Sociedad
La protección de especies (y sus bemoles)
Los 5.000 habitantes del pueblo Hilario Ascasubi (sur de la pcia Buenos Aires) han sido invadidos por miles de loros barranqueros desde hace unos años (especie protegida Res. Nacional 795-E/2017).
El loro barranquero habita las cercanías de la meseta patagónica. Un vecino afirmó: "aparecen vuelta a vuelta de a miles en bandada y se instalan al sur de Villarino hace años. Es enloquecedor el ruido de la bandada por las noches, sin contar que tapizan las calles y lo que hay en ellas, con sus desechos. Ni hablar de la preferencia por la depredación de los cables aéreos de electricidad, teléfono e internet, los que son atacados con sus picos y provocan cortes de toda señal que sea conducida por esas vías”.
Los prestadores de estos servicios agrupados en cooperativas, se quejan de las enormes pérdidas sufridas por la reposición de cables ante cortes producidos por los loros. Un prestador opinó que "al ser especie protegida, aún no podemos resolver este problema”, y lamentó la situación afirmando “Acá los loros nos comen los cables de la torre y cada tres meses hay que cambiarlos… perdemos plata”.
La Universidad Nacional del Sur "contabilizó 70 mil ejemplares de loros en un atardecer apiñados en árboles y en el tendido eléctrico opacando el cielo". Hay unos 14 loros por habitante.
Las políticas de Especies Protegidas, tienen el loable objetivo de conservar la biodiversidad y el equilibrio ecológico, pero suelen enfrentar críticas válidas cuando las especies resguardadas interfieren con la vida humana, animal y el bienestar de la comunidad. Los ejemplos incluyen el impacto en la agricultura y ganadería: En muchos países, especies protegidas pueden afectar negativamente las actividades agrícolas y ganaderas. Es el caso de carnívoros (lobos, leopardos y otros) que pueden provocar ataques al ganado y pérdidas significativas a granjeros locales. Otro tanto, con las especies protegidas que pueden representar riesgos para la salud pública. Por ejemplo, la proliferación de ciertas especies de insectos o roedores protegidos puede aumentar el riesgo de transmisión de enfermedades a humanos. Ya hay ejemplos contemporáneos de estos conflictos: a) En India los conflictos entre humanos y elefantes protegidos, son comunes en áreas rurales y se expresan como destrucción de cultivos y la amenazas para la vida humana. b) Estados Unidos: la reintroducción de lobos grises protegidos ha generado tensiones con rancheros debido a los ataques al ganado. c) Australia: la protección del dingo -un depredador nativo- ha sido controvertida debido a su impacto en la ganadería y la fauna local.
Moraleja: Es crucial equilibrar la conservación de especies autóctonas con los intereses y necesidades humanas, adoptando enfoques de gestión adaptativos que consideren tanto la protección de especies como el bienestar humano. Si Ud. ha sufrido escuchando el coro de miles de loros barranqueros, ya sabe que ni animales ni humanos podrían vivir sin descanso ante el concierto de 50.000 trompetas sobre sus orejas y sin contar que la electricidad, la TV e Internet desaparezcan a cada rato.
La seguimos otro día… (mi loro chilla, tiene hambre y me pide que limpie su jaula)