Muestras de fe y testimonios en el Día de la Virgen de la Medalla Milagrosa
Nogoyá.- Este domingo 27 de noviembre, la iglesia católica celebra el día de la Virgen de la Medalla Milagrosa, celebración establecida por la Iglesia católica en el año 1894.
Esta fecha hace referencia al día que Catalina Labouré tuvo una visión de la Virgen María y su pedido de crear una medalla que sirviera para enseñar a las personas los valores del catolicismo y prepararlas para recibir la gracia divina de Dios y cooperar con ella.
Esta manifestación de fe tiene su arraigo especial en la región nogoyaense y durante el fin de semana habrá celebraciones especiales donde se inaugurará una capilla en honor a la Virgen.
Para contar el origen de la historia en Nogoyá, debemos remontarnos a finales de la década del 90, cuando en plena crisis nacional cerró la fábrica Nestlé que funcionaba en la zona oeste de la ciudad.
Tras ese hecho doloroso para la comunidad, ya que cientos de jefes de familia quedaron sin trabajo, un grupo de vecinos se encomendó a Dios mediante la oración y comenzó a rezarle a la Virgen de la Medalla Milagrosa, en la casa de la mamá de Daniel Yedro.
Eran muchos los pedidos, pero predominaba uno solo: “que vuelva a abrir la fábrica Nestlé”.
Actualmente, Daniel Yedro es el presidente de la comisión que construye la Capilla de la Medalla Milagrosa y se mostró muy contento porque ha llegado la tan ansiada celebración de inaugurar la capilla. “Estamos con la obra al 90%, nos están faltando detalles en el frente y una parte en el sector superior de la capilla. Está ingresando dinero de un bono contribución que tenemos en circulación, pero a su vez estamos teniendo muchas erogaciones, por ejemplo el caso de los bancos, pedimos dos más, que en su momento salían 4.000 pesos ahora salen 20.000 pesos, y realizamos una serie de gastos pensando en llegar con todo en orden para la inauguración”, contó en días previos a la jornada célebre.
“Agradecemos a la gente que ha respondido, no solo de Nogoyá, del barrio y del departamento, sino que se ha sumado gente de otras ciudades con las rifas y colaboraciones.
Gracias a Dios estamos desde el 2015 con la obra en marcha, salvo en la temporada de pandemia, pero apenas nos permitieron continuar con los trabajos comenzamos a darle continuidad”, rememora y agrega: “recuerdo cuando comenzamos la obra, estuvimos con pocos medios difundiendo la noticia y en ese momento me preguntaron cuanto iba a ser el plazo de obra. Dijimos cinco años y teniendo en cuenta la pandemia, creo que estamos cumpliendo con la palabra mencionada gracias a las donaciones de la gente y al bono contribución”.
Pero más allá del perfil edilicio y económico, la capilla tiene su fundamentación en la fe y en esas cosas que se conciben utópicas hasta que la suma de voluntades comienza a transformarlas en realidad.
“El puntapié inicial fue cuando mi madre me dijo “quiero hacer una capilla” cuando estaba todo el grupo de oración en la casa de mis padres. Le dije que estaba loca, en ese momento un terreno en la zona estaba 500.000 pesos, era mucha plata. No solo era comprar el terreno, sino también ejecutar la obra. En cada misa que se hacía en mi casa, mi vieja donaba una imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa, se sorteaba entre los que asistían pero siempre quedaban las imágenes en el barrio, siempre la sacaron personas que no viven a más de cuatro cuadras a la redonda. Iba mucha gente, de toda la ciudad, pero sin embargo siempre se la ganaban los vecinos cercanos”, relata Yedro. “En ese momento el Padre Rafael Micheloud nos dijo “la Virgen no se quiere ir del barrio, hay que conseguir el terreno”, pero no teníamos ni idea de cómo hacer para conseguir los medios para acceder a uno. Pero a los pocos días apareció David Canova en mi casa, con las escrituras en mano y nos donó el terreno para comenzar la capilla. Fue una emoción muy grande ese momento”, recuerda.
Con cinco pesos comenzó la obra
La primera misa para dar a conocer la intención de construir la capilla no fue muy exitosa en público. Narra Daniel Yedro que fue un día lluvioso, “no fue nadie a la misa y recaudamos apenas cinco pesos. Con esos cinco pesos nos dijo el padre “tomen, esto es el inicio de la capilla” y aquí estamos con la capilla inaugurada ayer sábado con la presencia del Arzobispo Juan Alberto Puiggari.
Al ser consultado sobre las bases fundamentales de la capilla, el presidente de la comisión no duda: “a esto lo logró la fe de la gente, sabemos que la fe mueve montañas, en este caso movió a un grupo de locos que están llegando a buen puerto, a su propósito.
Cuando comenzó el grupo de oración cerró la fábrica Nestlé, mucha gente del barrio se quedó sin trabajo. Pedimos por la reapertura de la fábrica y al año llegó La Sibila, es por eso que el día jueves la imagen de la Virgen visitó la fábrica, en señal de agradecimiento”.
En la ciudad y en el campo
La Virgen de la Medalla Milagrosa también tiene su presencia en la zona rural. En un camino secundario cerca de Don Cristóbal Segunda, a unos dos mil metros del asfalto que une a esa localidad con la ruta 32, se encuentra el establecimiento La Pichinina. Allí Paralelo 32 le dio notoriedad a otra historia en torno a la Virgen, visitando el lugar a pedido expreso de su propietaria.
Matilde Voltoni, alias Pichinina, vive en el lugar que alguna vez supo ser una granja avícola de referencia en la zona. En el amplio parque del frente de su casa ha sido entronada hace ya unos años una virgen, surgida de la mano virtuosa de la escultora nogoyaense Valentina Fernández, a encargo de la dueña de casa, quien vive una vida cuasi mística desde que cree ver y oír a la virgen María. Está convencida de haber recibido su primer mensaje de paz en 1985, cuando vivió momentos sumamente complicados de su vida. Se trata justamente de la Virgen de la Medalla Milagrosa.
Matilde tiene 92 años de edad, pero eso no le impiden caminar el predio ni repetir cuantas veces sea necesario que ella habla con la Virgen, que escucha su voz, y que el propio Jesús, único intercesor entre Dios y los hombres, le ha hecho entender algunas razones. No sabe precisar cómo son esas apariciones y en su precipitado relato por momentos dirá que sueña y luego interpreta su sueño, en otros la virgen le presenta imágenes de las que saca conclusiones.
Dice haber recibido desde Suiza 21.000 medallitas (de 15 mm de alto) plateadas de la Virgen Milagrosa, en dos tandas, y guarda celosamente una, dorada, que le ha regalado el renombrado Padre Ignacio. Gran parte de su día transcurre dentro del pequeño espacio al que la fue confinando el impiadoso deterioro de su casa, escribiendo sobres dentro de los cuales pondrá una de esas medallitas junto a un pequeño folleto en el que se halla impresa, día por día, la Novena en honor de la Virgen Inmaculada de la Medalla Milagrosa. Pichina contó a Paralelo 32, que se encomendó a Dios y la Virgen Milagrosa al padecer un grave problema de salud que casi le costó la vida. Fue un 08 de diciembre de 1985 cuando afirma que habló con la Virgen. Desde entonces cambió su vida y en uno de esos místicos momentos la Virgen le habría pedido un santuario y ella obedeció erigiendo una bella escultura, donde la autora logró una expresión de ternura y calma que podría ser un bálsamo para quienes buscan un momento de paz fuera de la profundidad de su propio ser.