La poda correcta exhibe árboles bien formados y equilibrados
Estamos en una época en que se desarrollan muchas podas del arbolado y arbustos de espacios urbanos. Pero, no es solo cortar ramas lo que define una poda bien hecha. La ingeniera agrónoma Alejandra Bahler y la técnica Liliana Picheto, desde hace 25 años desarrollan en emprendimiento “Quercus ideas en jardines”, dedicado al diseño y construcción de espacios verdes en el ámbito privado y público. También asesoran a municipios en el tema arbolado urbano.
Sobre la técnica correcta de las podas, en diálogo con Paralelo 32, Bahler señaló: “Partimos de la base que un árbol en su medio natural no debe ser podado, pero el árbol que conforma el arbolado urbano se encuentra en un medio que no es natural, donde comparte su espacio con edificaciones, cables, cañerías subterráneas, y con el tránsito vehicular y de personas”.
Tipos
En estos casos, la experta destacó que “para adaptar su forma, muchas veces el árbol urbano tiene que ser podado”. Pero cada necesidad tiene su propio tipo de poda: “Generalmente se hacen podas de elevación, de copa, porque la copa debe partir por encima de los dos metros (para no molestar al tránsito peatonal en la acera o al vehicular en la calle), cuando hay ramas bajas hace falta hacer la poda de elevación”.
Otra forma es la poda de limpieza que “saca ramas secas, ramas quebradas, ramas que se entrecruzan”. La poda sanitaria se produce cuando “se tiene que podar ramas o partes del árbol que estén enfermas”. Finalmente, la poda de aclareo “es para airear la estructura del árbol quitando ramas que se entrecruzan o hacen muy densa la copa”.
Sin poda agresiva
Bahler subrayó que no se podan igual todas las especies. Si la especie es ‘vestida’ con ramas hasta abajo se debería dejar en su forma natural. “Generalmente, las coníferas como ciprés o pino, se dejan con toda su ramificación hasta abajo”, agregó.
“Pero cuando hablamos de un arbolado de alineación, el que está en las veredas, hay que podarlo porque la copa siempre debe estar por encima de los dos metros.
“Lo que se busca con una poda es conseguir árboles bien formados y equilibrados, donde se mejora su estructura, se incrementa el paso de luz y aire, con poda de aclareo, y sirve para disminuir la resistencia al viento. Cuando los árboles son más compactos, la resistencia al viento es mayor y existe más posibilidad de que sean quebrados o se caigan”.
Comentó que otro objetivo de las podas urbanas es despejar luminarias, cableados, semáforos. Pero “nunca con poda agresiva, sino suave, quitando ramas al ras del tronco, porque al dejar un tocón se enferma esa zona y penetran las enfermedades al tronco principal”.
Épocas del año
Bahler señaló que para las épocas de poda “no va más la frase de los meses sin ‘r’, porque en mayo y junio hay veranito, el frío se asienta en julio y agosto, y se ha visto que la poda en verde anda muy bien”. Destacó que hay dos momentos en el año donde no debería podarse: “Uno, con la brotación del árbol en primavera, una vez que el árbol ya brotó se puede podar; octubre y noviembre son meses perfectos para podar”.
Agregó que “tampoco es conveniente hacer la poda cuando las hojas están cambiando de color en otoño y están por caer. En diciembre y enero, con temperaturas muy altas, tampoco es conveniente podar. El resto del año se puede podar, siempre que la poda no sea agresiva”.