¡Manejemos con prudencia!
“Yo, la Sabiduría, convivo con el buen juicio. Sé dónde encontrar conocimiento y discernimiento” Proverbios 8:12
Somos muchas las personas que estamos profundamente dolidas con cada accidente que se produce semana tras semana, a lo largo y ancho de nuestro país.
Cada año, en Argentina, los accidentes de tránsito se cobran la vida de un promedio de 6.000 a 9.000 personas aproximadamente, cifra alarmante, ni una guerra deja tantos muertos por año, y ni hablar de los cientos de miles de personas que quedan gravemente heridas y con secuelas para toda la vida.
Cuántas familias quedan destrozadas ante la pérdida de un ser querido, o al quedar con graves daños físicos.
Los argentinos nos creemos muy buenos al volante, pero somos unos de los países que encabeza la lista en accidentes de tránsito. ¡Somos un peligro al volante! Pensar que un gran porcentaje de los accidentes se podrían evitar si condujéramos: Con más atención, sin distraernos, como por ejemplo con el celular, manejando bien descansados, no con sueño, cansancio o fatiga, respetando los límites de velocidad, las señales de tránsito, manejando sobrios (la embriaguez o cualquier tipo de drogas, no solo es perjudicial para nuestra salud, sino que manejar bajo sus efectos es mortal), usando siempre los cinturones de seguridad, manteniendo el vehículo en buenas condiciones.
Sobre todo, tenemos que ¡tener conciencia! ¡Prudencia! ¡Amor por nuestra familia y por el prójimo! ¡Conducir a 180 kilómetros por hora, o adelantar a un vehículo en una curva, en un cruce de ruta o en cualquier otro lugar prohibido, es no amar a tu familia, ni a tu propia vida! ¡Cuidémonos entre todos! ¡Deseamos que conduzca con prudencia, y que Dios lo proteja siempre!
¡Tome la determinación de conducir con mucha prudencia y ser ejemplo al volante!
¡Dios te bendiga!