Marzo es el mes mundial de la Endometriosis
Por primera vez en Paraná se realizará este sábado 18 de marzo, a partir de las 17:00 horas en Plaza 1º de Mayo, una Endovolanteada para concienciar sobre la Endometriosis bajo la consigna «Tu hermana, tu amiga, tu novia, tu esposa, tu hija puede tener Endometriosis y aún no lo sabe».
La endometriosis es una enfermedad crónica benigna e inflamatoria, que afecta al 15% de las mujeres en edad fértil.
La endometriosis es una enfermedad crónica que consiste en la aparición y crecimiento de tejido endometrial (tejido que recubre el interior del útero) fuera de la cavidad uterina. Este crecimiento anormal ocurre sobre todo en la cavidad pélvica, tanto en el peritoneo como en los órganos que se localizan en dicha cavidad. Aparece principalmente en los ovarios, detrás del útero, en las trompas de Falopio, en los ligamentos uterinos, en la vejiga urinaria o en el intestino.
Es importante destacar que la endometriosis es una patología hormonodependiente, es decir, que necesita soporte hormonal para su desarrollo, en concreto es estrógeno-dependiente, es decir, la liberación de estrógenos favorecer su evolución. De hecho, la padecen principalmente mujeres en edad reproductiva, debido a los estrógenos que se producen en cada ciclo menstrual, aunque se han estudiado casos prepuberales y de mujeres que la presentan en la menopausia.
Causas de la endometriosis
Aunque no se sabe exactamente por qué razón se produce, existen varias hipótesis sobre las causas de su aparición. Entre ellas, las más aceptadas son:
- La metaplasia, definida como el cambio de tejido. Se cree que el endometrio tiene la capacidad de sustituir otros tejidos de la zona pélvica.
- El trasplante vascular. Es posible que algunos fragmentos de endometrio viajen por los vasos sanguíneos o linfáticos e implanten en zonas distantes.
- La menstruación retrógrada. Se refiere a la capacidad del tejido menstrual de fluir hacia atrás, por las trompas de Falopio, y depositarse sobre los órganos pélvicos.
Aunque estas son las teorías más comunes, la causa inmunológica, la predisposición genética o ciertos factores exógenos son también explicaciones posibles de su aparición. Asimismo, existen una serie de factores de riesgo que pueden hacer más probable padecer endometriosis:
- Aparición de la menstruación a una edad temprana
- No haber tenido hijos
- Presentar ciclos menstruales frecuentes
- Larga duración del periodo menstrual (7 días o más)
- Presentar un himen cerrado, que impide la salida de la menstruación
Si te interesa ampliar información sobre los posibles motivos de aparición de esta patología te recomendamos el siguiente artículo: Las causas de la endometriosis.
La edad media de aparición está alrededor de los 37 años, aunque se han descrito casos excepcionales de endometriosis en niñas de entre 12 y 15 años. En la edad menopáusica también se han descrito focos endrometriósicos pélvicos, aunque su aparición es más rara.
Tipos según la gravedad
Las placas de tejido endometrial que se forman se denominan de la siguiente manera:
- Implantes, cuando son pequeñas
- Nódulos, cuando son mayores
- Endometriomas, cuando forman quistes en los ovarios
En función de la gravedad de las lesiones causadas por la endometriosis, podemos distinguir diferentes grados. Aunque no hay una clasificación generalizada, la más empleada es la recomendada por la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM):
- Endometriosis mínima o de grado 1 cuando aparecen implantes aislados y sin adherencias.
- Endometriosis leve o de grado 2 si las placas de endometriosis son superficiales y menores de 5 cm. Puede haber adherencia a la superficie del peritoneo y el ovario pero sin afectar a otros órganos.
- Endometriosis moderada o de grado 3 cuando vemos múltiples nódulos endometriales y gran parte o la totalidad son invasivas. Podemos además encontrar adherencias en trompas u ovario.
- Endometriosis severa o de grado 4 si vemos placas endometriales múltiples, superficiales y profundas que forman grandes quistes de tejido endometrial en el ovario que se llenan de sangre (“quistes de chocolate”).
Si tienes dudas sobre la la severidad de tu caso, te recomendamos consultar este otro artículo para ampliar información: tipos de endometriosis.
Localizaciones principales
Las placas de tejido endometrial pueden aparecer en distintos órganos del cuerpo, aunque generalmente aparecerán en aquellos de la cavidad pélvica, que es en la que se encuentra el útero y por tanto el endometrio. Según su localización podemos clasificar la endometriosis en:
- Endometriosis genital externa: se encuentran afectados los órganos de la cavidad pélvica como el útero, los ovarios, las trompas de Falopio, los ligamentos uterinos, el peritoneo, el saco de Douglas o el septo rectovaginal.
- Endometriosis genital interna: hace referencia a la adenomiosis, un tipo de endometriosis en cual la zona afectada es el miometrio, es decir, la musculatura interna del útero.
- Endometriosis extragenital: en este caso la endometriosis aparece en la cavidad abdominal o en algún órgano que no forma parte del aparato reproductor. Entre los más comunes están la vejiga, los uréteres, el intestino, el recto o los pulmones. En caso de que la endometriosis no se limite a la superfice, sino que afecte al interior del órgano, se denominaría endometriosis infiltrativa profunda. Éste es un tipo de endometriosis más grave, ya que puede impedir el correcto funcionamiento del órgano.
Por orden de frecuencia, la enfermedad afecta a los órgano siguientes: ovarios, ligamentos uterinos (sujetan el útero), saco de Douglas (espacio entre el recto y la vagina), peritoneo, septo rectovaginal (tejido entre el recto y la vagina, debajo del saco de Douglas), intestino, trompas de Falopio, vejiga y uréteres.
Es una enfermedad estrógeno-dependiente , eso quiere decir que el tejido que nos crece fuera del útero se comporta igual que si estuviera dentro, sangrando en cada menstruación pero al no tener salida se va alojando por la cavidad pélvica, teniendo capacidad para crecer, infiltrarse y diseminarse por si sóla.
La endometriosis se puede presentar desde con pocas y pequeñas lesiones hasta con grandes endometriomas ováricos y/o grandes y extensos nódulos/fibrosis. Es una enfermedad inflamatoria, lo que a su vez ocasiona adherencias entre órganos que causan una severa distorsión de la anatomía pélvica normal. Las localizaciones más frecuentes son el ovario, peritoneo, ligamentos uterosacros y fondo de saco de Douglas, siendo raros fuera de la pelvis, aunque pueden afectar a cualquier órgano (pleura, meninges, etc.).
En la pelvis pueden afectar e invadir órganos diferentes de los genitales internos, como el intestino, frecuentemente recto y/o sigma, y vejiga y uréteres.
Síntomas más comunes
En la mitad de los casos de endometriosis, y si ésta no es severa, la mujer no padece síntomas, mientras que en la otra mitad pueden aparecer, entre otros:
- Dolor pélvico, generalmente asociado a la menstruación.
- Dolor durante o después de las relaciones sexuales.
- Sangrado premenstrual o entre periodos.
- Sangrado menstrual fuerte.
- Sangrado en heces u orina.
- Náuseas.
- Dolor lumbar, intestinal o de piernas.
A pesar de que es más frecuente que aparezcan síntomas si la endometriosis es severa, éstos no son necesariamente más notorios que en los casos leves o moderados, es decir, no hay una correlación en cuanto a la severidad. Lo que sí parece existir es una relación directa entre la dificultad de concebir y el tipo de lesiones.
Diagnóstico y tratamiento
Generalmente la endometriosis se puede detectar mediante ecografía y un examen físico. Sin embargo, la única manera de hacer un diagnóstico con seguridad es visualizar las lesiones mediante laparoscopia o laparotomía, es decir, mediante cirugía. Puedes consultar nuestro artículo especializado para más detalle: Diagnóstico de endometriosis.
Para definir la gravedad de la alteración se tendrá en cuenta el diámetro, la forma, el número, la profundidad, la densidad de las adherencias y localización de los nódulos de endometriosis fuera del útero.
Una vez confirmada la presencia de implantes, nódulos o quistes endometriales, dependiendo de la gravedad de la enfermedad, de la edad de la paciente y de su deseo reproductivo, se decidirá el tratamiento a seguir.
Entre las posibilidades destacan las terapias naturales, el tratamiento hormonal para evitar la producción de estrógenos, los antiinflamatorios para reducir el dolor y el tratamiento quirúrgico para eliminar las placas endometriales o incluso para extirpar el útero (histerectomía) en casos más graves. Para conocer más sobre cada uno de ellos te recomendamos entrar aquí: Tratamiento de endometriosis.
Embarazo con endometriosis
Aunque la endometriosis no implica necesariamente la infertilidad, es importante resaltar que alrededor del 40% de las mujeres con endometriosis tienen dificultades para conseguir el embarazo. Debido a esta gran prevalencia, se ha convertido en el tercer motivo de consulta ginecológica por esterilidad femenina.
Existen distintas hipótesis sobre cómo afecta esta enfermedad a la fertilidad. Por un lado, los endometriomas o quistes endometriales en los ovarios parece que disminuyen la cantidad y calidad de los óvulos, es decir, la reserva ovárica de la mujer. El avance de la endometriosis hace que se pierda tejido ovárico sano, que es sustituido por tejido endometrial.
Por otro lado, la endometriosis puede afectar a las trompas. Aunque éstas sean permeables, puede verse disminuida su funcionalidad, por lo que podría verse dificultada la fecundación del óvulo y el transporte del embrión hasta el útero.
Así pues, es posible que la mujer necesite recurrir a la reproducción asistida para tener descendencia. La FIV (fecundación in vitro) es el procedimiento de reproducción asistida que se suele aconsejar en estos casos.
Cuando se consigue el embarazo, éste parece ejercer un efecto protector sobre el desarrollo de la endometriosis. En este periodo los ovarios se mantienen en reposo y, por tanto, no hay liberación de estrógenos que fomente el desarrollo de los endometriomas.