sistema productivo absorbió esa masa de dinero. Argentina, por su parte coexiste el proceso inflacionario con iliquidez, con una insuficiencia de moneda, absorbida por las altísimas tasas bancarias, con mecanismos como los pasivos remunerados o directamente como se intenta ahora con “emisión cero”.
Presos, nuestros economistas de la teoría cuantitativa del dinero, convencidos de que menos billetes en circulación frenará el fenómeno inflacionario, solamente pondrán más inconvenientes a un proceso productivo detenido.
Retomando los datos iniciales, el objetivo de vencer nuestras altas tasas de inflación solo puede lograrse con un plan expansivo de desarrollo e integración de la economía. Solamente así puede vencerse el déficit fiscal, reducir impuestos y encaminarnos al pleno empleo.
Los planes de ajuste nunca han tenido buen fin. Cuando aumentamos la producción, aumentan los salarios en cantidad y calidad, y se retroalimenta la inversión.
La permanente caída de la demanda atenta contra los salarios y anula el proceso de inversión.
Por eso es que proponemos una agenda provincial propia, que no dilate un minuto más las prioridades. Poner en marcha una propuesta energética propia donde la energía sea vector de desarrollo y atraiga inversiones e industrias, el RIGI incorporado en la Ley Bases no nos incluye, el proceso inducido de movilizar el capital a nuestro territorio debe ser propio e innovador.
Contador público nacional; también asesor económico- financiero, especializado en Pymes locales; y especialista en Sindicatura Concursal.