Mujeres que juegan con fuego y lo disfrutan
Crespo- El sábado 12 de noviembre se llevó a cabo la segunda jornada de la 30ª Fiesta Nacional de la Avicultura 2022, organizada por la Municipalidad y la Asociación Crespo Capital de la Avicultura.
Una de las atracciones fue el Concurso Nacional de Recetas con Huevo, que tuvo como vencedor a “Mujeres al Fuego”, equipo local integrado por María Eugenia Gareis, Giuliana Gareis y Patricia Eclesia, quienes ganaron una estadía por 5 noches para 4 personas en Carlos Paz (Córdoba), premio aportado por la empresa Alborap Turismo.
Las crespenses del equipo ganador se han destacado en diversos concursos gastronómicos de la zona, gracias al sabor y la presentación que alcanzan en cada uno de sus platos.
Hay equipo
Eugenia Gareis comentó a Paralelo 32 que “Nuestro equipo está integrado por mi hija mayor Giuliana Alem y una de mis mejores amigas que es Patricia «Pato» Ecclesia. Con Giuli probamos esta adrenalina de los concursos gastronómicos en plena pandemia. Nos inscribimos en un concurso nacional organizado por la Federación Argentina de Asadores. En ese caso tenían que ser todos amateurs y había que enviar videos de lo que cocinabas al fuego, bajo pautas establecidas. Después se subían a las redes y se armaban ‘duelos’ con otros competidores y avanzabas o no de fase. Fue así que llegamos a la final nacional y cocinamos en vivo, en un evento transmitido para todo el mundo. Salimos subcampeonas y fue nuestra primera experiencia”, recordó.
“Ese concurso nos dio el pase a participar de un circuito ya más profesional. Y terminamos compitiendo en asado a la estaca. En ese momento se sumó ‘Pato’ al equipo, porque estábamos convencidas de que queríamos un equipo netamente femenino, demostrando a todos y a nosotras mismas que podíamos lograrlo”, agregó.
“Manejamos el fuego”
“Mujeres al fuego es una analogía de Mujeres al volante. Nosotras manejamos el fuego. Nuestro primer torneo de asado a la estaca fue en Paraná, organizado por la Delegación Entrerriana de Asadores y Asadoras, obteniendo el tercer puesto, algo impensado para nosotras. En el festival Ramírez Festeja ganamos. Era un concurso amplio, podías elegir qué cocinar y el modo. Fieles a lo que nos propusimos siempre, cocinamos al fuego. También en el concurso de osobuco al disco en Hernández nos dieron un segundo puesto. Hemos recorrido muchos lugares desde que arrancamos en enero de este año. Y eso que siempre se tienen que dar determinadas condiciones, desde organizar trabajos, familia y otras obligaciones. Patri es comerciante igual que yo. Y Giuli está en el último año del secundario con todo lo que eso implica”, describió Gareis.
Siguiendo su relato, explicó a este medio que “Visitamos muchos lugares con esta locura de asar. Fuimos a muchos concursos gastronómicos donde la imaginación y la creatividad son preponderantes y también estuvimos en torneos de asado a la estaca, que son de resistencia pura, con muchas horas al calor extremo. Siempre destacamos que es un hobbie, es nuestro cable a tierra. Y nos encanta que nos reconozcan con un premio o mención, pero siempre vamos por un poco más de experiencia. Un premio es secundario. Nuestro disfrute va por otro lado”.
“Hemos estado en varias ciudades de Entre Ríos como Viale, Aranguren, Hernández, Ramírez, Victoria y Concordia. Y en Rosario y Recreo de la provincia de Santa Fe. La Fiesta de la Avicultura fue nuestra primera vez cocinando en Crespo como equipo. Y nos preparamos para darlo todo, para que la gente vea lo que hacemos y cuánto lo disfrutamos, porque es nuestra base. Cuando no disfrutemos de esto, no tendrá más sentido”, reconoció.
Los roles
Como en todo equipo, hay funciones que cumple cada integrante. Gareis detalló que “Somos rotativas. Y siempre cambiamos los métodos. A veces cada una tiene un fuego a cargo, porque estamos preparando platos diferentes con guarniciones y hasta postres a las brasas. Somos claras con el orden de cosas para hacer y qué hace cada una, para no estropear el trabajo en conjunto. Y a veces hay chispazos inevitables, pero es lo que trae la convivencia. Con el tiempo hemos mejorado eso. Somos exigentes cada una en lo personal y ahí también vienen las frustraciones. Así que ahora, en vez de hablar a la vuelta del viaje, hablamos en el proceso y nos alentamos a probar otra vez hasta que salga o a tomar otras decisiones si no sale. Andamos juntas por la vida hace más de 20 años”.
Euge comentó que “Siempre nos reclaman degustaciones nuestros grupos de amigos y familia. Pero a veces con los tiempos acortados no llegás a hacer el despliegue. Siempre que podemos, encontramos la posibilidad de asar en casa. Es un disfrute. Te pone a prueba la paciencia. Con respecto a los hombres en este ámbito tan masculino, es increíble. Una sola vez escuchamos dichos en un concurso. Y a ese lo ganamos. Así que en el festejo salió la bronca”, dijo entre risas.
“Nunca más nos pasó. Siempre nos reciben de maravilla, con respeto y admiración, que es lo que nos demuestran. Hasta se acercan a conocer cómo fue que terminamos ahí. Aún somos la minoría de mujeres al frente del fogón. Suelen ser equipos mixtos los que más se ven. Con la gente en general pasa lo mismo. Se interesan en saber cómo hacemos lo que hacemos”, agregó.
Haciendo un análisis, la asadora crespense planteó que “Nosotras creemos que el fuego une a las personas. Sin importar el sexo. Pregonamos que las mujeres se animen. El empoderamiento que te brinda hacer tu primer asado aunque te haya costado sudor y lágrimas es una sensación increíble. Y el olor a humo se va con un baño o lavando la ropa. Al fuego podés preparar lo que se te ocurra o buscarle la vuelta para hacerlo, como lo hacían antes nuestros abuelos. Se trata de paciencia y creatividad. Pero más que nada atención y amor. Si uno cocina con esos ítems cualquier comida, no puede fallar. Y si además le agregamos ese gustito ahumado, es sublime”.
La receta
En el concurso de recetas con huevo de la FNA las chicas prepararon Roll de huevo relleno con un braseado de bondiola y una guarnición tibia agridulce. “Se trata de una especie de panqueque de huevo solo con condimentos y hebras de albahaca que rellenamos con bondiola que cocinamos lentamente con verduras y cerveza artesanal que compramos en el predio. Se cocina hasta que la carne quede más que tierna. A la hora de enrollar, le pusimos unas tiritas de queso en el centro para que se derrita. Y devolvimos los rollos a fuego bien bajo, con corona de brasas, para que vuelva a tomar temperatura”, planteó Gareis.
“La guarnición se trató de rúcula, tomates cherry y cebollas, salteados, manzanas verdes hechas en una reducción de aceto balsámico y miel y le dimos crocante con nuez pecán. Una de las reglas era usar al menos tres productos hechos en Crespo”, recordó. En relación al secreto del éxito de la receta, dijo que “La parte agridulce y la mezcla con el roll fue lo que el jurado nos ponderó más. Nos dijeron que habíamos tomado ese riesgo y que había salido genial”.
Las chicas se quedaron con el primer lugar el sábado pero el domingo, en el concurso de preparación de recetas de pollo al disco, también se sumaron y lograron una mención a la mejor mise en place (preparación y organización previa a cocinar). La particularidad que tuvo el concurso sabatino es que decidieron cambiar parte de la receta que tenían preparada. “En realidad usamos los mismos ingredientes y era casi la misma ejecución. Solo cambiamos el formato o la presentación y quitamos algo que a mí no me terminaba de convencer. Días hacía que teníamos la idea terminada, pero no me convencía. Ese día, en el predio, les dije a las chicas que íbamos a ejecutar una idea anterior que había salido y que usaríamos todo lo que habíamos llevado para participar. Me hicieron caso, empezó el concurso y a la vez Santiago Georgini estaba dando su masterclass en el escenario. Estábamos concentradas haciendo lo nuestro y con directivas nuevas sobre la marcha, cuando de fondo empecé a escuchar lo que estaban cocinando en el escenario, y me di cuenta de que era la receta que había decidido no hacer diez minutos antes de empezar. Fue una locura. O una señal. No sabemos”, destacó con la satisfacción del deber cumplido.