La Inteligencia Artificial vista por profesionales victorienses
Victoria.- ¿Se puede crear verdaderamente una Inteligencia Artificial (I.A.)? Si se piensa a la inteligencia como la capacidad de entender o comprender, ¿es correcto afirmar que el hombre ha creado herramientas inteligentes o se trata de herramientas a secas?
La calculadora no calcula, es el hombre el que lo hace; la computadora no computa, el hombre lo hace. Pero, ¿qué lugar ocupan los nuevos programas denominados de ‘inteligencia artificial’ en todo eso? Le preguntamos a diferentes profesionales sobre el tema.
Hacia una definición de I.A.
El docente Ramiro Seliman, quien es un amante de la programación, sostiene que está bien afirmar que existe la inteligencia artificial. “La inteligencia artificial es una parte de la informática que se enfoca en la creación de sistemas informáticos para tratar de imitar el comportamiento inteligente del hombre. Estos sistemas utilizan técnicas de aprendizaje automático para tomar decisiones de manera autónoma, sin que llegue a ser un programa convencional al que estamos acostumbrado. En un programa convencional yo le digo al programa que tome decisiones con base en un algoritmo. En el caso de la inteligencia artificial, la toma de decisiones es autónoma, lo que lo lleva a que el software sea inteligente”, explica.
En la actualidad existe este tipo de ‘inteligencia’ para casi todo. Se pueden encontrar ‘inteligencias artificiales’ que componen obras de música, que dibujan de acuerdo a lo que el usuario pida, que mantengan una conversación coherente con una persona. Incluso este artículo podría estar escrito por una inteligencia artificial (luego seguimos cuestionando si el término es correcto o no).
“Estos sistemas hacen tareas que requieren de nuestro raciocinio, como reconocimiento de patrones, toma de decisiones y resolución de problemas. Mi opinión es que está bien nombrar esto como inteligencia artificial”, sostiene. “Es tremendo cómo estos sistemas aprenden, por ejemplo, a reconocer objetos”, concluye.
La I.A. en la música
Como ya se señaló, existen programas capaces de componer óperas, sonatas, obras musicales en general. También, hay programas que emulan instrumentos y la voz humana.
No obstante, la profesora y directora coral Marianela Suárez explica que hay compositores que toman a la propia inseguridad humana como un instrumento más, con sus errores y desviaciones. O sea que siempre que el ser humano interprete una obra, ésta va a tener características distintas. “La persona va a modelar una historia determinada cada vez que va a representar esa obra”, resume.
Y es que, también, hay intérpretes que sostienen que la partitura no contiene toda la información necesaria para interpretar una obra. Es ahí, en esos huecos, que la persona debe hacerse todo el trabajo intelectivo. Pero ¿un programa puede hacerlo?
Si la I.A. puede realizar una combinación armónica de alturas para componer una canción, ¿qué pasa con la interpretación de la misma? En este caso, ¿la I.A. es una simple tentativa de mímesis? ¿Se puede decir realmente que estos programas entienden y comprenden?
La pintura
También existen las llamadas I.A. que generan imágenes a partir de un pedido. Basta pedirle al programa que haga una imagen de un hombre llorando en el bosque (por decir algo) para que lo haga. Hasta se le puede pedir que esa imagen tenga el estilo de, por ejemplo, Salvador Dalí.
Si la tarea del arte fuera imitar la realidad exterior, el trabajo del pintor bien se podría haber terminado cuando se inventó la cámara fotográfica. Preguntarse sobre si las I.A. pueden crear arte es preguntarse sobre el arte. Y hacer esa pregunta dejaría muchas puertas abiertas para un artículo periodístico.
Sin embargo, sí se pueden llegar a algunos puntos de inicio. El pintor Ramiro Salinas dice: “El arte conceptual ha resignificado la idea de arte como una experiencia donde se corrieron los límites entre la vida y la idea. Desde ese lugar, a mí me parece que artístico es la máquina, no el resultado; el programa [que crea pinturas] es la obra de arte”.
Por último, Salinas plantea: “La inteligencia creativa tiene que ver con una concepción subjetiva de la realidad y cómo esa realidad es interpretable desde esa subjetividad. ¿Los programas tienen la posibilidad de subjetivar la realidad, de incorporar elementos propios y construir una visión de la realidad crítica y eso transformarlo en un signo plástico?”. Por lo pronto, dejamos que el lector siga haciendo sus propias preguntas. Quizá, algún día, la respuesta sea evidente.