La solidaridad se reinventa: Merenderos ambulantes
Nogoyá.- Son cada vez más habituales. Organizaciones sociales, vecinos auto convocados, o familias que reúnen esfuerzos para brindar un plato de comida o una merienda, se visualizan sobre todo los fines de semana en los barrios de la ciudad.
¿Cómo trabajan? ¿De qué manera su sustentan? ¿Cómo ven la realidad?, preguntas que planteó Paralelo 32 para conocer más de esta iniciativa solidaria.
El merendero Cielos Abiertos nació con la pandemia. En abril de 2020 un grupo de personas conformó un equipo que trabaja por un fin en común, que es ayudar a los más necesitados, principalmente a los niños y ancianos.
“Desde hace un poco más de un año que estamos trabajando de esta manera, sin fines de lucro, solo con el fin solidario de trabajar en común y ayudar. Llevamos la copa de leche por los cuatro puntos cardinales de la ciudad, tenemos en cada sector un punto específico para brindar la copa de leche. Somos un merendero ambulante, en cada barrio tenemos una esquina asignada, vamos en auto y camionetas con nuestros tablones, ollas y demás y nos instalamos en la calle”, explicaron en FM Del Éxodo.
Cada fin de semana, Cielos Abiertos brinda la merienda en un barrio distinto, “vamos rotando lugares durante el mes, un sábado estamos en el este, otro en Villa 3 de Febrero, en Villa Ghiano y así cada sábado. La gente ya nos conoce, donde nos ven llegar, más allá de ir a buscar su merienda, nos ayudan con la logística”, explica una de las integrantes del equipo.
Son alrededor de veinte personas que trabajan en el merendero en Nogoyá, pero también están en contacto con otras localidades como Hernández, donde hay un merendero con la misma modalidad que la de Nogoyá.
“Comenzamos en plena pandemia, en abril del 2020 y desde allí vemos una situación lamentable por la necesidad de la gente, es angustiante y se ha incrementado la cantidad de gente que se acerca a nosotros, hay cada vez más demanda de leche y alimentos, nos piden ropa, calzados y demás”, afirman.
Sustento
Sobre la manera de sustentarse, contaron que entregan la merienda gracias a las empresas lácteas de la ciudad que donan leche, y a las panaderías que donan galletitas, facturas y pan. En tanto, a través de contactos que tienen en Buenos Aires, reciben mercadería y arman unos veinte bolsones para brindar asistencia.
“Nosotros creemos que es poco lo que entregamos, pero la gente que lo recibe nos dice que es un montón y que es de suma necesidad”, dicen los voluntarios, y agradecen a la gente “que día a día nos sorprende porque nos acerca sus donaciones y siempre todo lo que recibimos lo hacemos llegar a los barrios, pero lamentablemente estamos quedando cortos, siempre se requiere más”.
El merendero Cielos Abiertos ayuda a unos cincuenta niños por barrio y durante agosto tendrán la temática dedicada a los más pequeños, “recibimos de una fundación de Buenos Aires una variedad importante de juguetes y colaboradoras del grupo tejieron gorros y bufandas. Todo el mes de agosto, visitamos los distintos barrios llevando obsequios para los chicos”. Por último aclararon que su misión “no está personificada en alguien, somos gente que trabaja para la gente”.
Militantes solidarios
También brindaron su experiencia un grupo de jóvenes que integra la Agrupación Lealtad Peronista: “iniciamos el merendero entre fines de 2019 y principios de 2020. Nos identificamos con el justicialismo, y esa filosofía de vida es la que nos lleva a enfocarnos mucho en actividades solidarias y territoriales. Intentar llegar allí donde nadie o casi nadie llega, y dónde los problemas que tenemos como sociedad se ven exacerbados por la falta de muchas necesidades básicas cumplidas. Cada sábado comenzamos desde la mañana a preparar la merienda en la sede de nuestro partido, y por la tarde salimos todos y todas a repartir” explicaron a Paralelo 32.
Estos jóvenes militantes, cada fin de semana llegan con su labor a unas cincuenta familias de la zona este de la ciudad y también de la zona norte de Villa 3 de Febrero. “Cuando comenzamos lo hicimos en distintos puntos de la ciudad, y luego empezamos a asentarnos más en barrio este. Ese contacto cotidiano también nos ayuda a entender y aprender muchas cosas y por eso es importante. Una vez mejor organizados, pudimos acercarnos a la Villa, pasando la ruta. Un territorio que muchas veces es olvidado”, relatan.
A la hora de ser consultados sobre las principales demandas por parte de las familias, desde el grupo afirman que “se percibe más demanda en el invierno, porque nosotros también tratamos de abarcar otras necesidades que se presentan: como la falta de útiles escolares, colchones, frazadas, ropa de abrigo o calzado. Todas esas necesidades que atraviesan esos barrios populares, se presentan siempre que estamos en el territorio, y un poco para eso estamos. Para aliviar, dar una mano y organizarnos también, es importante para nosotros estar donde hay que estar. Para eso muchas veces apelamos a la ayuda de compañeros, conocidos y un montón de gente que tiene ganas de dar una mano, y así conseguimos muchas de esas cosas que se necesitan. Golpeamos las puertas que haya que golpear” afirman.
A la hora de reflexionar y definir el contexto respecto a las falencias en la comunidad con la que ellos colaboran, los integrantes de Lealtad Peronista, dicen: “el hecho de que sea necesario que nosotros o cualquiera conforme un merendero, es una falla en sí misma. Entendemos que lo justo, por decirlo de algún modo, es que cada guri y gurisa puedan merendar en su casa, con su familia y con un techo digno y todas las necesidades básicas cumplidas”.
Pese a esto, los jóvenes tienen en claro que mientras esas necesidades no se transformen en un derecho en los hechos, “vamos a estar ahí donde hay que estar. Porque apostamos a la salida de los problemas en comunidad y de forma colectiva”.
“Dónde muchas veces el Estado falta o falla, son las organizaciones las que se ponen al hombro esa tarea, como se vió por ejemplo en el mes de abril de este año, en nuestra ciudad. La inundación de esos días dejó al descubierto muchas fallas estructurales, pero también la solidaridad de nuestro pueblo y el importante rol de las organizaciones. También esa forma de organización para abordar las problemáticas que nos incumben a todos y todas, como la violencia de género, el cuidado del ambiente y todas esas realidades que atravesamos en lo cotidiano y de las cuales esos territorios no están exentos”, concluyeron.