“La situación es complicadísima en todo el país”
El actor y productor de cine y televisión Gastón Pauls se define como un adicto en recuperación del consumo de cocaína, con casi 15 años sin consumir. Con sus disertaciones “Este soy yo”, viaja por el país llevando su testimonio de vida para demostrar, especialmente a la juventud, que se puede salir de las adicciones.
Situación complicadísima
Pauls estuvo en nuestra provincia donde además brindó una charla en el salón auditorio del Instituto Sagrado Corazón con estudiantes de las escuelas secundarias de la ciudad, acompañados por docentes. Antes de la disertación departió con los medios locales y planteó que “si mi mensaje le sirve a uno o dos chicos o chicas, ya sirve. Si, además, les sirve a 200, mejor. La situación es complicadísima en todo el país. Mucha gente mirando para otro lado, callándose la boca a propósito, porque seguramente algún interés tiene; madres preocupadas, porque no creo que ningún padre se quede tranquilo mientras sus hijos se estén destrozando con la droga”. Luego agregó: “Lo que vengo a hacer es compartir mi historia. Yo entré en recuperación hace casi 15 años. A los chicos, que a veces la ven oscurísima, quiero contarles que se puede”
Comentó que hace seis años recorre la Argentina con su testimonio. “El otro día sacamos la cuenta, debo haber hablado frente a más de 250 mil personas. En el 99,9% de las charlas que di no vuela una mosca. Porque, evidentemente, hay una necesidad de los pibes de escuchar sobre lo que, además, ellos ven”, comentó.
Este soy yo
Pauls explicó lo que buscó englobar en el título de sus disertaciones ‘Este soy yo’. “Es un nombre que salió hace un tiempo para reforzar la idea de que uno es uno, que no necesariamente hay que copiar lo que están haciendo otros. Yo empecé a consumir porque creía que lo mío no era valioso, que había otros más graciosos y divertidos, más cancheros. Copié eso creyendo que así yo ‘iba a ser’… También es el ‘este soy yo’ alcohólico; ‘este soy yo’ adicto en recuperación. Es poder animarnos a decir lo que nos pasa, a reconocer nuestros errores, nuestras enfermedades y también nuestra necesidad de ayuda”.
La falta de diálogo
– ¿Qué falta en Argentina para enfrentar el problema?
— Diálogo, hablar. Lo digo todo el tiempo, es tan básica la respuesta que parece una estupidez. ‘Dicción’ es decir, ‘a-dicción’ es no decir. Si nos quedamos callados somos adictos todos.
– ¿Y a nivel social y político?
— Hablar y hacerse cargo. Las campañas, ni hablar: es el resultado de todo. Así como hay adicción a la cocaína, como tuve yo; hay adicción al poder, al dinero y a la corrupción. Hay gente que no puede parar de corromperse. En ese corromperse diariamente, por hacer una cosa dejás de hacer otras, creyendo, además, que nunca les va a pasar. Esto le puede pasar al rico, al pobre, al judío, al católico, al kirchnerista, al macrista, al alto y al bajo. De hecho, tengo compañeros de recuperación que son multimillonarios, y otros no tienen ni para comprarse zapatillas. Como diría Borges, ‘no nos une el amor, sino el espanto’. Nos une el espanto, claramente, porque la situación es espantosa. Pero, también nos une el amor, porque cotidianamente hay un montón de gente, anónimamente, haciendo cosas para ayudar a otros.
Agregó que no hay políticas de Estado para afrontar el problema. “Es una vergüenza, se les debería caer la jeta de vergüenza. Yo vi una nena de diez años siendo abusada, a las seis de la tarde, plena luz de día. No a las diez de la noche o a las cuatro de la mañana. Siendo abusada para, después, darle ‘paco’. Vi a un nene de seis años, llevando su cochecito para comprar paco. Se les debería caer la jeta de vergüenza a presidentes, gobernadores, diputados”, subrayó Pauls.
– Ahí no hay grieta que valga.
— Ninguna. Porque, además, por esa grieta sólo se caen estos pibes. No se va a caer nunca un presidente, un diputado. Ahí no se caen.
El interior del país
“En el interior está bravísimo. Porque en realidad, en las grandes ciudades, la droga está en la esquina. En las ciudades más chicas y los pueblos, lamentablemente, la droga ya está llegando a la esquina, también. Antes, había que ir a otra ciudad para comprarla. Hoy está en todos lados y con alto nivel de reproducción de la enfermedad. Si hay 20 pibes que consumen y cuatro que no, es difícil que los cuatro se mantengan limpios. Porque el resto los va a convencer que es mejor consumir. La reproducción en lugares más chicos es, paradójicamente, más rápida. Estuve en pueblos de 2 mil personas donde ya había 200 pibes consumiendo”.
Con Dios contra las drogas
En diálogo con Paralelo 32 Gastón Pauls se refirió a su fe en Dios, como puntal para enfrentar y resolver su adicción a la cocaína.
– Ud. se define como cristiano. ¿Le sirve la religión para salir del problema?
— Me sirve diariamente. No estaría acá si no fuese por Dios, y para Él también estoy haciendo esto. Un pibe que está consumiendo drogas está alejado de la vida, por ende, está alejado de Dios. Mi pedido de ayuda, después de 4 meses sin dormir, fue a Dios. No fue a otro ser humano. Primero fue a Dios. Y la ayuda vino.
– ¿No corre el riesgo de estar ‘llenando’ con una cuestión religiosa el ‘hueco’ que llenó con una adicción?
— Eso es la religión, que te quiere ‘llenar’ de algo. Pero Dios no me quiere ‘llenar’ de nada. Tomar a la relación de alguien con Dios como una droga es una falta de respeto inmenso.
– ¿No está en ningún grupo religioso específico?
— No creo en ninguna religión. La religión es un negocio, Dios no es un negocio. Tampoco la marihuana es un negocio, es una planta que puso la naturaleza. La cocaína viene de la coca, alguien hizo negocio con eso.