Mes de la Mujer Rural
Mes de la Mujer Rural: La historia de Romina Bruno, un ejemplo de resiliencia y perseverancia en el agro
En el Mes de la Mujer Rural, celebrado cada octubre en homenaje a la contribución femenina en el sector agropecuario, la historia de Romina Bruno es un ejemplo de esfuerzo y tenacidad. La Asamblea General de la ONU instituyó el 15 de octubre como el Día Internacional de las Mujeres Rurales, un momento para reconocer su rol y promover la igualdad de género en la agricultura.
Romina Bruno, administradora de empresas y mujer rural, descubrió su pasión por el campo a través de su padre. “Él es médico, pero nació en Jovita, Córdoba. En 1994, compró el campo como inversión y lo alquiló. Con los años, fue adquiriendo animales y, en 2004, justo al terminar mis estudios, me propuso hacerme cargo de la administración”, relata Romina. Desde entonces, el campo se convirtió en su vida, y hoy gestiona el establecimiento familiar en el sur de Córdoba, junto a su equipo, que incluye a sus hermanas.
En el campo, Romina se dedica a la ganadería y a la agricultura, implementando prácticas de siembra directa con rotaciones de soja, maíz y trigo, y cultivos de cobertura como vicias, centeno y avena. Su maquinaria, un tractor Puma 150 y una cosechadora Axial-Flow 5130 de Case IH, representa una pieza clave en su trabajo diario. “Mi momento favorito del año es cuando me subo a la máquina y vivo el minuto a minuto de los lotes. Esta cosechadora, con su sistema Axial, supera a la competencia en tecnología y calidad de cosecha”, asegura.
Con 20 años en el sector, Romina administra la compra de insumos, coordina la logística, y define las estrategias de su empresa. A lo largo de su trayectoria, ha participado activamente en todas las labores del campo: desde poner carreteles y arriar ganado hasta asistir partos y manejar la cosechadora. “El campo no tiene horarios. En época de cosecha trabajamos a contrarreloj, comenzando temprano con la puesta a punto de la maquinaria. Salimos a los lotes al mediodía y no paramos hasta las diez de la noche, mientras el clima lo permita”, describe Romina sobre su rutina.
Resiliencia y empoderamiento femenino en el agro
Para Romina, el campo representa resiliencia: “Estar en el campo todo el día te enseña que somos parte de un ciclo. Lo que termina siempre da paso a lo nuevo. Adaptarse y evolucionar son esenciales en un entorno tan cambiante, junto con la innovación y la capacitación constante”.
Romina, quien solía visitar el campo de pequeña, recuerda su primera experiencia laboral rural. “La primera vez que vine a trabajar llegué con mi pollera blanca y ojotas. A las tres horas, ¡parecía Rambo con la cara llena de tierra! Fue todo un desafío, no solo por las tareas, sino por ser mujer en un ambiente dominado por hombres”.
Sobre la inclusión femenina en el agro, Romina reconoce que ha habido avances significativos: “Cada vez más mujeres ocupamos cargos de liderazgo en el agro. Se están rompiendo antiguos paradigmas y ganando una visibilización fundamental”. Al aconsejar a las jóvenes que comienzan su camino en la ruralidad, destaca: “No hay límites. Las ganas y el deseo de superarse son los únicos límites que existen. Capacitarse, mejorar continuamente y empoderarse son claves. Como mujeres, debemos seguir mostrando la otra cara de la ruralidad”.
Romina Bruno es un ejemplo del empoderamiento femenino en el agro, una historia de compromiso y trabajo duro que inspira en el Mes de la Mujer Rural y resalta el aporte de miles de mujeres en la construcción de un sector agrícola más inclusivo.