La prevención del suicidio y lo que todavía está pendiente
Victoria.- El Grupo de Voluntarios Prevención del Suicidio Victoria, se constituyó hace tres años. Laura Pérez, voluntaria del grupo, añadió: “Nuestra idea es que esta problemática se trabaje de forma organizada, por eso desde que nos formamos hemos solicitado esto al Estado local y provincial”.
Además, contó: “Nosotros veíamos que acá, en Victoria, no se hacen campañas de prevención del suicidio. Por eso decidimos comenzar con esto. Sin embargo, los voluntarios no tienen que, necesariamente, conformar un grupo, pueden estar distribuidos en la comunidad”.
Llegado a este punto, resaltó la importancia de la ayuda profesional para el abordaje de esta problemática, pero también de la compañía a la persona. “El contacto y el ayudarnos entre todos es sumamente importante”, comentó.
El Grupo de Voluntarios Prevención del Suicidio Victoria cuenta con siete voluntarias actualmente. También, tienen colaboradores profesionales en la materia pertenecientes al Centro de Asistencia al Suicida (CAS) de Buenos Aires y de Paraná, que ponen a disposición sus servicios para brindar charlas y desarrollar talleres para la comunidad. La página de Facebook del grupo es: Prevención del Suicidio – Victoria, y el teléfono de contacto: 3436 413436.
¿Cómo se puede trabajar en prevención del suicidio?
Sobre las medidas a implementar en cuanto a la prevención del suicidio, la médica psiquiatra María Julia Contin, que trabaja en el hospital además de consultorio privado, dijo: “En relación a las conductas que se pueden implementar en cuestión de prevención del suicidio se relacionan a lograr identificar a tiempo las conductas suicidas y brindar herramientas a las personas que están atravesando una situación de riesgo. Esto en relación a realizar prevención y promoción tanto de la conducta suicida como de los problemas de salud mental. La promoción y prevención requieren de estrategias y políticas de salud pública. Algunas de las herramientas son las campañas de concientización dirigidas a la población general, difundiendo información para que las personas que están atravesando alguna situación o las que ven que otra está con algún padecimiento puedan pedir ayuda y saber a dónde acudir en caso de presentar alguna necesidad. Otra es la formación a personas que ocupan lugares estratégicos (docentes, agentes sanitarios, personal de clubes, entre muchos más). Información a través de folletos y medios de comunicación. Y facilitar el acceso de la población a los lugares de atención tanto en atención primaria como los de mayor complejidad”.
Desde su práctica profesional, la psiquiatra dijo que las consultas en salud mental “han aumentado de manera exponencial desde la pandemia”. Referida a esto, se explayó: “Sobre todo las veo en adolescentes y adultos mayores. Las condiciones que se generaron en cuanto al aislamiento, la incertidumbre en relación al futuro, las pérdidas de personas allegadas sin la posibilidad de acompañarlas y/o despedirse, entre algunas que puedo nombrar ahora, han generado muchísimo sufrimiento. Y en este último tiempo la situación del país está socavando de manera preocupante en la sociedad”.
La problemática en nuestra comunidad
La psicóloga Stella Cístola, quien viene trabajando profesionalmente en la temática desde hace muchos años, también dialogó con Paralelo 32 sobre el asunto. Con respecto a las causas de los suicidios, aclaró: “Los estudios no pueden dar una prevalencia de causas, porque dependen de cada comunidad, de sus pautas culturales, sociales, es por eso que se torna tan importante tener un perfil de la población al hacer estos abordajes, en general, se trata de explicar el tema relacionándolo con la insatisfacción del individuo con su sistema de vida, ya que las decisiones intelectuales se transforman en decisiones impulsivas y de orden afectivo. La persona en crisis deja lo cognitivo pasando a tener una visión en túnel, en la que enfoca sólo el motivo de su padecimiento, cayendo su proyecto de vida. Desde esa visión, no puede darse cuenta que su estado de ánimo es pasajero y que puede replantearse o compensarse (de ahí la importancia del acompañamiento en la crisis para abrir esa visión). Tampoco entiende que puede mejorar su situación cambiando aspectos de su vida, con un adecuado tratamiento y que puede implicar la contención del entorno. De allí la importancia del seguimiento de los casos de intento que, lamentablemente es lo que no se siempre se hace”.
Así las cosas, Cístola enfatizó que son imprescindibles las políticas de Estado en la temática. “Como básico se plantea la resolución de problemas como la falta de igualdad de oportunidades, la recomposición de la trama social y la resolución de temas cruciales como la pobreza y la injusticia social, como parte de los factores ambientales y sociales que influyen en las crisis”, sostuvo.
Además, desarrolló: “El tema siempre constituyó uno de los enigmas de la humanidad debido al entrecruzamiento de cuestiones filosóficas, psicológicas, religiosas y morales. El suicidio tiene cualidades pluridimensionales, una etiopatogenia multifactorial que no puede ser abordada desde la prevención sin considerar una interacción de factores y tener conocimiento de determinados datos que darán el perfil de la población en riesgo”.
Respecto de las personas que atraviesan una crisis suicida, explicó: “La persona que atraviesa una crisis suicida siente agotada sus esperanzas. El acto suicida es, por lo tanto, un grito desesperado de auxilio. Es por eso que, como comunidad solidaria ante el sufrimiento del prójimo, no se puede contestar desde la indiferencia, actitud que demuestra la existencia de la peor de las violencias, el de privar al otro de una mirada contenedora para que encuentre su propia superación.
Seguidamente, enumeró: “La prevención del suicidio es una tarea de la sociedad en su conjunto; desde la existencia de campañas de prevención se podrá dar elementos para que quien esté cerca de la persona en crisis suicida sepa qué hacer en ese momento para evitarlo, la persona puede ser un taxista, policía, familiar, psicólogo, médico de familia, psiquiatra, compañero de aula, amigo, etc.; el suicidio puede ocurrir durante la crisis suicida, la cual dura horas, días, raramente semanas, si se diagnostica y se trata adecuadamente la crisis suicida, el sujeto tiene muchas menos posibilidades de realizar un acto suicida.
Por último, la psicóloga opinó que existen acciones claras, sencillas y de una gran responsabilidad en cuanto a políticas de Estado que se pueden llevar adelante. Con base en lo anterior, detalló:
• Discutir un Plan de Salud, dentro de este tema generar un Plan de Salud Mental.
• Analizar la magnitud del problema del suicidio en Victoria y obtener un perfil de población en riesgo.
• Identificar los servicios existentes.
• Determinar los servicios adicionales.
• Ampliar, a través de programas, los actores que actúan dentro de los factores protectores, potenciándolos.
• Realizar y coordinar un plan de acción con todos los actores involucrados en el ámbito nacional, departamental y local. (Victoria cuenta con una Ordenanza al respecto).