La reciente historia de la bandera de Victoria

Victoria.- Los victorienses nos hemos apropiado tanto de nuestra bandera que pareciera que siempre la tuvimos. No obstante, ésta se creó a partir de un concurso realizado en 2008. La misma apropiación, como muchas creaciones populares, ha hecho que olvidemos o no conozcamos a sus autores: Melina Albornoz y Walter Auer.

Verde y amarilla, con una cruz en el centro, un ombú, una curva central, el sol naciente y ángulos en la esquina. Deportistas que nos representan, artistas famosos que vienen y se la llevan de recuero (o los nuestros cuando van a otras ciudades), la bandera nos identifica como victorienses.

Tanto Melina, que es profesora de artes visuales, como Walter, que es diseñador, tuvieron que estudiar vexilología (el estudio de las banderas) para desarrollar en aquel concurso de 2008 lo que sería la bandera de Victoria. Ambos, en diálogo con Paralelo32, explicaron qué significa cada elemento.

La composición 

“El color verde es el color de la naturaleza por excelencia; representa armonía, crecimiento, exuberancia, fertilidad y frescura. Tiene una fuerte relación a nivel emocional con la seguridad. Sugiere estabilidad y resistencia, simboliza el crecimiento y la esperanza”, señaló Walter.

Además, añadió: “En cuanto al color amarillo, evoca la luz del sol, sinónimo de honor, lealtad, inteligencia, determinación; trasmite alegría, felicidad y energía. Representa el entusiasmo, la atracción, la creatividad, el éxito, el ánimo y el estímulo. Produce sensación de prestigio, de sabiduría, claridad de ideas y riqueza”.

Seguidamente, ambos contaron que la Cruz, como símbolo central, mantiene estrecha relación con lo religioso, debido a que el hito fundacional de Victoria se remite a la primera misa realizada en el Oratorio de La Matanza. Además, por ser un ícono en el cerro de dicho nombre, donde vivieron los últimos habitantes de los pueblos originarios.

En cuanto al ombú, dijeron que éste, con su frondosa raíz, marca el fuerte arraigo a nuestras costumbres y a nuestra identidad. También, que su exuberante follaje invita a cobijarse en su sombra para descansar y disfrutar, características propias de nuestra ciudad.

“La Curva central hace referencia a la topografía propia de esta zona, donde colinas y lomadas brindan a Victoria un paisaje único y pintoresco”, explicó Melina. Y, sumó: “El Sol naciente, con su calidez, impulsa al crecimiento y desarrollo de los habitantes de esta localidad”.

El elemento que queda son los ángulos en las esquinas señalando hacia afuera. Esto, explicaron, hacen alusión a los puntos cardinales, los que indican la evolución y expansión que ha logrado Victoria.

Apropiación 

Los autores de la bandera contaron que los primeros que la adoptaron fueron las agrupaciones gauchas. “Para el acto por el Día del Trabajador yo estaba sacando fotos y me pareció muy significativo que estaban las escuelas primarias con las tres banderas: la de nación, provincia y ciudad. Me generó una sensación de que vale la pena ser parte de la comunidad de Victoria. Cuando veo la bandera siento que es parte de este lugar y que nos hace pensar que todos tiramos para el mismo lado”, dijo Walter.

“Cuando la creamos no sé si dimensionamos hasta dónde iba a llegar todo esto”, continuó el diseñador. A su vez, la docente añadió: “Yo no soy de decir que hice la bandera, pero cuando mis alumnos se enteran de esto les llama la atención”.

El 13 de mayo de 2010, cuando se cumplieron 200 años del hito fundacional, el obispo del momento, monseñor Lozano, bendijo la bandera de Victoria. A partir de entonces, ésta comenzó a adquirir mayor relevancia.

Es curioso cómo nuestra ciudad toma como hito fundacional la celebración de la primera misa en el oratorio (a partir de la necesidad de pasto espiritual de aquellos pobladores) y cómo, también, nuestra bandera comienza a trascender a partir de su bendición. Y es que el cristianismo ha unido siempre a nuestra comunidad.

En el mes de Victoria, desde Paralelo 32 elegimos compartir con nuestros lectores la reciente historia de nuestra bandera, que surgió a partir de un concurso en 2008 y que en 2010 fue bendecida por el obispo. Los primeros que la llevaron con orgullo fueron las agrupaciones gauchas y hoy cada victoriense que va al exterior para representarnos guarda un lugarcito en su valija para nuestra insignia que muestra la naturaleza de nuestra ciudad, su topografía, paisajes, religión y expansión.