Los riesgos del sedentarismo
Prof. Lic. Casiano Carballo
(integrante de la Red de Actividad Física de la Argentina)
Si observamos nuestro estilo de vida, desde la niñez hasta la tercera edad, en gran parte predomina una cultura sedentaria. Investigaciones recientes de la OMS sobre actividad física saludable, nos posicionan en el número 18 de los 20 países con la calificación ‘insuficiente’.
Y es que desde el nacimiento hasta aproximadamente los 6 (seis) años, el movimiento, centrado particularmente en el juego y el vínculo afectivo, contribuye a lograr un equilibrio saludable del niño/a.
Muchas de estas aptitudes se desarrollan conforme nos proponemos salir a descubrir ese mundo, y vivir experiencias que nos obliguen a trasladar nuestra humanidad para que interactúe con ese medio.
Esos análisis de la cultura en que estamos inmersos plantean, como tendencia, que ya desde los ocho años hay indicios de afectación en la calidad de vida.
Los estímulos para explorar el mundo han cambiado, y son los dispositivos tecnológicos una parte de ese mundo virtual que obliga a la quietud. Paralelamente, cada vez la población mundial es mayor, y hay menos espacio para moverse.
Basta con ver en los espacios reducidos donde vivimos o la inseguridad que representa que los niños jueguen y se recreen en la calle.
Estos, por citar algunos ejemplos, limitan la libertad y capacidad de exploración y fácilmente se comprende por qué somos sedentarios.
Hoy hay datos fehacientes que demuestran que una persona hasta los 60 años pasa promedio 150.000 horas sentado. Y cuando la televisión tenía más incidencia en nuestras vidas, las empresas vinculadas al entretenimiento llegaron a medir que pasábamos hasta 8 años de nuestras vidas mirando las opciones que nos ofrecía este aparato; sea sentado, acostado o comiendo. En ese orden de posturas quietas, pasamos promedio un año y medio detrás del volante de un automóvil.
Así, ya en la juventud, la insuficiente cantidad de educación física formal, asociada a la poca influencia del deporte escolar; Y la mínima presencia del deporte universitario, acelera la aparición de las enfermedades llamadas ‘De la civilización’, como: patologías cardíacas y/o respiratorias, el stress, la hipertensión, y el colesterol.
Esta nota intenta llevarnos a la reflexión-acción. Salir de esa zona de confort donde están el ‘demasiado’, ‘mañana quizás’, ‘la próxima seguro’, y el infaltable: ‘No tengo tiempo’. Para intentar cambiar una cultura sedentaria por una cultura activa, desde una ejecución sistemática y oportuna de una práctica relevante de la actividad física.